EL BAR DE PEPE
Debo confesar que al igual que no creo en las multinacionales, tampoco creo en los partidos políticos. Las dos “empresas” tienen un denominador común: venden humo.
Desde muy joven empecé a entender que del Movimiento Nacional y las JONS, nadie sabía nada de nada, que de la filosofía joseantoniana, y su “si te dije que caí” tampoco teníamos pajolera idea. Es decir; todos sabíamos que Franco era jefe del Estado por la Gracia de Dios y a los “rojos” que se cargaron a José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia en la cárcel alicantina un 20 de noviembre del año 1936. Franco no quiso más partidos que el suyo. En la España franquista no había liga política, Franco ganaba siempre por goleada.
Sin idea de lo que eran los partidos políticos y los sindicatos, pasamos de una dictadura a algo parecido a lo que creíamos que podía ser una democracia. Y así nos la dieron todas juntas.
No creo en el Psoe, ni en el PP, ni en Cs, ni en Vox, nada en Unidas Podemos y desconfío de cualquier sigla política.
¿Cómo se puede creer en un partido que ha servido de pantalla para que trepas y delincuentes, unos con y otros si corbata y cuello blanco hayan robado de las arcas públicas? ¿Cómo podemos creer en un partido cuyos máximos dirigentes recibían dinero negro por conceder obras públicas, contratos millonarios inflados por empresarios indecentes que colaboraban e inducían a la corrupción?
¿Creer en los políticos? No, para nada creo en lo que prometen los políticos, pero si tengo en cuenta que el sistema funciona así, o participas en el juego de la dictocracia o te quedas fuera de la partida.
El próximo domingo, 10 de noviembre de 2019, vamos a volver a votar, vamos a pasar por las mismas urnas que hace unos meses atrás lo hicimos con la esperanza de que algo se iba a conseguir, algo, poco de lo mucho que se tiene que solucionar se podía lograr. El espectáculo, el bochornoso espectáculo del día después que nos ofreció Pablo Iglesias y su consorte, puso al descubierto que aquí lo que vale es la poltrona, nada más que la poltrona, el pueblo es secundario.
Dicho todo esto, y habida cuenta que se tiene que intervenir si o si en la partida, procuremos averiguar quien de los intervinientes en la jugada juega con las cartas marcadas o lleva ases debajo de la manga.
Resumiendo, votar a la derecha nos llevaría a seguir soportando la precariedad laboral, la privatización de la sanidad publica, la educación y el recorte de las pensiones, eso es ni más ni menos lo que tenía in mente Mariano Rajoy para su próximo mandato, malogrado gracias a la voluntad “divina” y a que por una puñetera vez se pusieron de acuerdo la izquierda con los otros para ejercer la moción de censura.
Votar al partido Popular, Cs, o Vox es hacerse el hara kiri. Votar a Unidas Podemos es volver a empezar o el suicidio por inyección letal.
Por otro lado votar leyendo el programa de los mundos de Yupi es engañarse a si mismo, ilusionarse con cuestiones imposibles de realizar, en estos casos, a los que se leen y releen las sandeces y mentiras que contienen esos “libelos electorales” les diré que se crean la mitad de la mitad de la mitad, y aun así no se fien.
Yo votaré la opción socialista, no porque confíen en la sede de la madrileña calle de Ferráz, lo haré porque dentro del espectro de la farándula politiquera que nos toca vivir, Pedro Sánchez es el candidato que considero más preparado, más honrado y por supuesto más legal que todos los demás juntos.
Mis diez razones para votar a Pedro Sánchez (Psoe):
1.- Ha demostrado talante de estadista a nivel internacional. En la UE se le respeta como a ningún otro presidente del Estado Español se le tuvo en consideración.
2.- Es moderado en cuanto a sus declaraciones, procura no entrar en el cuerpo a cuerpo y boxea como Casius Clay , dando picotazos de avispa pero esperando dar el golpe definitivo.
3.- En la crisis catalana demuestra seguridad y firmeza, no ha entrado al “trapo” que les han puesto los independentistas y lo que en un principio pensaba Torra que iba a ser una victoria aplastante, se ha convertido en un descrédito total al procés.
4.- Lo poco que ha podido hacer en este espacio de tiempo que ha gobernado, lo ha hecho con un aprobado alto, se ha reunido de un equipo de gente que podemos decir ha sido el mejor gabinete en la Moncloa desde los tiempos de González.
5.- Es un tipo hábil, muy hábil, hace reformas estructurales pero no cambia el contenido y cuando te das cuenta de que hay algo que no funciona como debiera da largas, es decir nunca promete por prometer.
6.- Ahora es el momento de la prueba de sangre, es el próximo día 11 donde se batirán las espadas con una condición; dependerá de nuestros votos si podrá o no hacer esa política social que con tanta gala y pompa nos dice podrá hacer si obtiene la mayoría necesaria.
7.- Que quieren que les diga, es lo menos malo que tenemos, no hay otra solución mejor, o Pedro Sánchez o la ultra derecha, aquí no hay más opciones y como comprenderán uno no esta por la labor de resucitar el Movimiento Nacional, las Jons o cantar el cara al sol.
Que Dios reparta suerte, la vamos a necesitar si usted decide no votar.