La similitud en las actitudes y comportamientos entre las “tres derechas” del Parlamento Español -incluida la “vox” de Canarias en Madrid de Ana Oramas- y los separatistas catalanes, coincidieron en impedir unos presupuestos medianamente aceptables tras más de una década de recortes en lo social, una triste coincidencia entre el nacionalismo español de la JONS y el catalán.
Y es que parece ser inevitable que los fascismos se terminan tocando en la geometría no plana de la política, un espacio euclideo de más de dos dimensiones en el que dos fascismos paralelos necesariamente tendrán -al menos- un punto de intersección. En este caso, el punto de intersección ha sido considerar más apetecible un gobierno del Estado Español en manos de la extrema derecha a un conato de gobierno progresista.
Un mérito adicional del nacionalismo catalán es el haber ayudado a superar las diferencias ideológicas entre Esquerra Republicana y los anticapitalistas, con con los herederos de Convergencia i Unió, a la postre el nacionalismo catalán “de derechas” del 3%. Además, un sector de la izquierda 2.0, esa que conjuga “nacionalismo” con “izquierda” con total naturalidad, junto con los sindicatos de clase parecen haber sucumbido a los encantos de la república catalana, mientras misteriosamente decidieron aparcar el paradigma de la España Republicana. Esa misma Izquierda 2.0 es la que se escandaliza por los votos de los 400.000 “fascistas andaluces” que votaron a VOX, ignorando que los votos de “pobres de derechas” -andaluces o no- tienen su origen en el comportamiento de esa misma izquierda.
Sea como fuere, el caso es que los nacionalismos paralelos encontraron un punto de coincidencia en el rechazo a unos PGE que pretendían ser el punto de inflexión a los recortes impuestos en derechos sociales por el IBEX35. “Que se jodan los más desfavorecidos, eso les pasa por ser pobres y de derechas”, podrían estar pensando ahora mismo.
Y es que debería ser obligatorio que en las papeletas electorales se imprima una leyenda similar a la de las cajetillas de tabaco: “El exceso de nacionalismo es perjudicial para su salud”.