Por: Emilio Díaz Miranda
EL GENERAL FRANCO impuso, junto con la mayoría de los generales y con el apoyo de las jerarquías católicas de la Iglesia, una dictadura, de tipo fascista, despues de originar una Guerra civil sangrienta.
Franco saluda al Legado Pontificio del Papas, cardenal Ángelo Dell Acqua, encargado de oficiar la consagración de la nueva catedral de la ciudad de Vitoria, acto que presidió el Jefe del Estado.
A los que como yo, en tiempos de la Dictadura de Franco, ibamos a colegios regidos por ordenes religiosas como el Corazón de María o a los jesuitas, se nos inculcó la enemistad y desconfianza hacia todas las religiones que no fueran dependientes del Vaticano, es decir, del Papado de Pio XII y la Iglesia Católica.
Por eso, las figuras de Lutero y otros disidentes eran abominados como herejes poco diferentes de los criminales. Así en la Enciclica de Humani Generis (1950) se condenaba el Comunismo y el Modernismo, así como la llamada Teología Nueva que, según Pio XII en tal encíclica, amenazaba minar los fundamentos de la doctrina católica. En la Enciclica se hablaba de la Necesidad de la Revelación Divina, se sostenía que la revelación divina era moralmente necesaria, para que en el estado actual del género humano, todos pudieran conocer, con facilidad, con “firme Certeza y sin ningún error”, las “verdades religiosas y morales” que no son de suyo incomprensibles a la razón.
Lo curioso era que tal Enciclica era hija de una Jerarquía eclesiastica que había apoyado el fascismo italiano y el español. Según la Encíclica, a veces la mente humana tiene dificultad para formarse un juicio cierto sobre la credbilidad de la fe católica, no obstante los muchos y admirables indicios externos ordenados por Dios (cit.) para poder probar ciertamente, por medio de ellos, el origen divino de la Religión cristiana, con la sola luz natural de la razón.
Pero, siempre según la Encíclica, “puesto que el hombre se deja llevar de prejuicios o porque le instigan las pasiones y la mala voluntad puede, no sólo negar la evidencia de esos indicios externos, sino también resistir a las inspiraciones sobrenaturales, que Dios infunde en nuestras almas”. O sea, todo el gozo en un pozo.

Pio XII entre Castiella, embajador de Franco en la Santa Sede, en 1953 y Martín Artajo, Ministro español de Exteriores.
Pio XII lamentaba que no pocos de aquellos que firmemente se adhieren a la palabra de Dios (o sea, lo escrito en la Biblia), tanto más rebajan el valor de la razón humana; y cuanto con más entusiasmo enaltecen la autoridad de Dios Revelador (se refiere sin nombrarlos a Lutero y a otros protestantes), tanto más ásperamente desprecian el Magisterio de la Iglesia Católica, sigue diciendo Pio XII, instituido por Nuestro Señor J e s u c r i s t o para defender e interpretar las verdades reveladas.
Eso era por el año 1950 a poco de terminar la 2a. Guerra Mundial que acabó con Hitler y Mussolini, pero no con Franco ni con el dictador portugués Salazar. Aunque no se mencionaran sus nombres en la Encíclica, entre los condenados se pueden reconocer tanto a Martín Lutero como a Thomas Müntzer y a otros.
En estos días del 2025 se han celebrado varias fiestas religiosas cristianas, tanto católicas como ortodoxas y protestantes. Unas veces conjuntamente, otras separadamente. Desde los lejanos días de los tiempos de Lutero y los aún más lejanos del Emperador Constantino, hann pasado muchas cosas y han cambiado las interpretaciones.
La Reforma Protestante fue un movimiento religioso del siglo XVI que cambió profundamente la estructura de la Iglesia y la sociedad en Europa. Iniciada en 1517 por el monje agustino Martín Lutero, que apoyado por los nobles alemanes del Norte puso en cuestión las práctcas recaudatorias de dineros del Vaticano. Los aristócratas alemanes querían quedarse ellos con aquellos dinerales.
La Reforma no solo tuvo un impacto en la religión, sino también en la política, la educación y la cultura europea, marcando el fin del dominio absoluto de la Iglesia católica en Occidente y dando lugar a siglos de conflictos religiosos.
