Por: Santiago Pérez
Entre las derechas “estatalistas”, anti autonomistas y cada vez más extremoderechizadas… y Junts, claro!
Es exactamente en lo que Clavijo y los demás elementos y elementos de su hornada están acabando de convertir a lo que sedicentemente llaman Coalición Canaria, sólo canaria -mucho cuidado con eso!-, ni de izquierdas ni de derechas.
Después de contemplar en vivo y en directo cómo Clavijo votaba una vez tras otra con el PP, Ciudadanos y Vox en contra de las iniciativas del Gobierno progresista en el Senado. Sí, en la Cámara a la que se escapó para acogerse a la magnificencia del insigne Marchena, y dejando “tirados” en la jurisdicción ordinaria a todos los lugartenientes que le acompañaron en los manejos ilegales de lo que se vino en llamar y se sigue llamando el Caso Reparos.
Sí, en la Cámara donde aparecía en la pantalla, votación tras votación, una lucecita solitaria entre los escaños ocupados por Junts, PNV, Bildu, Podemos y hasta ASG, que se encendía con el mismo color antigubernamental que las de los de Feijóo y Abascal. Era la de Clavijo.
Todos los días, todos, los senadores del PP se referían a Junts como los “golpistas”, con la misma insistencia con la que llamaban “herederos-de-ETA” a los senadores de Bildu.
En más de una ocasión tuve que decirles, desde la tribuna, que el Procés había sido un grave quebranto del orden constitucional, pero no un golpe de estado. Y que alguien tendría que demostrarme jurídicamente que ese quebranto había sido más grave, por ejemplo, que el secuestro del Consejo General del Poder Judicial durante años, y para designar “discrecionalmente” a jueces afines hasta copar el Tribunal Supremo, para que acabara ocurriendo lo que está ocurriendo. O más grave que la creación de la “Policía Patriótica” para perseguir a los adversarios políticos o para borrar las huellas de la corrupción de los gobiernos de Aznar y Rajoy y de tantas fechorías de la Lideresa Aguirre,de sus lugartenientes y de tantos otros.
Pero ahora ya no les escucho llamar “golpista” a Puigdemont. Y Feijóo debe estar a aprendiendo catalán a toda pastilla, no sea que tenga que hablarlo en la intimidad ya sabemos con quiénes. Pero, claro, con VOX soplándoles electoralmente en el pescuezo, no se atreven a proponer directamente nada a los epígonos de Pujol y de Más. Ni se atreven a presentar una Moción de Censura que necesitaría del respaldo de VOX y de JUNTS, previa bendición urbi et orbe de Puigdemont desde su refugio de Waterloo.
“Y en esto llegó el de Lugo”, digo Clavijo, para hacerle el juego sucio a todas las derechas, desde la neofranquista hasta la “golpista” catalana. Demasiado les debe para no pagarles esta factura ahora, que es “cuando toca”, como diría el Jordi.
Y, ya por segunda vez y cumpliendo el timing que le ordena Génova, vuelve a exigir que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza, cuya iniciativa es potestad exclusiva del presidente del Gobierno.
Y eso que, hasta ahora y a pesar de la endiablada geometría parlamentaria y del rol inmundo que el PP está haciendo jugar al Senado, esta legislatura está siendo infinitamente más fructífera en todos los órdenes que la actual legislatura del Parlamento de Canarias. Y no digamos si nos ponemos a hacer un balance de los resultados de la gestión de Pedro Sánchez, al que Clavijo (perdón, el PP, Vox y Junts) exige que se someta a una Cuestión de Confianza y la del gobierno clavijista, cada uno en función de sus competencias.
Así que mira por dónde tenemos a nuestro Clavijo, que no es de izquierdas ni de derechas, sólo canario, convertido en enlace e intermediario de todas las derechas de la piel de toro y de los poderes fácticos a los que representan, se llamen o se disfracen como les dé la gana. Y si finalmente tuviéramos o tuviésemos Moción de Confianza y votaran contra el Gobierno PP,VOX, JUNTS y Coalición Canaria, que es lo que en el fondo está tratando de orquestar l´ambassadeur Mr. Clavijo, ¿todos ellos serán socios, aliados o coleguitas de una noche loca?
El intermediario. Aunque tal vez una periodista “responsable de contenidos” de la Cadena SER de las Colonias, y de gatillo fácil a la hora de hacer méritos ante la corte clavija, se atrevería a llamarlo MAMPORRERO. Razones no le faltarían. Pero no; no creo que se atreva.

