SB-Noticias/Romen G. Arteaga.- Más de dos meses llevan ya instalados las y los activistas de la Acampada Stop Cuna del Alma
frenando la construcción de 420 villas de lujo con la que inversores belgas quieren ocupar más de 400.000 m2 en el Puertito de Adeje. Ni los millonarios belgas, ni los políticos canarios que han permitido el avance de las obras contaban con la presencia de un numeroso grupo de activistas que decidieron encadenarse a una pala y poner su físico, su tiempo y sus fuerzas frente al afán especulativo de los primeros.
Los activistas han venido soportando durante estas semanas la represión y las provocaciones de miembros de seguridad privada y operarios de la obra, que han protagonizado violentos ataques contra este colectivo de resistencia pacífica que busca la protección del territorio, de los yacimientos arqueológicos guanches y las especies endémicas presentes en este punto del sureste de Tenerife.
El pasado lunes, 26 de septiembre, el nivel de presión sobre la acampada se recrudeció y la promotora logró arrebatar a los resistentes la pala mecánica sobre y bajo la que se asentaban algunos de ellos. La incursión de tres activistas en la casa piloto desde la que Andrés Muñoz, director de la obra, coordina las actuaciones de sus empleados, se saldó con la agresión del propio exgerente de Metropolitano hacia dos de ellas y la detención de un tercero que siquiera participó en la acción por parte de la Guardia Civil.
Partes de lesiones, heridas que se curan unos a otros, consecuencias sobre la salud mental derivada de las tensiones a las que se ven sometidas… Nada ha logrado parar hasta el momento a este grupo de valientes, jóvenes en su mayoría, que ven en el Puertito de Adeje un motivo para frenar la turistificación masiva y luchar por un futuro más próspero para las Islas. “No es El Puertito, es toda Canarias”, gritan.
Este martes se lo han vuelto a decir a algunas de las personas que consideran responsables de actuaciones políticas “al servicio de los fondos de inversión”. Frente al Hotel Escuela de Santa Cruz de Tenerife, centenares de personas se concentraron para hacerse oír durante la entrega de los Premios Turismo 2022 y exigir un cambio de rumbo en las políticas desarrolladas desde las instituciones canarias.
Hoy, incluso aquellos que han querido silenciar estas reivindicaciones, se ven obligados a dar espacio en sus noticias y programas a lo que está pasando en el Puertito de Adeje. Las redes sociales se han volcado en toda Canarias y también fuera del Archipiélago con este grupo de valientes que siguen resistiendo pacíficamente con una motivación que va más allá de paralizar definitivamente el macroproyecto y pretende servir como punto de inflexión para un cambio en el modelo de desarrollo del Archipiélago.
El Puertito de Adeje está en el epicentro del terremoto político en Canarias.
Llevamos ya muchos años de una praxis política y económica al servicio de los fondos de inversión nacionales e internacionales y que ha olvidado servir a las necesidades de la población canaria que está desamparada, y que también se ha olvidado cuidado de la tierra y sus ecosistemas que sostienen nuestras vidas.
Lo sentimos, pero aún no nos hemos acostumbrado a los desahucios a familias vulnerables, las muertes en urgencias por la falta de personal medico, la clases abarrotadas de alumnos en infraestructuras descuidadas, los trabajos de esclavitud por salarios de miseria y los incontables expolios del patrimonio natural y cultural de las islas. «Todo es por el progreso y el crecimiento económico» dicen. Pero ya no nos creemos sus mentiras. Sabemos que el trabajo que nos da su modelo es de miseria y nos empuja a ser exiliados económicos para trabajar por cuatro duros en los países ricos, y mas importante, sabemos que la verdadera riqueza que sostiene nuestras vidas no esta en las cuentas bancarias de ningún inversor nacional o internacional, si no en la tierra que habitamos y nos sostiene y en el trabajo que las personas que aquí viven.
Sabemos que Canarias no es nuestra, porque nosotras SOMOS canarias, nos tocó vivir aquí por casualidad, o por necesidad.
La misma tierra y el mar que nos dan sustento, el agua y el abrigo, es la que hace posible nuestra existencia. Sabemos que los recursos energéticos, el agua, la tierra, metales para tecnología, etc. están sobrexplotándose a nivel global por encima de su capacidad de carga desde hace muchos años y que por ello estamos colapsando como sociedades.
Sabemos que estos recursos no son recursos que explotar para especular y que se enriquezca una minoría social. Son nuestra vida. Y nuestra vida, no es de los inversores belgas ni de ningún otro lugar, ni siquiera de los políticos que votamos para que luego sirvan siempre a los intereses de esos mismos inversores a cambio de unas migajas.
NUESTRAS VIDAS SON NUESTRAS.
Y por eso estamos alzadas. Nos han declarado la guerra a nuestras vidas y la vamos a luchar, porque es todo lo que tenemos.