Causas de la Reforma Protestante
El contexto en el que surgió la Reforma Protestante fue de gran agitación social, económica y religiosa. Las causas principales que impulsaron este cambio incluyen la corrupción dentro de la Iglesia católica, las críticas intelectuales del humanismo y los avances en la tecnología de la imprenta.
corrupción en la Iglesia y la venta de indulgencias
Una de las principales causas que motivaron la Reforma fue la venta de indulgencias, una práctica en la que la Iglesia católica ofrecía la remisión y perdón de pecados a cambio de dinero. Esta práctica, estaba destinada a financiar la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma, cosa que poco o nada tenía que ver con la cristiandad europea.
Martín Lutero, apoyado por aristocratas alemanes, estaba profundamente indignado por lo que consideraba una corrupción del verdadero mensaje cristiano, especialmente despues de haber estado en Roma y haber visto la vida lujosa y sexual de muchos cardenales. Cosa que incluía al Papa de orígen español Alejandro VI (Rodrigo de Borgia) y a su hijo César nombrado Cardenal. Una vez elegido Papa como Alejandro VI, desencadenó y se involucró en decenas de situaciones políticas, envuelto en intrigas y en las tormentosas y traicioneras relaciones entre los poderes internacionales. Buscó a través de alianzas políticas y conspiraciones hacer que su familia se consolidase dentro de la nobleza italiana y acrecentar en toda posible ocasión su personal poderío, tarea que emprendió junto con sus hijos, Juan, César Borgia, Lucrecia y Jofre. los cuales sirvieron como instrumentos de sus maquinaciones políticas y religiosas.
Cesar Borgia, inicialmente destinado a una carrera clerical, fue nombrado Obispo de Pamplona con solo dieciséis años de edad, arzobispo de Valencia con diecinueve años y Cardenal solo un año después. Tras la muerte de su hermano mayor Juan Borgia en 1497, le sucedió como Capitán General de la Iglesia y pasó a reforzar la política militar y diplomática del Papa su padre, orientada a la consolidación de la Casa Borgia como una de las más poderosas familias de los estados italianos.

Retrato de Lutero
ANTECEDENTES ECLESIASTICOS DE LUTERO
El padre de Lutero dirigía varias minas de cobre y ansiaba que su hijo fuera funcionario civil para honor de su familia. Por eso envió a Martín a varias escuelas de Mansfeld, Magdeburgo y Eisenach. En la Universidad de Erfurt recibió el apodo de El filósofo. Según los deseos de su padre entró en la Facultad de Derecho, pero todo cambió cuando, durante una fuerte tormenta eléctria, un rayo cayó cerca de él al regresar de visitar a sus padres. Aterrorizado exclamó: ¡Ayudame, Santa Ana! Salió con vida y dejó la Carrera de Derecho y entró en el monasterio de los Agustinos el 17 de julio de 1505. Ordenado sacerdote empezó a enseñar Teología en la Universidad de Wittenberg.
Por sus capacidades intelectuales se le designó para impartir clases de ética aristotélica entre los novicios agustinos. Y debido a una intrincada disputa monástica se le encargó ir a Roma para instigar al Prior General de la Orden agustiniana a que nulara una reformas que se quería implantar en los conventos agustinianos en Alemania.
Ya en Roma Lutero no se sorprendió ni prestó demasiada atención a los vicios de la Urbe sino que se limitó a ejercer de típico peregrino sin sentido crítico porque, en aquel momento, Lutero no pensaba en la Reforma sino en su propia salvación y ello era un asunto puramente individual. Lo único que se sabe a ciencia cierta son las posteriores consideraciones que el joven profesor haría sobre la Ciudad Eterna, a la que calificaría como “sede del Anticristo”, “oficina de Satanás”, “nido de ratas” y demás calificativos de esta índole. Lutero pudo quedar abrumado por la corrupción, el fasto del clero y las aficiones terrenales de los altos clérigos, pero su fe católica se mantuvo inquebrantable. Tendría que ocurrir algo más para que se inclinase contra el Papado.
Papa Cayetano frente a Lutero
Un cristiano es un señor perfectamente libre de todo, sujeto a nadie, palabras de Lutero.
