Este domingo ha fallecido Alberto Cañete del Toro, destacado cantautor canario y en la actualidad concejal en el ayuntamiento de La Laguna, donde ocupaba la octava tenencia de Alcaldía y gestionaba las áreas de Educación, Juventud y Desarrollo Local.
Alberto Cañete del Toro, que era concejal de Unidas se Puede, fue empleado de la Caja General de Ahorros de Canarias desde 1979 a 2011 y se encargó de funciones administrativas, comerciales y de gestión cultural como responsable de Obra Cultural. En su actividad política militó en Izquierda Unida Canaria en Tenerife y Unidas se puede en La Laguna.
Cañete estuvo siempre vinculado al mundo de la cultura, en particular a la música. Ha sido cantautor con varias grabaciones en su haber y numerosos espectáculos en solitario y en colaboración con otros artistas.
En el año 2016, con motivo de un concierto en la Sala San Borondón de La Laguna, escribía algunos datos biográficos:
Transcribimos a continuación una interesante reflexión sobre la múscia, con motivo de la presentación de su espectáculo «Ese tipo que toca esta noche», en el año 2006:
Uno de los poemas de Saulo Torón incide en el desconocimiento que cada uno tenemos de uno mismo y de los demás. Siempre me gustó este poema, por lo que de perplejidad ante sí mismo tiene el ser humano. Me atreví incluso, humildemente, a musicarlo, pero nunca lo estrené como canción. Quizá le tenía un cierto miedo. No obstante, siempre me he considerado una persona segura de sí misma y, con las dudas naturales que todos y todas tenemos sobre las grandes preguntas (qué somos, a donde vamos, de dónde venimos…), me suelo desenvolver bien en la dicotomía diaria de las decisiones personales.
Dicho esto, explico el porqué de «Ese tipo que toca esta noche» como título de este recital. En agosto del pasado año presenté en este mismo escenario de la Sala Sanborondón un recital que denominé «Aperitivoz» y que, ufanamente, pretendía –y así fue a la postre- ser un repaso de mis más de 25 años de canción como compositor e intérprete. Fui desgranando una selección de las canciones que he ido pariendo desde aquel lejano 1978, en que comencé a andar por pueblos y barrios de nuestra geografía insular con mi guitarra a cuestas y con mis canciones en un pequeño libreto.
Entre el público: un puñado de buenos amigos, algunos familiares cercanos y un amplio núcleo de perfectos desconocidos para mí… y yo para ellos. Una señora, incluso, intervino al final diciendo algo así como que no sabía «de dónde había salido este chico». El comentario jocoso posterior a esta participación espontánea fue del tenor de «¿cómo que de dónde sale, si estamos pensando en /guardarlo/ ya?». Bromas aparte, este hecho me dio que pensar: verdaderamente alguien puede desplegar su labor artística y creativa en Canarias durante años y puede llegar al final de su carrera –o al menos, a un estadio importante de su desarrollo- y seguir siendo casi o más desconocido de lo que era antes de comenzarla. Es así de simple; es así de triste. Y no le echo ninguna culpa a la señora mencionada, a quien no conozco personalmente salvo por la ocasión relatada; ella sólo mostró intuitivamente la sangrante realidad que padecemos en «nuestra insular miseria», que decía Pedro Lezcano en /su maleta/.
Por esa razón «Ese tipo…» fue tomando forma desde el prisma del desconocimiento –si no total, sí bastante palpable- que los canarios tenemos sobre lo que de bueno hace la persona que tenemos al lado. Es muy difícil que haya un conocimiento general de quienes fueron –y son- Argelio Hernández, Andrés Doreste o Agustín Millares en nuestra Poesía (con mayúscula), o Alfonso García, Gonzalo González o Román Hernández en nuestro Arte (también con mayúscula), o Alberto Delgado, Javier Moreno o Alberto Méndez en nuestra Música Popular (ambas con mayúscula). Pero son gente –ellos y muchos, muchísimos más- que ha hecho y hace CULTURA (esta vez sí, todas mayúsculas); a cada paso, en cada una de sus acciones, hilvanan este tejido de identidad verdadera que todos y todas somos en estas islas varadas en el desencanto.
Todo el mundo sabe de Idaira y de sus vicisitudes en la /locaacademiadelamúsicaespañolatelevi-sada/; todos sabemos los dimes y diretes de los famosos, famosillos y famosetes que inundan las televisiones (/la nuestra/, también); todos conocemos al dedillo el estado físico y de salud de todos y cada uno de los integrantes de nuestros representativos futbolero; incluso, estamos al día de /los más y los menos/ de nuestros políticos patrios…, pero nadie sabe nada de lo que día tras día hacen los artistas y creadores de Canarias.
Por eso, he creído que lo mejor es despojarse de falsos triunfalismos, pensar que todo está por hacer y ponerse a hacerlo. Por eso, digo, este recital está estructurado de forma simple, sencilla, si más aditamentos que una guitarra, una voz algo cascada por los años y el tabaco, un saco de recuerdos y un enorme deseo de reconocer la labor callada que EL ARTISTA –en general- desarrolla.
Sería injusto si no agradeciera fervientemente a quienes siempre me han apoyado y han estado a mi lado: a mi amor Inés, a mis hijos Haridian, Adrián y Javier, a mis amigos de hoy y de siempre… A todos gracias. Y gracias también al Centro de la Cultura Popular Canaris que me ha vuelto a dar una nueva oportunidad para seguir siendo el perfecto desconocido que, en mi fuero interno, siempre quise ser.