CUADERNO DE BITÁCORA
Hace algo más de 8 años, con más de un 1.400.000 firmantes, se presentaba la Iniciativa Legislativa Popular efectuada por Ada Colau, por aquellos tiempos presidenta de la PAH (Plataforma Afectados Hipotecas) en el Congreso de los Diputados para el cambio de la Ley Hipotecaria.
El indecente diputado del PP, D. Teodoro García, con una ironía digna de cualquier bellaco malandrín vino a decir, con toda su cara dura, a los 1.400.000 españoles firmantes de la ILP: “Nosotros vamos con ustedes en el mismo camino”, el abucheo que produjo el cinismo de su impresentable “señoría” fue estruendoso y los cimientos del Congreso debieron agitarse con vergüenza ajena.
¿A qué camino se refería el mediocre Sr. García? ¿Al camino que nos ha llevado a perder la vida de ciudadanos, induciéndoles al suicidio, por culpa de una Ley Hipotecaria obsoleta y a todas luces injusta?
Estaba todo previsto, con alevosía y premeditación: La Iniciativa Legislativa Popular iba camino de la papelera con los votos en contra y utilizando la dictacracia que produce la mayoría absoluta que tenía por entonces el partido de Gobierno, el PP.
Eso estaba clarísimo, de ahí la movilización ciudadana, por primera vez estábamos todos los españoles esperando el esperpéntico rechazo y atentos al Parlamento Español.
Ese mismo día, mientras en el Congreso de los Diputados se bloqueaba la iniciativa popular por un cambio de la Ley Hipotecaria, saltaba la noticia del suicidio de un matrimonio de jubilados en Mallorca, acosados por el inminente desahucio de su vivienda, parecía un presagio de insumisión popular, un grito al unísono ¡¡basta ya!!
Una vez más sentíamos en nuestra sangre la tragedia cometida por los nuevos verdugos del siglo XXI; la banca carroñera y asesina que sin piedad consigue ajusticiar, de manera indirecta y apoyada por leyes legisladas a favor de los poderosos, a miles de personas, sin más delito que el no poder abonar las cuotas de su hipoteca e incluso una vez entregada la vivienda someterse al pago de una deuda de por vida.
Todo esto, que ya es dramático, es aún peor en el sentido de soportar con nuestro dinero los fraudes cometidos por esa banca, estafadora y carroñera.
Mientras los indecentes de nuestro mosaico político solicitaban un rescate bancario a la Unión Europea, para salvar las miserias y los cuantiosos sueldos millonarios de ejecutivos y miembros de la cúpula bancaria, decenas de ciudadanos estaban siendo desahuciados y “ejecutados” por Jueces que interpretaban la ley hipotecaria al pie de la letra, como si con ellos no fuese la cosa, mirándose sus ombligos y escudándose en eso que decía Juan Carlos I: “las leyes son iguales para todos”, excepto para él y los poderosos.
Los 334 indecentes que votaron no a la iniciativa popular son culpables indirectos de la muerte de más de treinta personas.
Del suicidio inducido por unos políticos que legislaron dando la espalda a los ciudadanos, que cuando tuvieron la oportunidad de cambiar esas leyes no lo hicieron por intereses partidistas y corruptos. Desgraciadamente todo ha seguido más o menos igual, a menos que se legisle una nueva Ley Hipotecaria, una nueva Ley que regule los abusos de las entidades financieras como son los embargos a la carta y las subastas pactadas con clientes y amigos. De toda esta martingala invertida solamente Ada Colau fue la gran beneficiada, de presidenta de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, pasó a ser alcaldesa de Barcelona, y si te vi ni me acuerdo…
Todo huele a podrido, en la realidad en España solo van al talego los parias.