Influencia del humanismo y críticas a la autoridad papal
El humanismo renacentista también jugó un papel importante en la movida de la Reforma, ya que promovía el regreso a las fuentes originales del conocimiento, en primer lugar la Biblia, y criticaba las interpretaciones dogmáticas de la Iglesia. Los pensadores humanistas como Erasmo de Róterdam habían defendído una religión más pura y simple, basada en la lectura directa de las Escrituras. La creciente alfabetización y el uso del latín como lengua académica permitieron a un número mayor de personas participar en los debates sobre la religión.
Por su capacidad Martín Lutero fue la figura central de la Reforma Protestante. Su desafío al papado y a la Iglesia católica comenzó en 1517 cuando publicó sus 95 Tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg. Este documento contenía una lista de quejas contra la venta de indulgencias y otras prácticas corruptas de la Iglesia. Lutero creía firmemente que la salvación no podía comprarse, sino que dependía únicamente de la fe en Dios.
La imprenta: difusión de las ideas de Lutero
La imprenta, inventada por Johannes Gutenberg a mediados del siglo XV, fue algo clave en la difusión de las ideas de Lutero. Sus escritos fueron rápidamente reproducidos a imprenta y distribuidos por toda Europa, lo que permitió que sus ideas llegaran a un público muy amplio. Esto le dio a la Reforma Protestante un impulso sin precedentes y fomentó el surgimiento de otras figuras reformistas, como serían Juan Calvino y también el rey Enrique VIII en Inglaterra.
ALGO MÁS DE HISTORIA RELIGIOSA: EL CONCILIO DE NICEA
Remontándonos a los orígenes de la Iglesia hay que recordar que la Iglesia Católica Romana no existía en el año 325 después de la supuesta fecha del Nacimiento de Cristo. No había una Iglesia centralizada. Los cristianos que se solidarizaban con las enseñanzas de Arriano, Novaciano, etcétera, no se consideraban “sectas”, había un pluralismo de hecho aunque no de Derecho (éste era el Derecho legalizado del Imperio Romano). El “cristianismo triunfante” en el Primer Concilio de Nicea no era el “cristianismo” de la mayoría de los creyentes de aquel tiempo, sino que resultó ser el “cristianismo” impuesto por el emperador Constantino a la fuerza en el Concilio de Nicea. Los obispos reunidos en Nicea aunque estuvieran en desacuerdo con las decisiones del emperador y sus simpatizantes se tuvieron que someter a aprobarlas so pena de excomulgación, destierro y muerte. A la fuerza ahorcan, se dice ya que nadie, sea Obispo o seglar elige voluntariamente la condena a prisión o a Muerte. Así tuvieron que agachar la cabeza para salvarla de la decapitación. Y así, no milagrosamente, se realizó la unidad de la Iglesia Católica.
“No se perdió ni un momento en excluir a los ministros y maestros de las congregaciones separadas [es decir, no tenidas por “ortodoxas”] de cualquier participación en las dádivas e inmunidades otorgadas tan generosamente por el Emperador al clero ortodoxo. “Pero, ya que los sectarios pudieran seguir existiendo pese a la sombra de la desaprobación imperial, la conquista del Oriente fue seguida de inmediato por un Edicto anunciando su destrucción total. Después de un preámbulo lleno de pasión y reproches, el emperador Constantino prohíbe absolutamente asambleas de los herejes y confisca sus propiedades públicas para la venta o el uso de parte de la Iglesia Católica.”
Constantino I entra en el palacio imperial de Nicea. Él es emperador único de todo el amplio Imperio Romano, desde Bretaña hasta Persia, desde el Danubio hasta los desiertos de África. Su nueva capital, la “Nueva Roma”, la que pronto se llamó “Constantinopla”, se está construyendo a toda prisa cerca de Nicea, en la península de Bizancio. Será inaugurada cinco años más tarde, en el año 330 d. C.
Al final de unos dos meses de debates y deliberaciones, todos los obispos, menos dos, a saber, Teonas, de Marmarica en Libia, y Segundo, de Ptolemais, también en África, aprobaron el “Credo de Nicea”.
