Estoy convencido de que Usted, señora ministra, llegará a presidir el gobierno de España, demos tiempo al tiempo.
He hecho campaña a favor de Sumar, he hecho meditar el voto a muchas personas para que votaran a favor de un gobierno de coalición de izquierda progresista. No soy dudoso y todo lo hago públicamente, utilizando los medios a mi alcance, redes sociales, periódicos y revistas digitales, radio, etc.
Su paso por el primer gobierno de coalición de nuestra democracia ha sido todo un éxito. Logró algo insólito en política y que no sucedía hace años, unir la patronal, los sindicatos y el gobierno para reformar una ley laboral obsoleta y despiadada para el trabajador creada por el gobierno de Rajoy.
Ahora nos ha prometido algo muy novedoso y que ha traído innumerables críticas. La “herencia universal” de 20.000 euros al cumplir los 18 años.
Esta ‘herencia universal’ consistiría en una especie de cheque de 20.000 euros que se otorgarían a los jóvenes cuando cumplieran 18 años, con el fin de que sea destinado a invertir en la compra de una vivienda, en educación o en lo que se requiera.
Hasta ahí todo muy bien, ganarse el voto y la confianza de los jóvenes españoles, con la promesa de financiación a fondo perdido para que puedan emanciparse de la casa de sus progenitores me parece perfecto, otra cosa será la realidad y veremos como acaba el tema.
No obstante, creo que se ha saltado el orden de prioridades. Lo primero es lo fundamental, lo primero son los derechos fundamentales de millones de mujeres que, en los años 70/80, dejaron sus trabajos remunerados, para atender a sus familia, marido e hijos primero y nietos después. El perfil es que el 83% de las mujeres “cuidadoras” tiene una media de 65/70 años, con estudios primarios y que su base de cotización a la seguridad social no sobrepasa los 5/10 años.
Lo irrisorio del caso es que para poder optar a una pensión no contributiva tienen que convivir con su marido, el que tendrá que demostrar que cobra una pensión inferior a los 12.000 € anuales, para obtener unos 460 € mensuales. Caso de que supere esa cantidad se le deniega la no contributiva.
Sin embargo, si la mujer demuestra que está viviendo con su hijo, por ejemplo, y este no sobrepasa la cantidad de 28.000 € al año sea que si vive a expensa de su hijo/a le dan la paguita mensual, pero si vive con su marido y no está en la indigencia, en la miseria, se le niega el pan y la sal.
Esto es, si no fuera por lo dramático del asunto, de comedia berlanguiana, de cachondeo administrativo y de la España negra franquista.
Esta en su mano poner remedio a esta discriminación de la mujer, está en su mano reivindicar a la mujer, madre y abuela, a las que nos han parido y dado toda su juventud por nosotros, hagamos que puedan morir con medio pan bajo el brazo.
Antes de los jóvenes, atendamos a nuestras mayores.
Atentamente.:
Joaquín Hernández.