Con la emoción contenida, el abogado y analista José Manuel Rivero hablaba este domingo en Radio San Borondón de Pedro ‘Perico’ Limiñana, su gran amigo y compañero en lo profesional, político y personal, fallecido el sábado 29 de mayo.
“Para mí, en lo personal, ha sido un compañero del alma. Y hoy hago mía la Elegía de Miguel Hernández: Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duela hasta el aliento…”, afirmaba. Y como también escribía el poeta en su Elegía a Ramón Sijé: “que tenemos que hablar de muchas cosas”, lamentaba el abogado tantas conversaciones interrumpidas y encuentros que no llegarán a producirse.
José Manuel Rivero destaca, la solidaridad y camaradería con los más débiles, como principal cualidad de Limiñana, que fue un referente que marcó a muchas personas. Siempre defendió a las clase obrera, a los excluidos, a los que no tienen voz. Siempre estaba cuando se le necesitaba, en los momentos más duros y tristes…
Además, es el abogado que se enfrentó a un sistema al servicio de los privilegiados. Para él, el proceso judicial era el producto de la lucha de clases. Asimismo, puntualiza Rivero que no solo fue un abogado de izquierdas, sino un abogado comunista.
Recuerda con especial emoción un viaje a Cuba que hicieron juntos y que supuso un aprendizaje para el entonces joven abogado, sobre el comunismo y su vínculo con el ejercicio de la abogacía.
En esa línea Perico Limiñana concebía el procedimiento penal dentro del contexto de la lucha de clases. “Me hizo diferenciar lo que supone defender un caso desde una estrategia judicial de ruptura, del abogado que lo hace desde una estrategia de fingida defensa connivente con el sistema”, explica.
Uno de los casos que considera Rivero más significativos del concepto marxista que tenía Limiñana de la justicia, es la defensa de Ángel Cabrera “El Rubio” en el caso del secuestro de Eufemiano Fuentes y su asesinato nunca esclarecido judicialmente. Un crimen que se atribuía a Ángel Cabrera y a José Juan Cabrera su hermano, que fueron condenados a 8 años de prisión por cooperación en el secuestro de Eufemiano Fuentes y donde, tal como explica el abogado, Pedro Limiñana junto con Fernando Sagaseta supieron contextualizar el marco en el que se produjeron los hechos: la mafia del tabaco, la represión franquista etc.