Arriano, no siendo obispo sino presbítero, no tenía voto. El decreto de aquel Credo en referencia a la relación entre Dios el Padre y Jesucristo estipulaba que los dos son consustanciales, o sea, de la misma sustancia, existiendo los dos desde la eternidad.
Pese a tener los arrianos mayoría al principio del Concilio, su concepto de la Deidad fue rechazado, y por fin, prohibido completamente, cediendo algunos arrianos con ciertas reservaciones declaradas; otros, en honor a la supuesta “posición tradicional” de la iglesia; otros, en apoyo de la unidad; y todavía otros, por temor a represalias por el emperador, pues Constantino había decretado excomulgación y destierro para quien rehusara aprobar el Credo.
Y esa Unidad de la Iglesia sufriría diversos embates hasta el de Martín Lutero.
San Marcos, reconocido como el tercer Papa de la Iglesia Católica, desempeñó un papel crucial en un momento decisivo de la historia del cristianismo. Su papado marcó el comienzo de una nueva era para la Iglesia, justo después de que el emperador Constantino otorgara carta de ciudadanía a los cristianos, legalizando su fe y permitiéndoles practicarla abiertamente. Hay que rrecordar que antes eran perseguidos, encarccelados y martirizados,
Contexto Histórico
El papado de San Marcos (alrededor del año 336 d.C.) se situó en un periodo de transición. Antes de la Edicto de Milán, que Constantino promulgó en 313 d.C., los cristianos eran perseguidos y sufrían por su fe. La legalización del cristianismo significó un cambio radical, permitiendo que la Iglesia emergiera de la clandestinidad y comenzara a establecerse como una institución reconocida en el Imperio Romano.
Papado de San Marcos
Elegido como Papa tras la muerte de San Silvestre, San Marcos asumió su liderazgo en un tiempo donde la Iglesia necesitaba consolidarse y fortalecerse. Su papado fue breve, durando aproximadamente solo un año, pero su influencia y decisiones sentaron las bases para el desarrollo de la Iglesia en el Imperio Romano.
Durante su tiempo, San Marcos se centró en fortalecer la unidad de la Iglesia y establecer normas que fomentaran la estabilidad y el crecimiento espiritual entre los cristianos. Aunque no se conocen muchos detalles específicos de su administración, su elección y su papel en este periodo son considerados significativos.
¿Fue realmente Constantino I el gran donador e impulsor del catolicismo? Recordemos como el espurio documento denominado “La Donación de Constantino” se convirtió en base legal que permitió al catolicismo adueñarse de ciudades enteras, bienes muebles, territorios en diferentes continentes, construcciones, bienes de renta y todo aquello que les sirviera para establece r la dominación religiosa medieval, magistralmente establecida mediante la absorción de la estructura política de un imperio débil que tras dominar el orbe conocido sucumbió ante la laxitud de Rómulo, su último emperador quien coincidentemente fuera nombrado como el mítico fundador de la gran Roma. La falsedad de la Donatio Constantini sería demostrada hábilmente por Lorenzo Valla y fue sustento sine qua non para reconocer el surgimiento de un imperio religioso que profesa la verdad pero que se sustenta soterradamente, según sus detractores, en una de los engaños más elaborados en la historia humana.
La Iglesia Católica lo identifica a través de la sucesión apostólica a San Pedro como el primer Papa, basándose, entre otros argumentos, en las palabras que le dirigió Jesús: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo» (Mateo 16, 18-19). Las demás iglesias apostólicas, como la Iglesia Ortodoxa, históricamente reconocieron la primacía del apostol Pedro y de sus sucesores, patriarcas de Occidente, pero solo de forma honorífica y no con las atribuciones que la Iglesia Católica le otorga. Además del Papa, obispo de Roma, los patriarcas de Antioquía (sirio-ortodoxos, greco-ortodoxos, maronitas, sirio-católicos y Greco-católicos) también se consideran ellos mismos como sus sucesores.

