Dice el Himno de Canarias que somos volcán, salitre y lava. Pero en la práctica se nos olvida lo del volcán y la lava.
La erupción en La Palma evidenció lo que todo el mundo sabía, pero no se asumía; que Canarias es la única comunidad autónoma de España con evidente riesgo volcánico y potencial geotérmico de alta entalpía.
Sin embargo, siendo un territorio de riesgo volcánico, durante años no se apostó por un centro, que fue creado por el Cabildo Insular de Tenerife, como ha sido el INVOLCAN, ni por realizar una oferta de estudios especializados en nuestras dos universidades.
Nuestras islas están asentadas sobre volcanes, pero paradójicamente nuestras dos universidades no tienen ni un grado, ni un master de especialización, ni un doctorado sobre vulcanología.
Durante todo el proceso eruptivo, en La Palma hubo más de 200 investigadores de todo el mundo, pero toda esa sabiduría foránea volvió a sus países de origen cuando todo acabó.
El Grupo Parlamentario Sí Podemos Canarias ha defendido que la erupción volcánica que afectó de septiembre a diciembre de 2021 a la población palmera, además de la tragedia social y económica que ha supuesto para la población afectada, podría servir como una oportunidad para generar un revulsivo en el conocimiento de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+i) en nuestras Islas.
Por eso, durante el Debate sobre el estado de la Nacionalidad Canaria celebrado en marzo propusimos que el Gobierno del Pacto de Las Flores creara de un Centro de excelencia sobre el fenómeno volcánico entendido de una forma transversal, que sirviera como motor del conocimiento y generador de valor añadido al fenómeno volcánico.
Concretamente, el Parlamento apoyó nuestra iniciativa para instar al Gobierno de Canarias a estudiar, valorar e impulsar la creación en Tenerife de un centro de excelencia destinado a la investigación, asesoramiento en materia de seguridad y a la gestión integral del vulcanismo en las islas, donde confluyan de forma cooperativa las distintas instituciones que están actualmente desarrollando estudios geológicos y de vigilancia y riesgo volcánico en el Archipiélago.
Este objetivo, que el propio INVOLCAN pretendió llevarlo a cabo en sus orígenes, por razones diversas que no vienen al caso enumerar, nunca se ha conseguido.
Por eso, creemos en la creación de un Instituto de Geociencias de Canarias, que vaya más allá de abordar únicamente la vulcanología, sirviendo para impulsar la geotecnología, la geotermia, la catalogación y conservación de una geodiversidad única, así como investigar en reducción del riesgo volcánico e, incluso, expertos en la planificación territorial en zonas con riesgo. Hasta podría ser fuente de valorización del llamado geoturismo.
La ventaja de Canarias es que ya sabemos cómo se puede hacer pues contamos con ejemplo a seguir, el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), un centro mundialmente reconocido.
Como sucede con el IAC, en ese Consorcio público deberían participar instituciones estatales y autonómicas, a través de un convenio entre los ministerios implicados y el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Canarias y cabildos, con el fin de unificar los recursos que actualmente están repartidos en Canarias en la sección de Volcanología del Instituto Geográfico Nacional (IGN), el CSIC con sus centros nacionales, el ITER, el INVOLCAN y las dos universidades públicas del Archipiélago, cada institución desde su propia autonomía; pero todos ellos participando de este Consorcio en igualdad y equidad de condiciones para impulsar este centro de excelencia.
Creemos que es el momento para dotar a Canarias, y a Tenerife por ser la isla con mayor riesgo volcánico, de un centro de excelencia capaz de recoger fondos privados y públicos y multiplicarlos. Es un reto importante para este final de Legislatura y principios de la próxima poder tener un consorcio público que tenga que ver con la vulcanología, el riesgo volcánico y la seguridad de la ciudadanía en zonas de riesgo.
Un centro de excelencia que, además, puede impulsar también el estudio de la geodinámica interna y externa, geoenergías limpias, la geología ambiental, la geomorfología o el patrimonio geológico. Todas las llamadas Ciencias de la Tierra que nos permitan entender la naturaleza de nuestras islas para conseguir ser más sostenibles.
Un instituto oficial de estas características puede ser utilizado, además, como motor económico, de atracción de talento y retención de nuestra juventud, que se ha visto obligada a emigrar por culpa de las dos fuertes crisis económicas de la última década.
Estamos asentados, caminamos y vivimos sobre la mayor geodiversidad volcánica de Europa, más de la que tienen Islandia o Italia.
Empapémonos de su conocimiento para encontrar formas más sostenibles de utilizar los recursos y así tratar de frenar o mitigar los desafíos ambientales del cambio climático, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social.
En estos días posteriores a que los gobiernos de Canarias y España suscribieron el Pacto por la Ciencia y la Innovación en las islas y se oficializó nuestra candidatura a ser sede de la Agencia Espacial Española, creemos necesario asumir que, si el IAC nos hizo mirar a las estrellas y nos situó en el mapa científico internacional, hay que impulsar un Instituto de Geociencias en Canarias a la vanguardia de Europa que nos haga comprender y aprender de nuestras arterias de lava.
Manuel Marrero Morales
Portavoz del Grupo Parlamentario Sí Podemos Canarias