En marzo de 2008 se celebraron las X Elecciones a las Cortes Generales (Congreso y Senado), desde la Transición política española. Los comicios estaban previstos para el 13 de abril de ese año 2008. Sin embargo, se anticiparon cinco semanas.
Algunos podrían preguntarse por qué se remonta este primer artículo de opinión a esas Elecciones Generales del año 2008, si el objetivo que se persigue es abordar y aproximarse a una valoración de estas próximas Elecciones Generales convocadas para el 28 de Abril de 2019.
Hay, en primer lugar, algunas curiosas circunstancias o denominadores comunes entre las dos convocatorias electorales. Ambas han sido anticipadas, ambas lo han sido por dos Presidentes socialistas (Zapatero y Pedro Sánchez), y ambas han estado precedidas de estrategias de crispación y tensión desde la dirección del PP. Aunque estas estrategias hayan sido motivadas por razones diferentes, han tenido un hilo conductor común: la no asimilación de la pérdida del poder político por parte del PP, cuya derivada práctica ha sido fomentar un clima convulso, de profunda virulencia y enrarecimiento político en la sociedad española.
Es obvio que el contexto previo a las Generales de 2019 incorpora otros acontecimientos de enorme calado que se han producido en la vida política española en los dos últimos años. Sin pretender ser exhaustivo ni lineal en el tiempo, hablamos de Cataluña o la cuestión catalana que culminó en el “Referéndum del 1 de Octubre 2017” con los importantes y significativos antecedentes, y las consecuencias del mismo. Señalar a continuación, el procesamiento y la entrada en prisión de los líderes del “Procés” y la controvertida aplicación del 155 por el Gobierno del PP. Apuntar, seguidamente, la convocatoria por el Gobierno del Estado de nuevas elecciones en Cataluña. Ítem más, la presentación de la Moción de Censura que acaba con el Gobierno de Rajoy, motivada formalmente por la sentencia de la Audiencia Nacional condenando al Partido Popular a título lucrativo en la trama Gurtel; y fruto del triunfo de la misma, el Gobierno de Pedro Sánchez que colocó al PSOE, de nuevo, en la Moncloa el 1 de Junio de 2018.
Junto a los anteriores acontecimientos, las primarias del PP y el triunfo de Pablo Casado como nuevo líder que renueva la dirección y reorientación del principal partido de la derecha española, son también hitos explicativos del cómo se llega al contexto situacional descrito. A ellos, añadiremos las elecciones andaluzas anticipadas por Susana Díaz y los resultados de las mismas con la irrupción de Vox. Le sigue el cambio de Gobierno en la Junta de Andalucía en base a un pacto de las tres derechas (PP- Cs y Vox), que enrarecen aún más si cabe, el sinuoso ciclo político de la Legislatura más corta y controvertida desde la Transición política.
Finalmente, la no aprobación de la Ley de Presupuestos Generales del Estado planteados por el Gobierno de Pedro Sánchez, el inicio del Juicio del “Procés” en el Tribunal Supremo y el cierre de la XII Legislatura con la convocatoria anticipada de estas próximas Elecciones Generales, completan el “mood” o estado emocional, y, por tanto, el ánimo colectivo, el clima o ambiente electoral en el que van a celebrarse estas G’2019.
Además de las coincidencias mencionadas entre ambas convocatorias electorales, hay más razones de fondo que me han motivado expresar por escrito otras claves interpretativas de estos próximos comicios del próximo 28 de Abril.
Las elecciones G’ 2008 han sido, tras las generales del año 1996, las más reñidas entre las dos principales fuerzas políticas del Estado español. Con una participación del (74%) del censo electoral, el PSOE alcanza casi un 44% de los votos y consiguió 169 escaños. El PP prácticamente con el 40%, obtuvo 154 escaños.
Asimismo, estas Generales de 2008 ofrecieron un panorama de máxima igualdad entre fuerzas de izquierda y derecha en el Congreso de los Diputados. La diferencia final fue solo de cuatro escaños, (177 de las izquierdas frente a 173 de las derechas), en una cámara de 350 escaños.
Todos los analistas y las encuestas, coinciden en que estas próximas Generales del próximo 28 de Abril, serán igualmente unas elecciones sumamente abiertas, inciertas, sin mayorías claras y por tanto sumamente competidas. Este solo hecho justifica una reflexión sobre el asunto, toda vez que de fondo tiene además el gran interrogante de quién ganará, si el bloque de las izquierdas o el bloque de las derechas, con todos los matices que encierra el término bloque y que atiende al eje ideológico de los partidos que pretenden representar a la soberanía popular en las Cortes Generales.
Es evidente que cada proceso electoral es distinto, al margen de puntuales coincidencias o similitudes. Las diferencias entre las Generales de 2008 y las que están a las puertas en este 2019 son abismales. En primer término, en la nueva confrontación electoral de Abril, serán más de dos actores principales por la izquierda el PSOE y Unidos-Podemos* y tres por la derecha (PP-Cs y Vox). Junto a estos actores, y por añadir más complejidad al análisis de los comicios, estarán además otros importantes actores periféricos que representan los nacionalismos catalán, vasco, gallego, valenciano y canario, de distintos signos ideológicos.