Un perfil de Águila en León XIV (Papa)
Con el Fín de la Dictadura franquista y la entrada en una etapa europeista que permitiese la entrada de España en el Mercado Común y luego en la Unión Europea, se abrió paso a un estudio y entendimiento distinto de lo que significó la Reforma Protestante especialmente después del Segundo Concilio Vaticano de la Iglesia Católica. El mismo Concilio Vaticano II, ¿no había aceptado algunas exigencias que habían sido expresadas por Martín Lutero, y gracias a las cuales muchos aspectos de la Fe y de la vida Cristiana parecen ser actualmente mejor expresados que antes? Más recientemente el Cardenal Kasper, en su obra Martín Lutero, una perspectiva ecuménica, asume también que Martín Lutero se ha convertido ya prácticamente en un Padre de la Iglesia común a las dos confesiones, la Católica y la Evangélica. El cardenal Kasper es autor de numerosas publicaciones, ha recibido más de una veintena de doctorados honoris causa y diversas distinciones. Pero sus aventuradas teorías sobre Lutero no han sido oficialmente aprobadas.

El Cardenal Walter Kasper en junio del 2008
El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero publicó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg, desencadenando la Reforma Protestante. Este acto, que cuestionaba prácticas como la venta de indulgencias, tuvo profundas implicaciones para la historia religiosa y cultural de Europa, afectando directamente al reinado de Carlos V y al Imperio español.
En conjunto, la Reforma Protestante transformó profundamente el panorama religioso, político y cultural de Europa. Mientras que por un lado fomentó el pluralismo religioso y el desarrollo de las lenguas vernáculas, por otro desencadenó conflictos que marcarían toda la historia europea durante siglos. Tanto para protestantes como para católicos, este proceso histórico trajo consigo importantes cambios y desafíos que moldearon tanto positiva como negativamente el desarrollo de la civilización occidental.
LUTERO. ENTRE EL ANTICATOLICISMO Y EL ANTISEMITISMO
Aunque a la larga, despues de conflictos politicos, e incluso de guerras, se llegó en Europa a una cierta tolerancia religiosa, no hay que olvidar que Lutero no fue un ejemplo de tolerancia. Tres años antes de morir, en 1543, escribió varios tratados de antijudaísmo cristianoide, siendo el más famoso el titulado: Sobre los judios y sus mentiras. Lutero convencido de sus doctrinas creyó poder convencer a los judios de que Jesús era el Mesías esperado, pero al no poder convencer ni a los fabinos ni al judios normal selanzó a una campaña antijudía. Según este tratado, los judíos son un pueblo abyecto y despreciable, es decir, no un pueblo de Dios, y su jactancia de linaje, su circuncisión y su Ley son pura vanidad. La sinagoga (o iglesias del pueblo judío) era una novia impura, una ramera y una mujerzuela impía. Como se ve, un lenguaje nada convincente ni comprensivo, sino cargado de resentimiento e intolerancia.
Lutero tras leer las publicaciones de Anthon Margaritha (judio que se convirtió al protestantismo) y la traducción del Talmud, propugnó que las sinagogas y escuelas rabínicas fuera consumidas por el fuego, sus libros de oración destruidos, que se prohíbiese a los rabinos (los sacerdotes del pueblo judío) predicar y enseñar, que sus casas fuesen arrasadas y sus propiedades y dinero confiscados. «No se les debe facilitar protección legal alguna», y «estos infectos gusanos venenosos deben prepararse para el trabajo forzado o la expulsión definitiva». Curioso antecedente del nazi antisemita Adolfo Hitler.
EL MUNDO Y LAS IGLESIAS HAN CAMBIADO
Martín Luthero se casó y tuvo hijos. Los pastores protestantes se casan, Pero algo que para Lutero hubiera sido imposible de aceptar es el que las mujeres pudiera ser sacerdotisas cristianas. Y eso hace tiempo que ocurre en las Iglesias protestantes.

Pastora evangélica Corinna Zisselsberger
En el 2023 una mujer, Corinna Zisselsberger, pastora protestante, hablando de las dificultades de las iglesias cristianas dijo que era preciso ponerse manos a la obra en la recuperación. Ella misma es un ejemplo que supera las creencias sobre el sacerdocio de las mujeres en la Iglesia que se tenían en tiempos de Lutero. Esa misma mujer ha sido nombrada Pastora capellana de la Policía de Berlín. Los tiempos cambian y las mentalidades también. Unas veces para bien, otras para mal como estamos viendo en los actuales tiempos de guerra y atropellos.

