Escucha la intervención de Felipe Ros, activista acampado en el Barranco de Arguineguín
Hace tres semanas que iniciaron los trabajos para la construcción del macroproyecto Salto de Chira en el Barranco de Arguineguín. Desde el comienzo de las obras, un grupo de activistas organizó una acampada logrando exitosamente paralizar el avance de la infraestructura en determinadas zonas. Esta semana, los promotores reactivaron las obras con el refuerzo de la Policía Nacional y el personal de seguridad de la constructora.
Desde la Acampada para Salvar el Barranco de Arguineguín denuncian el tránsito de maquinaria pesada en zonas de especial sensibilidad y la rotura del risco del barranco por parte de la constructora. Aseguran que el inicio de las obras en Soria y El Caidero son ilegales, puesto que no existe siquiera la cartelería con la que toda obra pública debe obligatoriamente señalizarse.
Felipe Ros es uno de los activistas que se encuentra acampado en el cauce del barranco donde el Cabildo de Gran Canaria, en coordinación con el Gobierno de Canarias, pretenden construir una central hidroeléctrica. Las advertencias de colectivos ecologistas sobre la presencia de especies protegidas en buena parte de las zonas planificadas para desarrollar las obras no parecen ser motivo suficiente hasta el momento para la paralización de las mismas.
Relata Ros que cuando hace tres semanas se iniciaron los trabajos, los activistas lograron bloquear las máquinas en varios puntos del barranco. Actualmente se encuentran acampados donde está planeada una estación de bombeo, punto en el que consiguieron parar el tractor y la descarga de materiales que se empezó a hacer en esa zona.
Asegura Felipe Ros que las personas acampadas se encuentran haciendo “una labor de vigilancia”. Si bien explica que hasta ahora no ha habido momentos de especial tensión con la Policía Nacional, que protege la destrucción del barranco, sí admiten haber recibido amenazas en los distintos intentos de paralizar la maquinaria pesada.
Explica el activista que parte de la infraestructura programada planea ocupar suelo rústico de protección cultural, por lo que considera que “esas infraestructuras son ilegales”. La existencia de un poblado etnográfico anterior al siglo XV, habitado a día de hoy, está en peligro conforme avanzan las obras.
Desde la acampada acusan la incoherencia del gobierno canario al promover la Ley de cambio climático aprobada en el último pleno del Parlamento el pasado año y, al mismo tiempo, defender el macroproyecto en Chira-Soria que resulta contradictorio con la descarbonización prometida.
Los activistas animan a la sociedad canaria a mostrar su apoyo a la lucha por proteger el paisaje y los endemismos del Barranco de Arguineguín, así como a acudir presencialmente a la acampada para conocer de primera mano la situación y ayudar a la paralización definitiva de las obras.