En esta ocasión se trata de las personas precarias que malviven en el entorno del Parque Marítimo
Según anuncia el periódico El Día en un titular de este domingo: «Santa Cruz declara la guerra a los `okupas´ de la ‘playa de iglús, del Parque Marítimo». La noticia apunta a que este lunes 14 de agosto serán desalojadas las personas (canarias, peninsulares y extranjeras) que desde hace tiempo, por fuerza mayor, por carecer de otros recursos habitacionales, malviven en el entorno del Parque Marítimo en tiendas de campaña y otras infraviviendas, por orden de la entidad municipal que gestiona el Parque Marítimo.
La información refiere que a las personas se les ha ofrecido desde Asuntos Sociales del Ayuntamiento las alternativas habitacionales que hay en estos casos. Ante estos hechos, la Acampada Reivindicativa Lolo Dorta advierte de que lo que no dice el periódico ni el Ayuntamiento es que la alternativa habitacional que hay para personas sin hogar y sin recursos es un albergue municipal saturado y habitualmente sin plazas, donde la estancia es temporal, por poco tiempo, resultando que a fin de cuentas se las está obligando a desaparecer del municipio y plantar su tienda de campaña en otro lugar donde no sean multadas o perseguidas.
Recuerdan además que aunque el Ayuntamiento argumenta motivos de salubridad, esa playa hace años que no reúne condiciones para el baño, y que en realidad el Consistorio esconde el motivo real, que es echar a los pobres de las zonas bonitas de la ciudad, o de la ciudad sin más. «Este nuevo episodio de aporofobia u odio a los pobres del Ayuntamiento de Santa Cruz, viene a sumarse a la persecución habitual que en este Ayuntamiento y en otros se mantiene contra las personas que malviven en coches y furgonetas, por no quedarles otra alternativa, así como contra las que mendigan», afirman.
«Desde la Acampada Reivindicativa Lolo Dorta, conocedores de la emergencia habitacional sin precedentes que sufre el municipio, la isla de Tenerife y toda Canarias, conscientes de la inacción continuada de nuestras administraciones, no sabiendo ni queriendo ampliar el parque público de vivienda, ni frenar a los fondos buitre y a otros especuladores inmobiliarios, ni controlar o limitar el alquiler vacacional, ni aprobar leyes tendentes a habilitar nueva vivienda, ni avanzar en el Programa Housing First para personas sin hogar, no podemos más que condenar esta nueva arrancada de odio contra los pobres, sentenciados a no existir, por no tener suficiente dinero, o a existir en último caso en otro municipio. Un episodio más de aporofobia habitacional en Tenerife, que se da en paralelo con otro desalojo similar de casetas de personas precarias que sufren estos días otros asentamientos en el sur de Gran Canaria».
Finalmente desde la Acampada Reivindicativa lamentan que lo más triste y preocupante de estos nuevos episodios de desprecio a los pobres, es el hecho de que probablemente no haya apenas respuesta de otros colectivos y mucho menos de partidos políticos, pues esta tendencia aporofóbica es la que domina en Canarias. «Parece ser que el plan es hacer de estas islas un paraíso para ricos, empresarios, mafiosos y turistas, donde sólo quepan los pobres suficientes para ocupar los trabajos que nadie quiere, siempre y cuando no afeen mucho el paisaje. En cualquier caso, vaya por delante nuestra denuncia pública», concluyen.