Escucha la entrevista con Juan Torres López, catedrático de Economía en la Universidad de Sevilla
Acaba de publicar su nuevo libro, que bajo el título “Más difícil todavía” pretende servir como guía para entender la coyuntura que atraviesa la economía mundial. Hablamos en Radio San Borondón con uno de los economistas españoles de referencia en el ámbito de izquierdas: Juan Torres López.
“Nadie ha oído a un dirigente de la derecha decir que va a privatizar, nunca”, sostiene Torres. Sin embargo, explica, es lo que hacen porque su nivel de obediencia está en las élites económicas y no en quienes les votan. “Si es tan bueno privatizar, ¿por qué no lo dicen cuando se presentan a las elecciones? Porque la gente no lo quiere. No lo dicen, pero lo hacen por la puerta de atrás, engañando a la gente”, manifiesta.
Señala a EEUU como el ideal de aquellos que orientan las políticas privatizadoras. Abuelos y abuelas, con más de 80 años, empleados precariamente en supermercados o encargados de labores de limpieza, que son una realidad en la sociedad norteamericana. “Eso deberían verlo aquí los que todavía son inconscientes de lo que pasa y todavía siguen votando a los que le van a quitar hasta la sombra y el suelo donde pisan”, expresa Juan Torres.
¿Quiénes mueven el mundo?
Es otra de las preguntas que trata de responder en su nuevo libro el economista. No son personas como el dueño de Iberdrola, que gana 36.000€ al día, sino que están mucho más arriba con un nivel de desconocimiento social muy grande. “Los que mueven el mundo son los grandes fondos de inversión, bien llamados fondos buitre”, resalta Torres López.
Relata cómo estos fondos, con un capital billonario que en ocasiones supera hasta 10 veces el PIB de países como España, están dedicándose a invertir en servicios públicos mas esenciales y no hay ámbito de la vida pública y social que se les escape. “Están comprando las tierras, el agua, las minas, los hospitales, las residencias de ancianos…”, explica.
Lo que buscan, argumenta Juan Torres, no es brindar mejores servicios o transformar el modelo de explotación, sino aumentar la rentabilidad económica del inversor. Con ello, descapitalizan, deshumanizan y restan medios a entidades sumamente relevantes en la vida pública: “cuando compran eso lo hacen para ponerle unos cuantos ceros más a las cuentas de resultados en operaciones que son solamente financieras, que no tienen nada que ver con lo que se hace en esos negocios”.
“Esta es la cruda realidad de nuestro tiempo”, señala el economista, un capitalismo puramente financiero que desnaturaliza el mundo de los negocios y ha convertido la creación de riqueza en una quimera. “Estamos viviendo una especie de nuevo feudalismo, donde unos señores que son propietarios del dinero pueden someter a vasallaje al resto de la Humanidad”, apunta.