El chiringuito financiero está servido.
El Instituto de Crédito Oficial, ICO, es un “banco público” con forma jurídica de entidad pública empresarial, adscrita al Ministerio de Economía y Competitividad a través de la Secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa.
Tiene naturaleza jurídica de entidad de crédito, y la consideración de Agencia Financiera del Estado, con personalidad jurídica, patrimonio y tesorería propios, así como autonomía de gestión para el cumplimiento de sus fines.
Por lo menos es lo que dice que es, otra cosa es lo que en realidad es, porque, según muchos, más que una ayuda para el tejido empresarial son un rescate encubierto a los bancos. Por otro lado, porque el sector financiero estaba rechazando los préstamos a muchas pymes que los solicitaban. Y ahora, una nueva polémica ha surgido: el presunto abuso de los gigantes financieros para colar otros productos en la venta de un préstamo ICO.
El problema viene arrastrando desde hace muchos años, concretamente a partir de la venta del único banco estatal, el Banco Exterior de España (Argentaria) al Banco Bilbao Vizcaya y del cierre del antiguo Banco Hipotecario de España, ambas entidades junto con el Banco de crédito Oficial, eran las encargadas de repartir el dinero que, en forma de créditos, el Estado financiaba a las empresas, pequeñas y medianas porque las grandes empresas lo solucionaban y solucionan vía subvenciones a fondo perdido.
Por lo visto el empresario tiene la obligación de acudir a una entidad financiera privada, llámese BBVA, Santander. CaixaBank, Sabadell, etc., para solicitar uno de los prestamos que están destinados a la recuperación de la economía por la crisis de la pandemia y que suponen para las pymes una inyección, un chute de pasta importante para poner en marcha esas miniempresas, de menos de 10 empleados y las menos con 50, y que constituyen el 80% del tejido empresarial español.
Sin embargo, la cosa no es tan fácil, y no lo es porque con tu dinero y el mío, el de todos (no olvidemos que el dinero que aporta el Estado o la Unión Europea a los fondos ICO es de todos nosotros) la banca lo utiliza a su antojo. Primero te darán el ansiado préstamo ICO si “reúnes los requisitos necesarios para concedértelo”, segundo te lo darán si tienes un prestamos con ellos, al 22% TAE y quieren cobrártelo antes de que quiebres y presentes una suspensión de pagos, hoy un expediente concursal, y le jodas el negocio, por lo tanto; si debes al banco emisor del crédito tienes un alto porcentaje que te “otorguen” el ICO, y, por último, si eres un buen cliente y te has portado “bien”, cumples con todos los “requisitos” y, además, nunca das la vara con el tema de intereses y comisiones abusivas, te darán la pasta gansa, pero antes tendrás que pasar por el tubo y hacerte con ellos y sus aseguradoras 3 ó 4 seguros de todo tipo, desde el de muerte hasta el de sanidad privada, el seguro de tu casa, coche, de responsabilidad civil, al mismo tiempo que te ofrecerán una “acciones de la entidad” o unos bonos basura que huelen a estafa pura y dura, total que cuando sales del banco tan contento con tu ICO en la cuenta corriente, en forma de birlibirloque, de tu saldo habrá desaparecido un 30% del crédito concertado. Y si protesta te dirán: “Esto son como las lentejas de su madre; si las quieres las comes o si no las dejas”.
Así que calladito y sin decir ni pio, tejidos y novedades debajo de tu piso, o sea que te jodes y no ves nada y encima te piso.
El Estado, que administra nuestro dinero y es sabedor de tamañas cabronadas, se hace el loco y mira para otro lado como diciendo, “el que no se ha escondido, tiempo ha tenido”, otro chiringuito oficial preparado para beneficiar a la banca carroñera
¡¡PUTA MIERDA DE PAÍS!!