Hoy no es un día para celebrar, hoy es un día reivindicativo que debemos aprovechar para posicionarnos como sociedad ante una enfermedad social que se llama “violencia machista” y que atenta contra los derechos humanos fundamentales de más de la mitad de la población.
Mujeres: de todas las etnias y culturas, de todas las clases sociales, heterosexuales, lesbianas, bisexuales, trans, de todas las religiones existentes, genitalmente mutiladas, forzadas al matrimonio temprano… Mujeres en situación de desigualdad –en mayor o menor medida– por el mero hecho de ser mujeres.
Hoy, sociedad civil e instituciones públicas iremos a una y mostraremos nuestra más profunda repulsa frente a todo aquello que no fomente y favorezca el bienestar social de nuestra ciudadanía.
Podríamos darle un giro a aquella famosa frase de la filósofa Simone de Beauvoir, para quien “ningún sistema opresor podría mantenerse si no tuviera aliados entre los propios oprimidos”, y afirmar que “ningún sistema igualitario resiliente puede avanzar si no cuenta con aliados entre los propios opresores. Necesitamos a nuestros compañeros –chicos, hombres y mayores– como aliados para avanzar, y por ello les invitamos a desactivar su modo machismo y a dar un paso al frente en primera persona: #YoSumoYoActúo.
Pero, ¿cómo sumar? ¿De qué manera actuar? Son muchas las situaciones cotidianas en que los hombres presencian comentarios y actitudes machistas que cosifican, humillan y vulneran los derechos de mujeres y niñas: desde el chiste fácil sobre la situación que, histórica y culturalmente, ha tenido la mujer en la sociedad hasta las fotos y memes que circulan en sus grupos de whatsapp con los colegas. Dar un paso al frente y decir “Ya vale. Ya no hace gracia” es una manera de sumar y de actuar.
Somos conscientes de que cualquier movimiento en nuestras vidas que nos haga movernos de nuestra zona de confort tiene un precio; pero mayor es el precio que pagamos manteniéndonos en una dinámica que nos mata y asesina. Sí, a los hombres también les perjudica seriamente la salud: según datos de la Dirección General de Tráfico, el 94,4% de las personas fallecidas al volante con un resultado positivo en drogas eran hombres; según el Instituto Nacional de Estadística, los hombres se suicidan tres veces más que las mujeres; mueren muchos más hombres en manos de hombres que de mujeres; muchos más hombres exponiéndose a actividades de riesgo para medir sus fuerzas y una supuesta valentía; y así un largo etcétera.
En la cotidianeidad, la vida en igualdad de condiciones nos liberaría a todos y a todas, ya que las relaciones de tú a tú, de igual a igual, son mucho más placenteras y nos producen un bienestar personal y familiar infinitamente mayor.
Es hora de empoderar y erotizar otros tipos de masculinidades, más valientes aún, ya que la valentía y el coraje pasa por interpelar a tu compañero cuando pretende someterte a una masculinidad que no te aporta bienestar con la totalidad de tus seres queridos y que te obliga a ser partícipe y cómplice mediante el silencio. De valientes es salir del círculo de violencia de las masculinidades aprehendidas y unirte a quienes luchamos por construir otras maneras de relacionarnos en donde tu vida y la mía estén a salvo.
Nuestros compañeros suman y actúan, ¿y tú?
Kika Fumero
Directora del Instituto Canario de Igualdad del Gobierno de Canarias