Escucha la entrevista con José Luis Peraza, ingeniero experto en energías renovables
“Los ciudadanos pagamos la depuración y no se hace; y luego pagamos las multas por que no se haga”, denuncia José Luis Peraza, uno de los mayores expertos en Tenerife en materia hidrológica y energías renovables.
Apunta directamente al Cabildo Insular de Tenerife como responsable, autoridad superior y de la que depende el Consejo Insular de Aguas, y lamenta que no se haya trabajado por consolidar un plan hidrológico serio en la isla.
La única depuradora que funciona en Tenerife es la de Punta del Hidalgo y, según informa Peraza, no está cumpliendo su función puesto que vierte el agua al mar sin depurar. Esto es posible porque lo permite la legislación, aclara, ya que solamente estaría prohibido realizar tal práctica en poblaciones superiores a 10.000 personas.
Más llamativo resulta el caso de la depuradora de Santa Cruz, diseñada para depurar más de 90.000 metros cúbicos al día, lo cual sería suficiente para una población de hasta medio millón de habitantes. Sin embargo, comenta José Luis Peraza que, desde que se privatizó esta depuradora, las aguas de la mayor parte de la capital llevan años tirándose al mar. Aguas residuales de más de 200.000 personas vertidas de forma ilegal a la costa, explica el ingeniero.
Sobre la central hidroeléctrica de Güímar
Respecto a esta macroinfraestructura presentada por José Antonio Valbuena, consejero de Transición Ecológica del gobierno canario, José Luis Peraza prefiere ser prudente en su papel de técnico y esperar a que existan datos y se conozcan los detalles del proyecto.
Si bien reconoce que no es el mismo caso que la central hidroeléctrica que se está promoviendo en Chira-Soria, se cuestiona la utilidad de una infraestructura de estas características por la altura desde la que se plantea hacer el lanzamiento de agua, insuficiente a priori para generar gran cantidad de energía.
Expone el ingeniero que en la isla de Tenerife miles de metros cúbicos de agua bajan cada segundo de galerías subterráneas ubicadas a más de 1.000 metros de altura hasta el nivel de la costa. Esas aguas, explica, van por unos tubos donde cada ciertos metros hay que romperles la presión porque si no revientan los depósitos cuando llega el agua.
En este sentido, José Luis Peraza muestra cómo es posible promover alternativas para la obtención de energías renovables de forma sostenible y eficiente.