Convertido en estatua, observa el nuevo mundo que se pierde y se mueve hacía ningún lugar. El Guanche observa paciente, rígido, la melancolía en sus hombros, el peso en su forma.
Nostalgia forma la de esta arena, nostalgia de arena negra; que aterriza con sus agresivas olas en el alma, que anhelan un mundo afín.
Los ecos de los gritos suenan en los barrancos pero no en los corazones, el nuevo magma se lo traga todo.
Mueren las costumbres en forma de arrugas en la piel.
Aquellos que empapaban estas islas de un sabor intelectual sereno y por los placeres eternos y no efímeros.
Nostalgia de arena negra que bajo ella parece oírse susurros de una historia callada.
El Son de unas islas, sinceridad de un pueblo aprisionado. Isla de la Gomera, playa de Antequera, palabras de Beneharo, sendero número 3, canto del pájaro verde, toque del timple en fa menor, sonidos antiguos, menceyatos perdidos, un temporal, mi abuela en la ventana, un patio que huele a pino, nostalgias, nostalgias de arena negra, de arena de volcán, de arenas de fuego, de arenas del tiempo, el quizás, del ayer, de lo perdido…