Eloy Cuadra, escritor y activista social.
Lo primero es la constatación del fin de un proyecto político y el idéntico camino que lleva otro de características similares. Estamos hablando en primer lugar de Unidas Podemos, de fracaso en fracaso, de desaparición en desaparición en las tres o cuatro últimas elecciones autonómicas en España. Sumar es el otro, el mismo camino lleva, aunque un poco más lentos. Ambos proyectos son víctima de sus propios errores y de sus políticas blanditas, suaves, políticamente correctas, de no molestar al sistema y ser muleta del PSOE, sin resolver nada de lo verdaderamente importante. Visto lo visto Sumar y Unidas Podemos harían un gran favor a Canarias si desistieran de presentarse más a futuros comicios electorales, ni de intentar movilizar, ni concurrir con nadie. Probablemente no ocurra y será energía despilfarrada y votos perdidos, los pocos que se lleven.
Lo segundo que deberíamos aprender de una vez por todas en Canarias, teniendo como tenemos similitudes con el País Vasco en cuanto a sentimientos nacionalistas e identidad diferenciada como pueblo, es lo bien que les va a ellos votando mayoritariamente opciones vascas, dejando a los dos partidos estatales por antonomasia, PSOE y PP, en tercer y cuarto lugar con porcentajes bastante bajos. Claro que, que en Canarias no tengamos un paralelismo en este sentido es sobre todo culpa de los propios partidos canarios, pues los que debieran parecerse un poco a EH-Bildu hace muchas décadas que en Canarias están a otras cosas muy erradas, y Coalición Canaria no es ni de lejos algo parecido al PNV, ni en seriedad ni en capacidad de trabajo. Cierto que con las prebendas, las concesiones y los fueros vascos se gobierna mucho mejor, pero ese es otro tema. En cualquier caso y salvando la abismal distancia que nos separa de la primera comunidad del país en riqueza, en prosperidad, en industria y en preparación, bien haríamos en ir cogiendo recortes de los aguerridos norteños.
Y lo tercero que nos enseñan las elecciones vascas de este domingo, consecuencia de los dos párrafos anteriores y quizá lo más importante, es que EH-Bildu ha conseguido unos resultados históricos, siendo votados mayoritariamente por jóvenes de menos de cuarenta años. Es la resultante de llevar cuatro años haciendo políticas sociales para la gente, en vivienda y en otros derechos básicos, cuatro años en los que no han sacado ni una sola iniciativa que tenga que ver con independencia, y han hecho tres cuartos de lo mismo en su actividad parlamentaria en Madrid. Y es que la gente, en general, en todos lados, están hartas de los partidos políticos, porque no resuelven los problemas de los ciudadanos. En el País Vasco, salvando las distancias, también tienen muchos problemas con la vivienda, especialmente los jóvenes, y EH-Bildu ha entendido a la perfección lo que pasa y ha sabido canalizar ese descontento de la juventud que nada sabe de ETA en su beneficio, con propuestas serias y con trabajo, no con humo y fanfarria.
Días antes de las manifestaciones multitudinarias del 20 de abril, muchos tertulianos de medios de comunicación pegados al sistema, criticaban las movilizaciones preguntando a quién representaban los convocantes y quién los había votado, argumentando que Clavijo, y el PP, y los del PSOE, están ahí porque la gente en Canarias los ha votado, y eso es lo que hay, es la voluntad del pueblo canario, no hay más. El sábado salieron más de cien mil personas a la calle en Canarias, muchos más de los que sus señorías esperaban, pero, ¿qué creen que va a pasar en adelante? Salvo que las movilizaciones se mantengan semana tras semana, mes tras mes, en igual o mayor intensidad en nuestras calles, y seamos capaces de voltear el sistema, cosa muy poco probable, lo que en verdad va a pasar es que su señorías dejarán pasar el tiempo hasta que el temporal amaine, harán algunos guiños de cara a la galería para hacernos creer que han captado el mensaje, y todo seguirá básicamente igual de mal. Todo seguirá básicamente igual, si no encontramos la forma de canalizar el descontento y el hartazgo social de la mayoría de la gente en Canarias expresado inequívocamente el pasado sábado, en una opción política canaria sin sucursalismos, digna, seria, responsable y valiente, con un programa de corte claramente social que aspire a llevar a Canarias a unas cotas de autogobierno parecidas a las que hoy tiene el País Vasco, sabiendo que en ese camino habrá que luchar también por cambiar las reglas. Nada fácil como ven, esta opción, en el lado positivo: el caldo de cultivo social parece estar listo.