Por: Eloy Cuadra
Imagino que ya lo saben muchos: la aporofobia o criminalización de los pobres es una de las piedras angulares de este capitalismo reaccionario y salvaje que viene de la mano de las ultraderechas en España.
Si eres activista social eres un terrorista, un porreta, un perroflauta, un antiespañol o cualquier otro descalificativo que se les ocurra; si eres parado eres un vago; si eres inmigrante de piel oscura eres peligroso, o un violador; si eres mujer reivindicativa eres feminazi; si pides ayudas sociales quieres vivir de las paguitas; si luchas contra la destrucción del territorio estás contra el turismo; y así con cualquier asunto que les pueda molestar a sus señorías, y en Canarias no íbamos a ser menos.
En este tsunami de regresión y odio en el que andamos inmersos, hoy le toca el turno al alcalde de Santa Cruz de Tenerife y diputado en el Parlamento de Canarias, que se arranca una vez más con unas declaraciones en prensa gravísimas (adjunto recorte), afirmando que las personas sin hogar de Santa Cruz son en su mayoría adictos y enfermos mentales, cuando sabemos por los datos de Cáritas y de otras organizaciones y por la experiencia propia que no es así, y que la mayoría no son ni locos ni tienen adicciones, son gente que se ha quedado sin casa y vive en la calle. Y aunque la mayoría fueran locos o adictos, que no es el caso, tampoco merecería en esa estigmatización pública.
¿A qué juega el señor alcalde poniendo a las personas vulnerables en el disparadero? Si mañana una persona sin hogar aparece muerta en un cajero por una paliza o quemada en un barranco, habrá que buscar a los culpables para juzgarlos, pero también a los instigadores.
No señor alcalde, no señor diputado, no señores de Coalición Canaria y Partido Popular, así no: el odio solo engendra más odio, recuérdenlo. Aparte que para generar odio ya están los de Vox, si ustedes quieren hacer las mismas políticas monten una coalición y así no confunden a nadie.