Cuando la sociedad muestra su hartazgo de sangre, su deseo de vivir libremente y el ansia de acabar con una guerra inútil, cuando esto suceda se habrán acabado las guerras.
Porque solo la población rusa es la que puede terminar con la invasión a Ucrania, puede acabar con las ansías perversas de Putin y hacer que el ejercito ruso se despliegue a Rusia.
Mientras esto no suceda, mientras ese pueblo esté adormecido y los “daños colaterales” se silencien, y los muertos, sus muertos, sean solo soldados en el “cumplimiento del deber”, el pueblo ruso no sentirá en sus carnes el peso de la guerra.
Porque la guerra de Ucrania, los que de verdad la padecen son los ucranianos que de la noche a la mañana han visto como su vida estaba pendiente de los misiles y bombardeos del ejército ruso.
Según datos de la ONU, en un año de guerra se cree (no hay datos reales) que la población civil en Ucrania sufrió unos 40.000 muertos, de los cuales 400 fueron niños y bebes menores de 15 años. Los soldados fallecidos se calculan en 180.000 rusos y unos 100.000 ucranianos.
A todo este drama se añaden los más de 8 millones de ucranianos, la mayoría mujeres y niños, que han salido huyendo de su país. El drama del éxodo obligado, la diáspora de millones de seres humanos regados por todo el mundo sin mayor culpabilidad que estar viviendo en su país de origen, es uno de los crímenes de lesa humanidad por la que Putin y su gobierno tendrá que pagar.
La guerra en Ucrania quedará en la memoria colectiva por sus duras imágenes: cadáveres de civiles con las manos atadas a la espalda en las calles de Bucha tras la retirada rusa, una maternidad bombardeada en Mariúpol, etc.
Se han denunciado casi 65.000 presuntos crímenes de guerra, según el comisario de Justicia en la Comisión Europea, Didier Reynders.
Con toda esta cruel realidad, existe un amplio grupo de personas de distinta ideología política que defiende la invasión intentando solapar la realidad de forma grotesca, o cuanto menos insultante a la inteligencia de la gente.
Los que dicen que la paz solo se consigue con dialogo, no saben lo que dicen, porque la paz se puede acordar cuando son dos paises que se han declarado la guerra mutuamente, aquí existe una invasión de un país y la defensa del mismo por parte del país agredido. No puede existir dialogo porque la única paz que se puede pretender es la salida de las fuerzas de ocupación rusas del territorio ocupado y como es lógico Putin se niega aceptar la derrota. Otros “iluminados”, opinan, sin más datos que su imaginación, que el presupuesto de defensa de Ucrania es similar al de Rusia, sin saber que en este año, con los 31.000 millones de dólares que Ucrania recibirá en armamento y ayudas económicas, no llegará al 45% del presupuesto de defensa de Rusia que está previsto rondará los 70.000 millones dólares para el presente año.
Putin ha optado la solución final, y lo ha hecho a resultas del éxito de su invasión a la península de Crimea, en el año 2014 Europa y el mundo entero miró al suelo, bajo la mirada, mientras las tropas del general Surovikin, también conocido como “el carnicero de Siria” arrasaban Crimea. Angela Merkel y Hollande presidentes de Alemania y Francia, dejaron a Putin las manos libres para invadir Ucrania, y este no se conformó solo con Crimea, quería todo.
Putin pretende volver a crear lo que antaño fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la antigua URSS, que estaba formada por las naciones actuales de Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Turkmenistán, Tayikistán, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Lituania, Letonia, Estonia y Uzbekistán.
Ahora amenaza a Finlandia, Suecia, que se han apresurado a solicitar su adhesión a la OTAN como medida disuasoria y que Rusia se lo piense muy bien antes de poner la bota rusa en suelo nórdico. Lo dije el 24 de febrero de 2022 y parece no andaba nada equivocado: “si Rusia no gana esta guerra en dos meses, la guerra con Ucrania se “cronificará” y puede acabar siendo un nuevo Vietnam o Afganistán”.
La escalada bélica está cada día peor, se empiezan a utilizar (tal como ocurrió en Vietnam y Afganistán) nuevos prototipos de misiles hipersónicos, que superan en mucho el mach 10 de velocidad, nueva tecnología de drones “invisibles” indetectables por los radar convencionales, como el MQ-9 norteamericano que ya utilizan las fuerzas armadas ucranianas y lo han utilizado con éxito en el frente del Dombás.
Putin no se parará si no lo para el pueblo ruso.