Entrevista en Radio San Borondón a Manuel Monereo Pérez, abogado, politólogo, escritor y sobre todo, un gran intelectual de la izquierda española.
Fue diputado con Unidas Podemos entre 2016 y 2019, pero el habitual ruido del Congreso no dejó demasiado espacio para sus profundos análisis sobre la realidad política española e internacional. El pasado martes, tuvimos la ocasión de entrevistarlo en Radio San Borondón, para hacer un repaso del contexto latinoamericano actual y las perspectivas de futuro del continente. Hoy publicamos la primera parte de esta entrevista, centrada en la situación de la República Bolivariana de Venezuela.
La revolución bolivariana iniciada por Hugo Chávez a principios de siglo y su éxito en términos populares ha sido y sigue siendo objeto de discusión veinte años después de su institucionalización. En una cuestión tan polémica, Monereo, asume una posición de parte, “de parte de los trabajadores y del pueblo en general”. En respuesta a quienes sostienen en carácter autoritario del gobierno venezolano, aclara: “he intentado siempre combinar dos cosas: el talante crítico, con lo que pasa en Venezuela, con los desvaríos que han podido ocurrir en Venezuela, con los problemas que Venezuela tiene; con un apoyo a algo más importante que Venezuela y que es al pueblo venezolano, a la clase trabajadora de Venezuela, a la gente que ha vivido toda la vida en los ranchitos y que hasta que no llegó Chávez no tuvo nunca un médico.”
Lo que ido sucediendo durante la última década más intensamente es un intento articulado por la oligarquía venezolana de cambiar el nuevo sistema político, económico y social que el Presidente Chávez instauró a su llegada al poder, inaugurando lo que se conocería como el socialismo del siglo XXI. “Cada vez que se intenta mover, aunque sea un milímetro, la realidad social latinoamericana, te encuentras con la oposición cerrada, terrible y durísima de la oligarquía local con toda su fuerza -poder económico, cultural, político- y su control casi permanente de los medios de comunicación”.
Para Monereo, la diferencia fundamental entre el venezolano y otros procesos revolucionarios latinoamericanos reside en la radicalidad. Si bien en países como Brasil o Argentina, se impulsaron cambios para “humanizar el sistema”; en Venezuela se fue mucho más allá, en el intento de romper con el capitalismo para caminar hacia un nuevo sistema económico y social. Esa pulsión revolucionaria contó desde el primer momento con una fuerte oposición, articulada en torno a la oligarquía venezolana y los intereses geopolíticos de EEUU. La respuesta fue la creación de un conflicto permanente, y por momentos armado, que configuran lo que el académico denomina “guerra híbrida”. Mediante acciones paramilitares, mecanismos de intervención indirecta y el acoso y derribo practicado desde los medios de comunicación -locales, regionales e internacionales- esta alianza de las clases dominantes ha tratado de derrocar al gobierno por todas las vías posibles. “Lo han intentado todo: militarmente, económicamente, mediante golpes de Estado; y no ha funcionado […] Eso sí, ha tenido una consecuencia real: llevar al país a una situación muy dramática y muy difícil”.
¿En qué fase estamos? ¿Qué salidas hay?
Manuel Monereo entiende que “se tienen que convencer las cancillerías europeas, la Administración de EEUU y la oposición venezolana de que a este Gobierno por las bravas no lo van a echar”. La única solución posible, como ha defendido Zapatero, es la negociación con el gobierno legítimamente elegido “en el marco de un programa social, económico y político donde se dé la oportunidad de encontrar vías de diálogo entre la oposición y el gobierno”. Si bien reconoce que sin el apoyo de las fuerzas armadas y de seguridad detrás del Presidente Maduro no sería posible que éste continuara al frente, Monereo destaca la importancia de “dar la oportunidad de que el pueblo venezolano se autodetermine”.
Aún entendiendo la necesidad de abrir una etapa de diálogo y sentar las bases de una
reconfiguración institucional, Monereo advierte de que el problema de fondo es un intento de “expulsar del poder a la clase política que tiene hoy el control del país”, para que “la oligarquía venezolana retorne de una manera revanchista a la situación pasada”. A este respecto, señala Monereo, que las últimas elecciones en Venezuela “no han sido tanto la victoria del chavismo, como la derrota de una oposición que sigue soñando con la vuelta de la oligarquía al poder y mandar a fusilar a los dirigentes chavistas”.