A mi familia, amigos, maestros y alumnos.
Érase una vez una rosa, cuyo más lindo sueño,
era convertirse en preciosa mariposa.
La flor era muy bella,
roja coma la tez de una doncella.
Gozaba de colores encarnados,
y los verdores de sus hojas,
la acompañaban por todos lados.
Su tallo era muy largo,
pero sus espinas producían un dolor amargo.
¡Qué bonita rosa!
encantadora y alegre.
En el jardín del guapo niño,
que la mimaba con cariño.
Todos los días el pequeño, la miraba y la observaba,
con mucho empeño.
Le acompañaba esa curiosidad,
que despierta la felicidad.
Todas las noches la regaba y admiraba.
La adoraba y alababa.
Bajo el sol brillante y el cielo azul despejado, la rosa miraba a su amado.
Bajo la luz de las estrellas, el carmesí de sus pétalos,
la llenaba de misterio.
Divinos matices de colores, de tan preciados fulgores, se entremezclaban con las sombras, de la que por sus virtudes se renombra.
Y es que al amanecer, algo iba a cambiar el rumbo, de todo lo que ella conocía en su mundo.
La desdicha llegó de repente, cuando mirando hacia el frente vio como el pequeño niño, que cada mañana la miraba desde su ventana, oteaba una mariposa, que volaba primorosa, con dones de jaquecosa.
¡Qué vida tan caprichosa! ¡Yo también quiero ser mariposa!
¡Quiero volar en libertad!
¡Y con tantos colores deslumbrar de verdad!
Quiero cambiar en el aire de sentido,
no que el viento cambie el mío.
Y mientras la rosa pensaba, en todas las formas y caminos,
para cambiar su destino…
La pócima de una hechicera, el consejo de una ninfa cualquiera, ir al pozo de los deseos, encender, una vela, tirar a la fuente una moneda…Consultar con el oráculo de las pitonisas, la varita de un hada madrina, pedírselo al sol, o a la luna, a todos los Dioses de todas las religiones, o a alguna…
De repente, una tremenda tormenta estalló, la pobre mariposa se mojó, y se posó en la corola de la flor.
Y cuál fue su sorpresa, cuando el precioso insecto alado, vino a contarle a su lado, lo mejor que lo había pasado, cuando era un huevo de enano, comiendo mucho de gusano, creciendo dentro de un capullo como el suyo.
¡Y LE CONTÓ TOOOOODO LO QUE SENTÍA VOLANDO!
¡HASTA QUE VOLÓ POR ÚLTIMA VEZ!
LA HERMOSA ROSA SIEMPRE RECORDÓ LA DIVERTIDA VIDA DE LA PRECIOSA MARIPOSA,
Y SE QUEDÓ FELIZ COMO UNA PERDIZ, VIVIENDO SU VIDA COLOR DE ROSAS.
Isoré (Isora) González Martín
Maestra de Primaria, CEIP Santa Rosa de Lima
Traductora/Intérprete Jurado, Ministerio de Asuntos Exteriores