EL BAR DE PEPE
Cuando decimos los canarios: “esto está bichado” queremos decir que el asunto está podrido, que todo lo huele mal acabará peor.
Esquerra Republicana de Cataluña es un partido creado y fundado en 1933, que con sus 87 años de vida tiene experiencia e historia suficiente para saber que en este país, aun llamado España, jugar con cartas marcadas nunca gana la partida, al final te descubren y acabas como el gallo de Morón.
El acuerdo suscrito por el gobierno en funciones del Psoe, liderado por Pedro Sánchez con Esquerra Republicana de Cataluña, con todas sus buenas intenciones plasmadas en un par de folios, cuyo objetivo es “desbloquear el conflicto” catalán por la vía del dialogo, tiene todos los ingredientes de ser un dialogo de besugos que unicamente servirá para provocar la desilusión del personal de uno u otro lado.
Que el asunto del grupo de catalanes que quieren la independencia significa el 29% de la población total de Cataluña es notorio y contrastable.
De acuerdo a las últimas votaciones autonómicas los unionistas obtuvieron un 52,4% mientras que el grupo secesionista obtuvo un 47,6% sobre un total del 79,09% del censo electoral.
Normalmente, este simple dato nos llevaría a la conclusión que la independencia que pretenden hacernos creer lo desean la mayoría del “pueblo” es el que demanda un referéndum para la autodeterminación, es la mayor mentira en la que se sustenta el llamado “procés”.
Porque no es cierto que solo “existe un conflicto de naturaleza política en relación al futuro político de Cataluña”, no es solo político, si fuera solo ese el problema seguro podríamos pensar en un posible acuerdo, pero el mayor problema que tienen los catalanes no se arregla con mesas a dos o diez bandas, la ruptura de la convivencia entre unos y otros es lo peor que les ha podido ocurrir a lo catalanes en estos últimos años.
Existen familias que están tan separadas por el “conflicto”, que llevan años sin tener el menor contacto, ni siquiera por Navidad.
No exagero si les digo que en muchos hogares la fragmentación familiar ha llegado a motivar problemas entre el propio matrimonio llegando al extremo del divorcio.
Amigos, vecinos, colegas, compañeros de trabajo, se miran con recelo algunos, e incluso con rabia y odio otros. El problema no es baladí como nos venden los que quieren minimizar el tema, que cobra día a día una mayor dimensión, esto no es una rivalidad entre culés y periquitos, ni siquiera es un argumento generacional, la ruptura de la sociedad catalana es real como la vida misma. Este asunto no es “un conflicto solamente político”.
Decir que el “procés solo se puede resolver por los cauces democráticos” es mucho suponer, sobre todo cuando ya hemos tenido la pobre y esperpéntica experiencia del gobierno de la Generalitat y su Honorable Charles Puigdemont, pretender crear una mesa “bilateral” “para la resolución del conflicto” cuya composición este formada por el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat de Cataluña, adolece de lo esencial ya que una de las partes (el Govern de la Generalitat) se niega a formar parte de la misma.
Por otro lado invitan al dialogo para evitar la “judicialización” del problema, inútil será evitar judicializar lo justiciable porque entraríamos en la incongruencia de, a través del dialogo, evitar la cárcel de los delincuentes. Entre otro tipo de reflexión; creer que el problema catalán ha sido y es un problema exclusivamente político nos invita a pensar que los políticos presos, son, efectivamente, presos políticos y que, en consecuencia, hemos juzgado por ideales políticos y una rebelión que nunca existió y la malversación de caudales públicos apenas llegó a la compra de un par de bocatas de anchoas con tomate.
La traca final del documento firmado por ambas partes, dice así: “ Las medidas en que se materialicen los acuerdos serán sometidas en su caso a validación democrática a través de consulta a la ciudadanía de Catalunya, de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jurídico-político”. O sea que sin más chorradas, sin vaselina, sin más palabrería cuando se “materialicen”, o sea cuando ambas partes estén de acuerdo someterán esos acuerdos a votación en referéndum al pueblo de Catalonia, Catalunya o Cataluña y punto y pelota.
Esto es, en resumidas cuentas, con más o menos palabrería, lo más importante del documento histórico entre el Gobierno de España y la futura República de Catalunya Catalonia o Cataluña.
La pregunta es: ¿Y si en algún momento no se está de acuerdo con las propuestas de Esquerra Republicana de Catalunya, Catalonia o Cataluña, tendremos Presupuestos Generales del Estado o no? y en ese sentido: en caso negativo ¿volveremos a convocar elecciones o seguiremos prorrogando los presupuestos del PP?
Pues si esto es así, o vamos de puto culo a unas nuevas elecciones, o vamos a bajarnos los pantalones para que nos den por el….. piiiiiiiiiiii
Esto no tiene arreglo, y la culpa no la tiene el que ha ganado, se supone que participan a porcentajes similares de culpabilidad el PP y Cs.
Me da que acabará mal, muy mal o peor que mal, me gustaría muy mucho estar equivocado.
Ustedes perdonen pero cada día veo más cerca… mejor no digo lo que pienso.