EL BAR DE PEPE
Hace más de dos siglos, Napoleón Bonaparte dijo la célebre frase “dejar dormir al gigante chino” y no le faltaba razón.
El virus covid19, nacido en el superlaboratorio de Wuhan, forma parte del arsenal de guerra biológica de China, no es un supuesto, lo que afirmo es una realidad y el tiempo me dará la razón. La pandemia ha sido creada por los chinos, para provocar una guerra económica mundial de la que han salido, de momento, victoriosos.
Que China es el acontecimiento político y económico más importante en el siglo XXI y que está detrás de la actual crisis económica no hay quien lo dude. La china comunista marxista maoísta con una dictadura del proletariado, con un partido comunista que ni siquiera da acceso a internet a sus ciudadanos, está viviendo a costa de la economía de los países occidentales y además con sus propias armas.
La invasión mundial china no se ha producido como se esperaba hace 60 años, se está produciendo sin soldados, con una política invasiva planeada y planificada durante años y que ahora está empezando a obtener resultados, o sea a ganar batallas y la hegemonía mundial económica con nuestro propio dinero.
Ni siquiera Mao podía imaginar, en sus mejores sueños, el dominio del mundo a través del sistema capitalista occidental por parte de China.
En la actualidad no existe ninguna capital en los 5 continentes que no se encuentren, en sus polígonos industriales, varias naves de logística y distribuidoras de productos made in china.
Los chinos crean empresas chinas que emplean chinos para vender productos chinos fabricados en china por chinos y que adquirimos el resto del mundo
Los ingresos que obtienen a través de los consumidores mundiales son ingresados en bancos chinos con lo cual aumentan continuamente sus reservas en divisas, hasta tal punto que en la actualidad China tiene más de 12 billones de dólares en divisas.
China está en disposición de comprar el mundo, de hecho, ha invertido gran cantidad de millones de dólares en materias primas en continentes como África o América Latina y deuda pública de países de la zona euro; Grecia, Italia, España, Portugal, Bélgica, Irlanda, etc.
En el año 2009 existían en España 160 mil chinos, en el año 2019 se triplicó la cifra situándose los emigrantes chinos en el 2º lugar de emigración regularizada en nuestro país, detrás de Marruecos y por delante de Rumania y Ecuador. Estas cifras no tienen en cuenta los trabajadores transfronterizos, los solicitantes de asilo, los que se encuentran en España en situación de estancia, y los que tenían caducada su documentación y estaban en trámites de renovarla.
La china es una inmigración muy diferente de las demás.
No vienen a buscar empleo en empresas nacionales, son un componente esencial del movimiento expansivo, que necesita instalar comerciantes y empresarios en todo el mundo. La noción de conglomerado, así como la de clan jerarquizado, es fundamental para entenderla. La creación de empresas es el objetivo base de la inmigración (más del 90% de los chinos en España tienen permisos dentro del sector servicios), y reposa sobre clanes familiares que hacen de motor (tíos, primos, etc.). Instalada una rama de un clan a partir de una actividad inicial (antes generalmente era un restaurante) y una vez pagadas entre todos los deudos, van facilitando a cada miembro la creación de otras empresas (tiendas de ropa, todo a cien, alimentación, talleres de confección, etc.), hasta crear un conglomerado económico.
Deben, además, contribuir a la creación de un fondo financiero, que funciona como una banca destinada a dar créditos a los miembros de la comunidad. Son capaces de trabajar 18 horas seguidas durante años sin un día de descanso. Si un negocio fracasa, el clan invertirá en otro. La endogamia (es raro que los chinos se casen con no chinos) refuerza las alianzas entre clanes e implica un equilibrio entre hombres y mujeres. Los chinos apoyan fuertemente la escolarización de los niños, para aprender la lengua, y también adoptan la nacionalidad, pero sin perder en lo más mínimo su vinculación con China.
¿Podremos parar esta invasión? ¿Qué futuro nos espera si dependemos económicamente del gigante asiático? ¿Una vez ganada la guerra económica, cuál será el siguiente paso?
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