La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública Canaria, a través de un comunicado, muestra su desconfianza en el proyecto de política sanitaria del actual gobierno de Canarias.
«Ya los conocemos de sobra, ahora por mucho que se tiren a la cara los agujeros de sus respectivas gestiones siempre han perjudicado los principios y bases que podrían hacer posible una Sanidad y Salud Pública de calidad en Canarias.Han sido los sucesivos gobiernos de Coalición Canaria, en solitario o en alianzas alternantes con PSOE o PP, los que han utilizado fundamentalmente el dinero público mediante la vía de los conciertos o convenios singulares con las empresas privadas para debilitar a la Sanidad Pública y fortalecer a la sanidad lucrativa. Tampoco el gobierno del “Pacto de las flores” marcó distancias con los anteriores al promover la llamada “colaboración público-privada” en el llamado “Pacto para la Reactivación Social y Económica de Canarias”, todo un conjunto de políticas neoliberales continuistas.
La dinámica gerencialista, propia del neoliberalismo, somete a las y los profesionales a una situación de sobrecarga que empuja a relegar valores importantes como son la escucha y la comprensión de la situación personal a fin de crear un vínculo humano, así como la atención al modo de vida y los factores sociales. A su vez el neoliberalismo actúa sobre la población, que pasa a ser entendida como una masa cuyo consumismo sanitario puede ser incentivado según los intereses del mercado. Sobre todo a través de la estrategia del miedo que lleva a las personas a solicitar más fármacos, más estudios y pruebas sin evidencia de efectividad, alimentos o actividades supuestamente curativas,… Es decir, a una medicalización de la salud.
Hasta ahora, todas las gestiones sanitarias que hemos sufrido se han caracterizado por su alejamiento de la necesaria gestión profesional practicando una de carácter “político”, reflejada tanto en la aplicación de los referidos mecanismos impuestos por el neoliberalismo, como en la conformación de equipos dirigentes partidistas además de estar francamente alejados del día a día de las “trincheras” en las que se lucha denodadamente contra la enfermedad y por la salud de nuestra población.
El actual Gobierno no nos anima a esperar una mejora sino todo lo contrario dado que desde el documento firmado para el pacto de Gobierno como en hechos tales como que el Presidente Clavijo expresara la necesidad de una gestión profesional en la Sanidad y luego nombrara para puestos claves como son las Direcciones de Área o Gerencias de Grandes Hospitales a personas con nula experiencia sanitaria y sirva de ejemplo el caso de Lanzarote al designar a una persona Técnica en Agencias de viajes y Eventos, en La Palma a una Auxiliar Administrativa, en Tenerife a una persona que ha sido Gestor en una planta de envases. También en Tenerife, se designó para la Gerencia del Hospital Universitario a una persona que ha desarrollado tareas como las de Delegado de una Empresa municipal y Concejal de un Ayuntamiento desde el 2007 al 2023. Todo ello desdice de las palabras de Clavijo y no hacen concebir muchas esperanzas en que se solucionen los problemas de la Sanidad Canaria.
Por otro lado, hemos insistido en el pasado sobre la precariedad de los dispositivos de Salud Pública en nuestra comunidad a la que se le dedica un ridículo porcentaje del presupuesto de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias habiendo demostrado sus enormes debilidades en el curso del desarrollo de la pandemia así como en los malos indicadores de salud de la población canaria referidos a la mortalidad por diabetes, por enfermedades cardiovasculares, por cáncer, por enfermedad pulmonar obstructiva crónica….
Así mismo, desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias (ADSPC) queremos insistir en que no hay solución sin la participación de profesionales y población en la toma de decisiones, en los Consejos de Salud u otros órganos de participación, respecto de la gestión del Servicio Canario de la Salud como se contempla en su normativa y que no se cumple.
La Sanidad Canaria aún tiene solución pero son necesarias:
Una Ley de Sanidad y Salud Pública de Canarias que regule el funcionamiento general.
Un cambio radical en la gestión para Salvar la Atención Primaria, acabar con las diversas listas de espera, crear las infraestructuras que se necesitan, disminuir los conciertos con entidades privadas para situar paulatinamente su porcentaje en el mínimo posible hasta su extinción en una Sanidad Pública autosuficiente en personal y recursos materiales.
Cambio en las políticas de personal, cubriendo las plazas necesarias con contratos dignos y programas de formación e investigación con los que se crearían una fuerte vinculación del personal con el Sistema Público.
Presupuestos suficientes para cumplir todos los objetivos, fundamentalmente en Atención Primaria y Salud Pública.
Para lograrlo, puede ayudar la reactivación ya en marcha en el Parlamento de Canarias de la tramitación de la ILP sobre Salud y Sanidad avalada por 25.000 firmantes. En ella se recogen todas las reivindicaciones citadas así como otras muchas, como las referidas a los necesarios hospitales comarcales resolutivos, las camas sociosanitarias, la salud mental, la salud sexual y reproductiva, la atención temprana, la geriatría, las drogodependencias…
Pero para ello hay que organizar la imprescindible movilización de profesionales y ciudadanía que obligue al Parlamento de Canarias a establecer un Pacto por la Salud y la Sanidad Pública que deje sentadas, para siempre, las bases que las garanticen, ¡gobierne quien gobierne!.»