Los ecologistas alertan del modelo turístico depredador proyectado para la isla de El Hierro.
La Asociación Ecologista Ossinisa pide el apoyo masivo a las manifestaciones convocadas en toda Canarias para el 20 de abril con el lema “Canarias tiene un límite”. Según advierten, El Hierro, que actualmente pasa por una situación de emergencia hídrica y ambiental, tiene índices de pobreza alarmantes y es una isla donde es casi imposible conseguir una vivienda de uso residencial. Todo ello agravado con la denominada “ley de islas verdes”, que promociona la construcción de viviendas vacacionales en entornos rurales (con un crecimiento de la oferta un 25% al año). Este modelo turístico expulsa a los herreños de sus pueblos y pone en manos de esta industria todo el suelo rústico (casi la mitad de la isla), acelerando un proceso de gentrificación, con daños sociales y ambientales que pueden ser irreversibles, aseveran.
La asociación manifiesta que, según los objetivos de la Estrategia de Turismo Sostenible de España 2030, el desarrollo turístico ha de estar sustentado en los tres pilares de la sostenibilidad: socioeconómica, medioambiental y territorial. El modelo por el que se apueste ha de ser sostenido y sostenible, apoyado en la mejora de la calidad de la oferta y de la capacidad competitiva, pero también y al mismo nivel, en los valores ambientales y culturales y en una distribución equitativa de los beneficios y cargas del turismo.
El incremento de la oferta turística ha de estar acorde con la capacidad de carga del territorio y atender como objetivos prioritarios, por un lado, la preservación de los valores naturales y culturales y, por otro lado, generar riqueza social mediante el reparto equitativo de los beneficios del sector. De esta manera, se pueden afrontar retos, como la despoblación de los núcleos rurales y en ningún caso, como sucede en El Hierro, con una población de hecho de 7000 habitantes, generar situaciones conflictivas con casi ausencia de viviendas residenciales en alquiler, al mismo tiempo que se ofertan 544 viviendas vacacionales.
Por otro lado, en consonancia con el objetivo de sostenibilidad, la actividad turística se debe entender siempre como una actividad complementaria, dirigiéndose los mayores esfuerzos al sector primario, que es el que garantiza la producción alimentaria de forma sostenible.
Para los ecologistas, la llamada “ley de las islas verdes” que se aplicará (entre otras herramientas) por medio de una ordenanza (redactada por el Cabildo del Hierro) que regula los establecimientos turísticos alojativos (en suelo rústico común, suelo rústico de protección agraria o suelo rústico de protección paisajística), como son casas y hoteles rurales de nueva construcción, apartamentos y villas (con número de plazas no superiores a 40), permite depredar de manera irreversible el suelo rústico herreño (un 41% de la superficie insular). Según los ecologistas, “una parcela de 10.000 m2 en suelo rústico de protección agraria, que estuviera totalmente preparada para el uso agrícola, podría transformar como máximo el 60% de su superficie para destinarla a edificación turística y equipamiento complementario, con la pérdida de ese escaso recurso que es el suelo agrícola. Por otro lado, además de impermeabilizarse una superficie importante del suelo, se permiten piscinas, barbacoas y cerramientos de hasta dos metros de altura, todo ello sin establecer claramente las condiciones de las instalaciones de saneamiento. Estas instalaciones turísticas podrían construirse en paisajes tan emblemáticos de El Hierro como la meseta de Nisdafe, Tancajote o El Golfo, alertan.
En el actual contexto de Cambio Climático, emergencia hídrica y ambiental en la isla de El Hierro, esta ordenanza representa una hoja de ruta premeditada para poner en venta la isla a especuladores, provocando daños irreversibles en los recursos naturales, el paisaje, el tejido social y económico de los pueblos de la isla, condenándonos a un modelo turístico ya fracasado.
Los ecologistas también piden que se sumen a estas reivindicaciones del 20 de abril los pequeños empresarios turísticos de la isla de El Hierro, que han contribuido al bienestar social y a la calidad de vida con un producto turístico diferenciado, familiar y cercano. Muy diferente al caduco modelo depredador que pretenden imponer, que amenaza una actividad turística sostenible referente en Canarias.
Que el Cabildo de El Hierro haya aprobado recientemente la declaración de interés insular del proyecto de construcción de un hotel de cuatro estrellas, con 100 camas y 30 villas turísticas con piscinas, en suelo rústico de protección agraria intensiva en un escenario de emergencia hídrica y emergencia ambiental provocada por el colapso del vertedero de residuos de la Dehesa, es un disparate. Contexto agravado además con las considerables pérdidas en la red de abastecimiento de agua (superiores al 60 %), el desmantelamiento del sector primario, la dependencia de las energías fósiles y los altos niveles de empobrecimiento de la población herreña. En consecuencia, ciertos sectores políticos de la isla están empeñados en promover, legislando, un modelo de turistificación y gentrificación, donde la mayoría de la población solo podrá aspirar a trabajos precarios y subalternos, con un coste medioambiental inasumible.
Por todo ello, Ossinisa pide un apoyo masivo a las manifestaciones convocadas para el 20 de abril, con el claro objetivo de gestionar de forma razonable y sostenible los recursos de Canarias, facilitando que nuestra tierra pueda tener un futuro digno.