Manuel Monereo Pérez es abogado, politólogo, escritor y sobre todo, un gran intelectual de la izquierda española. Fue diputado con Unidas Podemos entre 2016 y 2019, pero el habitual ruido del Congreso no dejó demasiado espacio para sus profundos análisis sobre la realidad política española e internacional.
Recientemente tuvimos la ocasión de entrevistar en Radio San Borondón a Manuel Monereo, para hacer un repaso del contexto latinoamericano actual y las perspectivas de futuro del continente. Hoy publicamos la segunda parte de esta entrevista, donde Monereo hace un recorrido completo por la política latinoamericana, desde México hasta Chile, comentando aspectos determinantes del contexto político, económico y social de continente.
Cabe destacar la clasificación del politólogo en dos grandes categorías según la radicalidad en los caminos de cambio desarrollados en América Latina: por un lado, un conjunto “países que optaron por una salida reformista a la crisis neoliberal” (Brasil, Argentina, Uruguay, etc.) cuyo contexto económico-social no llegó a provocar una crisis de régimen y, por tanto, la resolución de la misma se dio de una forma mucho más moderada. Por otro lado, existe un bloque alternativo de países con una crisis social tan profunda y unas movilizaciones sociales tan estrechas y fuertes que llevaron a un cambio de régimen. En este caso, Venezuela supone el ejemplo más ilustrativo. Se abrieron procesos constituyentes de gran calado que llevaron a la institucionalización de las luchas populares y dieron lugar a una serie de constituciones muy desarrolladas y avanzadas que, indica Monereo, “garantizaban tres cosas: la independencia nacional y la soberanía popular, los derechos sociales, y un Estado fuerte que fuese capaz de implementar políticas de desarrollo”.
Para el académico, en los países del primer bloque, el impulso del cambio se agotó más rápidamente. Con la destitución de Dilma, empezó a crearse una nueva realidad: la dinámica del golpe de estado indirecto. Se produjo una alianza entre las estructuras dominantes del Estado donde poderes judiciales, parlamentarios, económicos o de seguridad articularon la reacción. El fruto de esta configuración fue bien conocido: Macri, Bolsonaro, Lenín Moreno, etc.
Monereo destacó también la importancia de los cambios que se están impulsando en Chile con la derogación de la constitución de Pinochet. Y expresó su deseo de que “ojalá puedan salpicar esos cambios que se están produciendo en Chile al vecino Perú”, aunque lo ve difícil conociendo las relaciones siempre complicadas entre ambos países.
Sobre México, Manuel Monereo habla con cautela. Conoce la complicada situación del país centroamericano, donde insiste en la idea de cómo desde las clases dominantes y fundamentalmente con la acción política del PRI se ha promovido el “Estado fallido como proyecto”. Habla de “guerra civil latente” y destaca el reto que supone para López Obrador satisfacer las grandes expectativas que generó su llegada al gobierno.
A pesar de la fuerte oposición en muchos frentes que han despertado los gobiernos de izquierdas latinoamericanos, Monereo afirma que “hay mucha gente que se ha opuesto en cierta manera al peronismo, al chavismo o al PT de Brasil, pero cuando la alternativa ha sido la vuelta al orden neoliberal anterior”, han tenido dificultades para reconquistar el poder. Por eso, el deseo de mantener las conquistas sociales, aún con la reconfiguración de los espacios de la izquierda, permiten seguir manteniendo alternativas que profundicen en mayor o menor medida en los procesos revolucionarios latinoamericanos, con nuevas referencias, como Alberto Fernández en Argentina, Luis Arce en Bolivia o AMLO en México.