El incendio de Tenerife es cuestión de Estado. Pero el estado se aleja de Canarias.
En cualquier país europeo, ante la gravedad de un incendio tan arrasador, ya habría intervenido la solidaridad de la Unión Europea con apoyos aéreos y terrestres. Incluyendo efectivos técnicos y humanos especializados y con experiencia en este tipo de catástrofes como lo es el dramático incendio de Tenerife.
Ante un escenario tan dantesco, el presidente del Gobierno ha enviado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y al titular de Turismo, Comercio e Industria, Héctor Gómez.
Pedro Sánchez anuncia que podría venir el próximo lunes. Está muy ocupado «negociando» su más que probable investidura. ¿Y el rey y jefe del Estado, Felipe VI? ¿Dónde está el rey de España? Ni está ni se le espera. Canarias le queda muy lejos.
Siento tristeza. Veo arder Tenerife desde la distancia. Las cadenas de televisión nos ofrecen imágenes de un incendio dantesco. El fuego avanza implacable. El fuego, dislocado, arrasa los pinos. El horrible incendio destruye la Naturaleza. Tenerife arde en llamas. Hoy, más que nunca, los canarios tenemos el deber moral y solidario de querernos como hermanos. Querernos un poco más.
La Isla de Tenerife es conocida y querida en todo el mundo. ¿Podría ser el cambio climático una de las causas colaterales del terrible incendio de Tenerife y otros países que están siendo arrasados por el fuego y las temperaturas tan dislocadas?
¿El incendio de Tenerife, con la ola de calor añadida, podría ser un triste ejemplo del cambio climático? No lo sé.
Sin embargo, estamos sudando la gota gorda con los cambios bruscos de temperaturas nunca antes registradas en todo el mundo. Al menos en los últimos 50 años. El voraz y virulento incendio de Tenerife – haya sido o no provocado-, preocupa a escala planetaria. La Isla arde y se quema una parte del encanto de su naturaleza y sus bellos bosques. Creo que es hora de que el presidente del Gobierno y el rey Felipe VI, vengan a Tenerife para que observen de cerca el infierno atroz que destruye miles de pinos canarios y miles de plantas autóctonas. Tenerife es una cuestión de Estado. Canarias, llora. Y lloramos porque sentimos la muerte de los pinos calcinados. Tenerife llora por el dolor de sus bosques que forman parte del patrimonio isleño. El Gobierno de Canarias tiene que exigir al Gobierno central la instalación de una base permanente de helicópteros e hidroaviones ubicada en los aeropuertos de Los Rodeos o Reina Sofía en Tenerife. Y otra base en el aeropuerto de Gran Canaria. Incluyendo los aeropuertos de todas las Islas. Un incendio es imprevisible. Los ciudadanos viven con miedo. Se sienten inseguros por la proliferación de incendios en Canarias.
Se necesitan 24 horas diarias de servicio disponible en los aeropuertos con helicópteros e hidroaviones potentes para combatir el fuego con mayor rapidez; lo que permitiría una operativa más eficaz de los pilotos y ayudantes técnicos para poder extinguir un incendio. Ellos y ellas también se juegan la vida en su lucha desde el aire combatiendo o tratando de extinguir un incendio.
Vivimos a 2.000 kilómetros de distancia de la capital de España. A ver si el presidente Fernando Clavijo, el Gobierno de Canarias y todo el arco parlamentario canario se ponen las pilas y le informan al presidente, Pedro Sánchez, que nuestro Archipiélago no es Logroño, ni Soria, ni Toledo. Canarias es una parte de España separada, alejada, territorialmente de la Península por 2.000 kilómetros rodeados de mar por todas partes. Somos de lejos…
Los sentimientos de los tinerfeños son mis sentimientos. Su tristeza es mi tristeza. Pero, en política, no existen los sentimientos ni las lágrimas. En política, hacen falta hechos. El Gobierno de Canarias, formado por Coalición Canaria, Partido Popular y la Agrupación Socialista de La Gomera (ASG), tienen la responsabilidad política y moral de defender y salvarguardar la seguridad de Canarias, de todos los canarios y de nuestros bosques que forman parte del patrimonio isleño. Porque, cuando un bosque se quema o lo queman intencionadamente con alevosía y maldad, algo nuestro se quema. Hay que modernizar todos los Parques de Bomberos, sus instalaciones y su material profesional. Un bombero salva la Naturaleza. Un bombero, tanto hombres como mujeres, salvan vidas y tratan de salvar bosques. Hay que ampliar la plantilla del SEPRONA (Servicio de la Protección de la Naturaleza y Medio Ambiente de la Guardia Civil). Su presencia y vigilancia es vital para la vida y defensa de nuestros bosques. El SEPRONA goza de gran prestigio profesional y humano. El Gobierno Canario, los Cabildos Insulares y los Ayuntamientos, tienen la responsabilidad política de invertir en la modernización de los Parques de Bomberos, actualizando al máximo su capacidad profesional que debe contar, además, con salarios dignos, con equipos técnicos y material moderno para poder ejercer un trabajo de auxilio donde ponen en juego sus vidas. Los agentes forestales y medioambientales han de ser profesionales bien cualificados y entrenados. El agente forestal, también tiene que disponer de material moderno y remuneraciones apropiadas. Los Cabildos y Ayuntamientos deben prohibir las barbacoas durante los 365 días del año.
¿Y qué hacer desde el terreno de la Justicia cuando se comprueba que un incendio ha sido intencionado? Con el Código Penal vigente, a un pirómano confeso y autor directo de un incendio provocado que se lleva por delante miles de hectáreas de bosque, en caso de poner en peligro la vida o integridad física de las personas con el incendio, la pena aplicable será de 10 a 20 años de prisión. No obstante, si el peligro tuviese poca entidad, los Tribunales podrán aplicar la pena inferior en grado (5 a 10 años -1 día de prisión). ¿No es hora de modificar el Código Penal español para que se eleven aún más las penas y se alarguen los años de prisión cuando se confirme la confesión y la autoría de un incendio intencionado, provocado con la maldad de cargarse un bosque y atentar contra la integridad física de los ciudadanos? Los delincuentes que queman los bosques, tienen que vivir en la cárcel. A esos desarmados que «siente fascinación por el fuego y elementos relacionados como la gasolina, fósforos o brasas», no se les puede dejar sueltos y de paseo. Son «asesinos» confesos que matan los bosques. «Son personas que padecen trastornos de control de impulsos».
En España no existe la cadena perpetua, pero sí la prisión permanente revisable que tendría que ser la pena máxima que un juez debe imponer a estos golfos, cobardes y bandoleros que se divierten incendiando bosques y destruyendo la Naturaleza.
Insisto: es urgente abrir un diálogo y una negociación con el Gobierno de España, para que apruebe en un Consejo de Ministros nuevas instalaciones para ubicar las bases de helicópteros e hidroaviones cuya misión, entre otras, sería cubrir un servicio de 24 horas diarias durante los 365 días del año. Idéntico operativo en todos los aeropuertos canarios o Bases Aéreas de Canarias. El fuego no avisa. Hay que estar en alerta permanente.
Sin bosques, no hay vida. Sin árboles, no se respira. Hay que reverdecer Tenerife.
Vivir es urgente.
Un abrazo muy grande para Tenerife!
Por Armando Marcos. Periodista