Coalición Canaria regaló a Santa Cruz de Tenerife un alcalde superdotado para la emprendeduría delictiva.
Que fue el último grito en la I+D del Producto Criminal Bruto. Que ganó elección tras elección mientras prodigaba el milagro de la desaparición de los panes y los peces. Que, contra todo pronóstico, acabó siendo derrotado por una Justicia que lo dejó sin dar su nombre a alguna calle, o avenida, donde engrosar la lista de insignes corruptos invictos. Pero que, sobre todo, si acabó derrotado por la Justicia, fue gracias al empuje dado a la lucha contra la corrupción por el coraje cívico de la ciudadanía más comprometida.
Los hechos son ya bien conocidos: el alcalde urdió con dos líderes empresariales y varios funcionarios públicos la compra de unos terrenos, en el entorno de la playa de Las Teresitas, a un precio muy superior al que tenían. Y, además, sin descontar nada por los aprovechamientos lucrativos otorgados en terrenos contiguos. Y, además, sin deshacer ninguno de los entuertos que el proceso urbanizador de Las Teresitas causó a quienes vieron desaparecer sus propiedades del Registro de la Propiedad, o a quienes tuvieron que vender sus terrenos muy por debajo del precio de mercado para que otros hicieran negocios privados.
Una vez que la Justicia ha condenado a la mayor parte de los implicados, en el mayor saqueo conocido de las arcas públicas de Santa Cruz, queda la cuestión de las (ir)responsabilidades políticas. Algo que jamás ha asumido Coalición Canaria y que, de hecho, jamás asumirá. En septiembre de 2017, en una ciudad que expide más medallas y distinciones que Corea del Norte, Coalición Canaria rechazó distinguir a la funcionaria que resistió presiones y amenazas para no dar apariencia de legalidad al saqueo épico de Santa Cruz. Rechazó distinguir a la funcionaria Pía Oramas, pese a su importante papel en el juicio del caso Las Teresitas, para dejar bien claro, a propios y extraños, que Coalición Canaria no premia a quienes combaten la corrupción.
Y es que el caso Las Teresitas es parte del pecado original de Coalición Canaria: antes del pleno de la compra infame del frente de la playa, en julio de 2001, el principal periódico de la provincia publicó, en primera página, que había varias tasaciones mucho más bajas que la escogida. El Colegio de Arquitectos pidió transparencia y clarificación; el portavoz del PSOE en el Cabildo reclamó que se retrasara el pleno municipal y el portavoz insular de ese partido, Santiago Pérez, advirtió públicamente de la irregularidad que suponía la inexistencia de tasación firmada por técnicos municipales. Otras voces autorizadas advirtieron de la gravedad de la decisión que iba a tomar el pleno. Sin embargo, el portavoz de Coalición Canaria calificó la votación plenaria de “hito histórico” y concluyó su intervención proclamando que “somos protagonistas de una foto histórica en la que en el futuro, cuando la imagen esté amarilla, aún podremos reconocernos y decir que estuvimos allí”.
Pasado el tiempo, la Sentencia del caso Las Teresitas transformó el “hito histórico” en “una planificación criminal muy sofisticada y compleja”. Pero mucho antes de esa Sentencia, el Tribunal Supremo había anulado la compraventa del frente de playa de Las Teresitas y, a continuación, en 2007, la Fiscalía había presentado un demoledor y documentado escrito de acusación. Así que nadie, absolutamente nadie, podía pretender que en Santa Cruz no había pasado nada. ¿Y cuál fue la reacción de Coalición Canaria? ¿Sancionar políticamente prácticas obviamente corruptas, al margen de la calificación legal que acabaran teniendo? No, claro que no. Coalición Canaria llevó a Miguel Zerolo al Senado y provocó que su aforamiento, ante el Tribunal Supremo, retrasara la acción de la Justicia. Así premiaron la corrupción humillando a una institución del Estado.
No, ya no vale pedir perdón, ya no valen las lágrimas de cocodrilo. Estar en contra de la corrupción supondría expulsar de Coalición Canaria a todos los parlamentarios que votaron a favor de enviar a Zerolo al Senado. Y esto no va a ocurrir. Porque Coalición Canaria vive en el País de Nunca Jamás… Rendiremos Cuentas. ¿Recuerdan el eslogan electoral de Coalición Canaria en 2015? “De aquí en adelante”. Es decir, cada día empieza el futuro sin rendir cuentas. Ésa es la realidad. Como diría El Roto, la realidad es una alucinación producida por la ausencia de propaganda. Así pues, que nadie se engañe: Canarias tiene solución; Coalición Canaria no. Ramón Trujillo, candidato de Unidas Podemos-Izquierda Unida-Equo a la alcaldía de Santa Cruz de Tenerife.