Es indiscutible el papel que han jugado y juegan en Cataluña, (ERC-y Catalunya Sí) y en el espacio de la antigua Convergencia, (CDC-PDeCat). Respecto al País Vasco el PNV y EH-Bildu, y por lo que toca a Canarias, Coalición Canaria (CC) y Nueva Canarias (NC). Hemos de tener en cuenta que las organizaciones nacionalistas y de izquierdas de Galicia y la Comunidad Valenciana, se presentaron en las Generales de 2016, bajo la marca electoral Unidos Podemos.
Es innegable que estos actores han sido en ocasiones determinantes, tanto en el ámbito legislativo, como en el de la gobernabilidad del Gobierno de España, y es evidente que pueden ser aliados muy necesarios en el próximo futuro, a la vista del equilibrio de las fuerzas políticas de izquierdas y derechas..
He querido remarcar este contraste de Elecciones Generales de 2008 y las previstas para este próximo 28 de Abril, porque parecen marcos muy paradigmáticos que permiten entender las claves socio-políticas y electorales de la sociedad española, en dos momentos históricos muy diferenciados.
Sirva, como ilustración de ello, la secuencia que expongo a continuación.
En las Generales de 2008, el modelo bipartidista (PSOE-PP) concentró el (92%) de los votos y 323 escaños entre ambos partidos (PSOE 169 + PP 154).
En las Generales de 2011, este modelo bipartidista pierde algo de fuerza y concentra entonces 3/4 del voto popular (73,4%) y 296 escaños entre ambos partidos (PSOE 110 + PP 186), es decir, prácticamente un (85%) de la representación política del Congreso.
El gran salto cuantitativo y cualitativo se produjo en las Generales de 2015 con la ruptura del Bipartidismo, que dejó la confianza ciudadana en ambos partidos en el 51% de los votos depositados y 213 escaños (PSOE 90 + PP 123), quedando en un 61% la representación de los dos grandes partidos en la Cámara Baja.
Las Generales de 2016 mejoraron ligeramente la concentración de votos hacia la suma de los dos partidos hasta el 55% y la representación de ambos en un 63% de los escaños del Congreso (PSOE 85 + PP 137), pero confirmaron la ruptura del Bipartidismo y el final de la alternancia hegemónica de los dos grandes protagonistas capaces de nuclear mayorías significativas y de conformar Gobiernos en España, desde la Transición política.
Llegados a este punto, ¿dónde está el antecedente de la inflexión o ruptura del Bipartidismo estatal, en virtud del cual los votos a los dos partidos estatales tradicionales, PP y PSOE, van a este binomio, además de a Podemos y Ciudadanos?
Un análisis detallado de las elecciones Autonómicas y Locales de 2015 permite hallar el precedente empírico de este importante cambio que ha enterrado al Bipartidismo. Estos comicios traducen y cristalizan en las instituciones democráticas las consecuencias del Movimiento 15-M**, también llamado movimiento de los indignados, acaecido en el año 2011 .
El 15-M fue un Movimiento ciudadano formado a raíz de la manifestación del 15 de mayo de 2011 con la intención de promover una democracia más participativa, alejada del bipartidismo PSOE-PP y del dominio de bancos y corporaciones, así como una «auténtica división de poderes» y otras medidas con la intención de mejorar el sistema democrático.
El Movimiento 15M ha tenido influencia en importantes movimientos sociales. Logró aglutinar a muchos colectivos ciudadanos y consiguió una movilización mundial el 15 de octubre de 2011. A partir de ese potente y extraordinario fenómeno, surgen nuevos colectivos temáticos, y nuevos partidos políticos, como Podemos en 2014.
Señalar que Podemos se presentó a las Elecciones Europeas de 2014, y en su debut como partido político, logra el respaldo de más de un millón doscientos cincuenta mil votos (1.250.000) y obtiene cinco eurodiputados en el Parlamento Europeo.
Desde entonces, nada es igual. La indignación, el hartazgo y la desafección política configuran un ánimo colectivo de rechazo, de cabreo y malestar ciudadano que permite acercarnos al estado emocional que atraviesa la sociedad a las puertas de unas inmediatas elecciones de cambio, marcadas ya en dos tiempos muy próximos, el 28 de Abril para las Generales y el 26 de Mayo para las (Elecciones Autonómicas–Locales y Europeas).
Hasta aquí, el relato en clave estatal de este contraste de las Elecciones Generales 2008, y el clima electoral de las convocadas para el 28 de Abril, con algunos apuntes interpretativos.
En el segundo expondré algunas claves interpretativas del marco estatal de estos próximos comicios generales. En el tercero me detengo a analizar las singularidades específicas de este contraste en Canarias y, asimismo, esbozo una proyección de resultados en las Generales de 2019 para nuestra Comunidad Autónoma.
Miguel Guerra García de Celis
Sociólogo
(*) Unidos Podemos: espacio de izquierda que ha aglutinado a la coalición Podemos-IU-Equo, En Comú Podem, Compromís-Podemos-EUPV: A la Valenciana y En Marea.
(**) Referencia del Movimiento 15-M recopilada en Wikipedia