La sociedad española está que trina hasta el mismísimo ombligo de la calaña y ralea política y de sus políticos golfos.
El Congreso de los Diputados huele a basura podrida y a estiércol. La Cámara Baja parece el estercolero de unos diputados y diputadas que se divierten actuando de camorristas y temerarios profesionales de la provocación, el insulto y la bajeza.
El coro de los que ladran como una manada de dóberman -raza canina originaria de Alemania-, son los vocalistas del Partido Popular y los coristas nazis de VOX, bajo la batuta de Santiago Abascal, el fascista que siembra odio por toda España. El mismo bocazas que pretende formar un Gobierno nazi con el apoyo del PP. El iluminado falangista que cree que la Constitución es un cuento de hadas. Los discursos de Abascal son propios de la Edad Media.
El hemiciclo, que tendría que representar la soberanía nacional, da la imagen circense de ciertos diputados y diputadas transformados en actores y actrices de un “Teatro de Delincuentes”. Un teatro de títeres y de mamarrachos y mamarrachas (sin generalizar, por supuesto), cuyos protagonistas parece que tratan de emular a Marlon Brando y a Al Pacino en la trilogía de la película “El Padrino”.
El Senado, la Cámara Alta, sigue siendo un “cementerio de elefantes” donde se refugian políticos jubilados que llevan más de cuarenta años aferrados a un sueldo no inferior a 7.500 euros mensuales, más el cobro de dietas, viajes gratis en avión en clase VIP y otros privilegios de los que, por desgracia, no gozan las trabajadoras y trabajadores de esta España fragmentada cuyo salario bruto solo llega a 1.080 euros.
La Cámara Alta es como un hotel de cinco estrellas, gran lujo, donde ciertas señorías ocupan sus asientos para dormir o pasar las horas leyendo periódicos, viendo películas de “dibujos animados” o de contenidos solo para adultos mayores de dieciocho años, así como partidos de fútbol en directo o diferido. Este entretenimiento gratuito, con cargo a los presupuestos generales del Estado que pagamos con nuestros impuestos, no solo es una “afición” de los políticos veteranos que fueron leales al dictador y asesino Franco. Es decir, los mismos que ahora dicen ser “demócratas” de toda la vida.
En la misma tómbola o casino de este Senado que representa la ineptocracia; donde, además, abunda la ralera y la mediocridad, también participan de los mismos juegos audiovisuales algunos políticos-con excepciones honrosas- que suelen ser inútiles, vagos, gandules, analfabetos, osados, expertos en el insulto callejero, gentuza a la que no le gusta trabajar y viven de la política porque no saben hacer otra cosa que contar cuentos chinos.
Esta situación política de una España agotada, desbordada y sin rumbo, confunde, deprime y desilusiona a los ciudadanos.
Tenemos un Gobierno de coalición con Unidas Podemos cuya única aportación es la confrontación, las intrigas, las críticas y la deslealtad sistemática contra el presidente Pedro Sánchez y el PSOE. Este conflicto o controversia no se puede soportar. Tanto unos como otros, han agotado nuestra paciencia. Estamos hartos de tantos “filósofos” del comunismo del caviar y el Vodka ruso con los que comparte cama el PSOE y Pedro Sánchez. Esas sábanas están rotas. Esas sábanas huelen a infedilidades de un “matrimonio” que duerme en camas separadas y consienten el engaño y la traición…
Es cierto que una buena parte de la gestión de este Gobierno ha logrado avances importantes para fortalecer el desarrollo y el progreso de España y los españoles en nuestro país y a nivel internacional. Sin pasar por alto, como es obvio, las incoherencias, las posturas contradictorias, las decisiones precipitadas, la falta de empatía y enfrentamientos “sotto voce” entre ministras y ministros, los repetidos desmentidos del Ejecutivo o la polémica ‘ley del solo sí es sí’ que ha incendiado aún más las decisiones improvisadas del Ejecutivo de Sánchez, impuestas por Unidas Podemos a través de la ministra de Igualdad, Irene Montero. Ese grave error ha obligado al Gobierno a negociar cambios en la discutida ley. Según han confirmado fuentes socialistas, el PSOE presentará “lo antes posible” una propuesta para cambiar la norma que incluiría un aumento de las penas para los agresores sexuales. El Gobierno está perdido y va de error en error. Destaca, entre otras, las meteduras de pata en la política de Comunicación: donde dije digo, digo Diego.
Lo que es evidente es que no funciona el “matrimonio” de conveniencia entre el PSOE y Unidas Podemos y demás pactos con sus “socios” catalanes y vascos que van a lo suyo. Este Gobierno no gobierna. Es un Gobierno sometido, arrodillado y secuestrado por unos supuestos compañeros de viaje siendo los ministros y ministras de Unidas Podemos los que marcan la hoja de ruta del PSOE y del presidente Sánchez que resiste las embestidas y las deslealtades de Podemos que, desde la sombra, dirige Pablo Iglesias que parece haber perdido el tino. El ex vicepresidente sigue obsesionado con Lenin y Stalin. Me da que Iglesias continúa releyendo la biografía de Lenin de 12 volúmenes titulada “Crónicas biográficas”, donde su vida se describía con detalles minuciosos, día a día, por lugares, hora por hora, minuto por minuto…
Supongo que los ideólogos del PSOE se habrán percatado que Pablo Iglesias solo tiene un objetivo: tumbar a Pedro Sánchez y destruir y dinamitar al PSOE. Sueña con una España leninista y stalinista. Iglesias no cree en la democracia. Como decía el filósofo francés Jean d’Ormesson: “la democracia actual no es una democracia. Triunfan los mediocres, los analfabetos, los menos preparados, los demagogos, los populistas y los ineptos. No existe la democracia. Lo único que hay es una INEPTOCRACIA”. Y es cierto lo que sentencia el escritor y filósofo Jean d’Ormesson, ex director del diario Le Fígaro: “en el caso de España, la política sufre el virus de los ineptos”.