Antonio Morales
El sol y el viento de Gran Canaria, en especial en la comarca sur-sureste de la isla, han sido pioneros a la hora de alentar y soplar a favor del cambio de modelo energético basado en las energías renovables en el archipiélago. Este histórico testigo ha sido recogido por el Cabildo de Gran Canaria y, desde hace una década, avanzamos con firmeza por la senda de la descarbonización.
Y lo hemos hecho con una hoja de ruta que no se ha desviado de sus objetivos fundamentales y ha rechazado adentrarse en vericuetos gasísticos que habrían retardado y jugado en contra de esta transición. La incorporación de las nuevas plantas fotovoltaicas que se daban de inaugurar en Telde y Agüimes añaden nuevas e importantes piezas a este gran puzle para componer un futuro más sostenible para nuestro territorio. Y contribuyen también a consolidar la posición de la isla como el territorio insular líder en la introducción de energías renovables en el archipiélago.
Los datos de introducción de renovables son muy elocuentes. En Gran Canaria la potencia total instalada de renovables en el mes de abril de 2024 era de 382,6 MW frente a los 343,8 MW en la isla de Tenerife y de 134 MW en Lanzarote y Fuerteventura. La producción de renovables es en Gran Canaria de 217 GWh frente a 172,3 GWh en Tenerife y 70 en el resto de islas.
La integración de renovables es en nuestra isla del 20% frente al 15% en Tenerife y 14% en Fuerteventura y Lanzarote. Y un dato muy importante es que los vertidos ascienden a 21.258 MWh lo que multiplica por cuatro el de las otras islas y habla de la necesidad y la oportunidad de disponer de recursos de almacenamiento de estas energías para lo que contamos con Salto de Chira, que cumplirá esta función primordial.
En definitiva, esto nos ayuda a avanzar por ese necesario camino hacia un modelo cada vez más sostenible que se enmarca en nuestro proyecto integral de Ecoísla. Se trata además de un recorrido que no puede permitirse desvíos ni demoras en el actual contexto de calentamiento global y de adaptación a los efectos del cambio climático.
La sólida trayectoria de Naturgy al impulso de la transición energética en Canarias y en especial en esta isla nos dice otras cosas. Porque expresa con claridad cómo las empresas del sector saben que cuentan en Gran Canaria con un ecosistema social y político favorable para esta clase de inversiones gracias al liderazgo del Cabildo y al consenso logrado para fomentar la transición energética.
En este sentido, hoy podemos decir con satisfacción que dos de las plantas se tramitaron a través de un expediente de interés público y social del Cabildo. No obstante, necesitamos simplificar y acelerar los procedimientos, porque estamos inaugurando parques cuyo trámite se inició hace siete años en en Gobierno de Canarias. Se trata de plazos incompatibles con la urgencia climática que sufre el planeta y con nuestro compromiso con la transición energética global. La maraña administrativa, la falta de recursos humanos y cierto retardismo neonegacionista enquistado en algunos ámbitos son obstáculos que hay que eliminar.
Los datos avalan los pasos dados en la última década por parte del Gobierno de la isla. La potencia fotovoltaica instalada ha crecido un 25%. Además, hemos extendido esta revolución por nuestras instalaciones y contamos por ejemplo con la planta solar más potente gestionada por una administración pública de Canarias, a lo que se suma la apuesta por la reducción de la huella de carbono en la cadena de tratamiento y producción de agua industrial.
Igualmente, y ante la importancia de involucrar al conjunto del tejido social y económico de Gran Canaria en este cambio de paradigma, hemos multiplicado los incentivos para el autoconsumo o la implantación de comunidades energéticas y ahora mismo encabezamos también esta estadística, de modo que casi la mitad de esta variante de producción está concentrada en la isla. Asimismo, nuestro compromiso para seguir sumando voluntades a este proceso transformador ha cristalizado también en la creación de las Oficinas Oficina de Transformación Comunitaria y Transición Energética o en el Pacto de las Alcaldías. Se suma a que somos el primer territorio del archipiélago en disponer de una Estrategia para la Mitigación y la Adaptación al Cambio Climático.
Sin embargo, somos conscientes de que los desafíos son tan importantes que no podemos detenernos aquí. Por este motivo, contamos con una estrategia, que nos permitirá alcanzar el 60% de penetración de las energías limpias en 2030, que contempla nuevos hitos que confirman la posición de avanzadilla de la isla, incluido el hecho de que Gran Canaria será el primer territorio del Estado donde se implantará la eólica marina tras el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Transición Ecológica.
Y en este paisaje de futuro destacará a corto plazo, como les decía al principio de este texto, la entrada en escena de la central de Salto de Chira como gran recurso de almacenamiento e introducción de renovables y de producción de agua para la agricultura. Este proyecto, que aprovecha las presas construidas por nuestros antepasados y hereda su visión estratégica, contiene también los principios de soberanía energética, soberanía alimentaria y seguridad hídrica. Y detrás vendrán otros de funcionamiento similar, aprovechando otras presas y generando otros saltos, esta vez con agua salada.
Estos ejes son, a la vez, los cimientos de una isla basada en un desarrollo económico y social más integrador y ecológico. Por lo tanto, proyectos como los que se acaban de inaugurar en Gran Canaria afianzan esta trayectoria hacia la sostenibilidad, y lo hacen además generando empleo y diversificación económica.
Quiero por último felicitar a Naturgy como empresa promotora y a todos los equipos técnicos y de instalación que han ejecutado los proyectos de manera diligente y oportuna. Hoy podemos celebrar conjuntamente que damos otro paso adelante guiados e inspirados por el sol de Gran Canaria.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria