A pesar del llamamiento de ciudadanos y colectivos ecologistas como ATAN, apelando al gobierno municipal de La Laguna para impedir la tala de un drago de gran porte en la calle Mazurca, finalmente en la mañana de este martes una empresa especializada procedía a cortar el árbol.
Los pasados días, la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza ATAN enviaba una carta abierta al alcalde del municipio, Luis Yeray Gutiérrez, advirtiéndole sobre la inminente tala y solicitando que “asuma el liderazgo y gestione el trasplante del drago a un lugar seguro donde pueda seguir viviendo y dando vida”.

Para ATAN, la explicación dada por el consistorio manifestando que, al encontrarse dentro de una finca urbana carece de capacidad legal para impedir su tala, no le exime de su responsabilidad de conservar un ejemplar de semejante porte.
Este drago, considera ATAN, debería haberse catalogado y protegido como árbol singular, como tantos muchos otros en el municipio. “Salvar este drago no es solo proteger un árbol: es proteger parte de nuestra historia, de nuestra identidad y de la vida misma”, afirmaban.
La organización ecologista había propuesto algunos lugares donde trasplantar el drago: el Campus Universitario de La Laguna o la la calle Heraclio Sánchez donde se encuentra el parque de Los Dragos, que se nutrió de muchos ejemplares desplazados de obras y donaciones.
ATAN recuerda que esta situación contrasta con lo ocurrido con el Drago de San Antonio, en Icod, cuando en 1961 el propietario del terreno mandó cortarlo, y el ayuntamiento procedió a adquirir la parcela y reparar el ejemplar.
ATAN: Sobre el drago talado
Esta maravillosa especie es el símbolo vegetal de la isla de Tenerife, declarado como tal por la Ley 7/1991, de 30 de abril, de símbolos de la naturaleza de las islas Canarias así que todo esfuerzo por parte de cualquier institución pública para proteger este ejemplar es está de sobra justificado legalmente y no solo moralmente.
El Preámbulo de esta Ley dice «Gran parte de los problemas ambientales que padece la sociedad moderna radican en la actitud distante y ajena que mantienen las personas respecto de su entorno. Los Gobiernos de las Naciones se vienen esforzando en cambiar esta actitud a través de programas que pretenden educar y mentalizar a los ciudadanos sobre los problemas ambientales. Sin embargo, en muchos casos, los cambios de actitud residen mas en la seducción y sensibilización de las personas hacia algo determinado, que en procesos estrictamente racionales».

