EL BAR DE PEPE
Aquella tarde, en el vuelo de Iberia Barcelona – Tenerife, en el avión ocupaba el asiento de ventanilla, a mi lado un niño de unos 8 ó 10 años, la madre en el otro asiento y el padre en el otro lado del pasillo. El chico venía mirando a través de la ventanilla el paisaje que se divisaba a 9 ó 10 mil metros de altura, parecía era la primera vez que viajaban en avión, conversaban entre ellos en catalán, pero no era un catalán al uso, quiero decir que hasta ese momento presumía de hablar en catalán, pero confieso que no podía entender la mitad del dialogo entre madre, hijo y el padre. Al ver como el chaval se alongaba sobre mi al objeto de poder ver la costa africana, le dije: ¿quieres sentarte aquí?, en ese momento miró a su madre y le pregunto: ¿ qué diu aquest home?, al oírlo me quede sorprendido y anonadado, la madre me aclaró que no hablaba el “español”, le cedí mi asiento y me senté en el lugar del padre pensando en el puto y miserable mundo que le esperaba, en el futuro, a ese chaval si solo se expresaba en catalán, despreciando el aprendizaje de un idioma hablado por más de 800 millones de personas en todo el mundo.
Supuse se trataba de una familia de payeses de las zonas más alejadas de las ciudades catalanas y que su acceso a la enseñanza en español o no era posible o bien sus padres rechazaban nuestro idioma oficial como lengua vehicular para su hijo. Todo esto sucedió en el año 1.978.
Cada ministro de gobierno en este país, desde los tiempos de la dictadura, ha querido poner su “cagadita” creando una nueva ley de educación que ha servido para que nuestros jóvenes estén en la cola de Europa en cuanto a nivel educativo.
En el año 2007 y en el estatuto catalán, se incluyo el idioma catalán como idioma vehicular en la enseñanza en Cataluña, posteriormente el ministro más controvertido del Partido Popular, el señor Wert, en el año 2013 defendía el catalán como lengua vehicular fundamental en la enseñanza tiene que ser compatible con la no exclusión del castellano. Celaá se equivoca cuando elimina, por cuestiones politiqueras, el castellano o español como idioma indispensable para la enseñanza en nacionalidades con idioma vernáculo.
En Cataluña, más del 70 % de los alumnos realizan el examen de ingreso a la universidad en catalán, y en las diferentes universidades catalanas el uso del catalán como lengua docente se sitúa entre el 60 y el 100 %, esto discrimina al resto de ciudadanos residentes en Cataluña o en otras comunidades con idioma o dialecto propio y que no desean hablar en catalán, en vasco, balear, gallego, valenciano o bable, porque en la realidad estamos, aún, en un país llamado España y nuestra lengua oficial, amparada por el artículo 3 de nuestra Constitución. El cinismo de la Generalitat catalana es cuando dicen: “La experiencia demuestra que una persona que sepa castellano tarda menos de quince días en estar en condiciones de entender a alguien que habla en catalán. Y, por poco que se dedique, en muy pocas semanas ya sabrá hablarlo y, casi sin darse cuenta, habrá aumentado su capital cultural”, se supone que es sucederá lo mismo a la inversa, ¿o no?
El pasado 5 de noviembre, los grupos parlamentarios del PSOE, Unidas Podemos y ERC aprobaron en la Comisión de Educación que la nueva reforma educativa no incluyese el castellano como lengua vehicular en la enseñanza, un error que se supone es la moneda de cambio para que Esquerra Republicana vote a favor de los PGE.
Pero no es ese solo el tema primordial, la realidad de la educación especial no es un tema para tomárselo a coña, en la disposición adicional cuarta, que establece que “el Gobierno, en colaboración con las administraciones educativas, desarrollará un plan para que, en el plazo de diez años (…), los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios para poder atender en las mejores condiciones al alumnado con discapacidad”. A ver, que me lo expliquen y se lo expliquen a Raquel, madre de un hijo autista que harta de ver el resultado de la evolución negativa educativa de su hijo en un “centro ordinario” ha tenido que matricularlo en el Centro Privado de Educación Especial Acaman, situado en La Laguna (Tenerife) donde ha mejorado notablemente el rendimiento y la capacidad cognitiva de su hijo.
La estupidez de estos o estas iluminados o iluminadas de la política española llega a tal extremo de querer rectificar, en lugar de potenciar lo que realmente funciona y funciona bien. Porque el tema no es “innovar” el tema está en potenciar la educación especial de tal forma que sea totalmente gratuita y accesible y asequible a todas las familias españolas con problemas similares o más graves que la de mi amiga Raquel, sin posibilidades económicas para pagar centros de enseñanza especial privados.
No puedo imaginar otro sistema que los centros de enseñanza para personas con un grado de discapacidad que necesiten de una educación especial y especifica para su desarrollo e integración en la sociedad. Todo lo demás me parece una estupidez tan esférica que dejará sin un buen número de votantes a los partidos que gobiernan en coalición, Psoe y Unidas Podemos.
En fin, si eso es lo que quieren lo están haciendo a la perfección.