EL BAR DE PEPE
Lo sabíamos todos, era algo normal, lógico e incluso se hablaba de cantidades geométricas las comisiones que cobraba, el asunto se aceptaba como pago al “excelente trabajo” de su majestad el rey de España, el Jefe del Estado español, D. Juan Carlos de Borbón, (coronado con el nombre de Juan Carlos I) como “primer embajador del reino de España”.
En realidad, el día 22 de noviembre de 1977, los españoles contratamos a un comisionista a titulo de rey, a un presunto delincuente de sangre azul.
Las declaraciones de la señora Corinna, ex amante del emérito, no dejan lugar a dudas. La bella Corinna, que durante 10 años fue una de las innumerables amantes de “Súper Juanito”, no dejan lugar a dudas y detalla.
En unas conversaciones mantenidas con un amigo del ex monarca y un comisario de policía, dice la “princesa” que su vida birlonga con el Jefe del Estado español estuvo llena de alicientes suficientes como para escribir una saga sobre el tráfico de influencias, el cohecho, la prevaricación al mejor estilo de Mario Puzo, autor del libro El Padrino.
Corinna está ocupadísima, tanto es así que teme por su vida.
La historia se repite y vuelve por senderos misteriosos que, por lo que dice la “denunciante” se trata de pasta gansa, de money, o sea de millones de euros o dolares que a la amante real le había confiado el rey de España cañi para su custodia y blanqueo, tanto es así que el hijo de su hermano Hassan II, o sea su sobrino el rey de Marruecos, Mohamed VI, le regaló una hermosa finca en la ciudad puntera de Marrakech y, como no podía ser de otra forma, su titularidad fue a manos de Dª Corinna zu Sayn-Wittgenstein, era justo y necesario ya que de otra forma hubiera pasado al patrimonio nacional, y de esa manera, utilizando la testa coronada de la rubia “teutona”, se quedaba con el negociete situado en la “milla de oro” de la ciudad emblemática marroquí a disposición de la familia real española.
La desfachatez llega al máximo del despotismo ilustrado de Juan Carlos I cuando Sayn-Wittgenstein apunta: «Me está poniendo una presión bárbara para que le devuelva esas cosas, pero si lo hago vulnero la ley y puedo ir a la cárcel», añade en la grabación, en la que ella señala que lo de utilizarla como testaferro dado que en Mónaco no es preceptivo hacer declaración patrimonial, «lo han hecho con dos o tres cosas y están poniendo muchísima presión». «Por ejemplo: mandarle dinero o darle cosas… eso es blanqueo».
En otro momento de la conversación, la empresaria señala que estas presiones son para que ponga las propiedades a nombre del primo del rey emérito Álvaro Orleans de Borbón, quien ya estaría asumiendo ese papel, siempre según las palabras de Corinna. «Ahora están tratando que yo pase estas cosas a Álvaro a través de Dante (señala en relación al abogado Dante Canónica) Están haciéndome la guerra porque yo no quiero cometer un delito», asegura.
Nada nuevo, muchas son las perjudicadas de los “polvo reales”, la propia Barbara Rey, en declaraciones efectuadas a los medios de comunicación, hizo saber que se sentía espiada, controlada, pinchados sus teléfonos, y amenazó con hacer publicas ciertas grabaciones que, supuestamente, le había hecho al monarca durante sus relaciones. A las amenazas de muerte, siguieron al bloqueo de su trabajo como actriz, llegado a tal punto que anularon contratos en vigor en el canal 9 de la tv valenciana, se la vetó en radio y televisión española, incluso tuvo un accidente al quedarse sin frenos su vehículo que había sido comprado un mes antes (un mercedes 500) el mecánico no daba crédito a la avería, totalmente imposible en un coche de alta gama y recién estrenado. Aun hoy en día la siguen vetando de manera torticera; programas, actuaciones, reportajes previstos a corto plazo y con la conformidad de las partes, acaban en meros proyectos, antes de materializarlos la mano “negra” actúa y se anula todo lo pactado, o sea la larga mano negra de la corona sigue actuando en contra de una mujer que su desgracia fue sentirse acosada por un pervertido y aceptar la insistencia del derecho de pernada de un maniático perverso.
El rey de España no solo debe ser juzgado y condenado por presuntos delitos de cobro de comisiones ilegales, por la prevaricación y cohecho, por la malversación de fondos públicos y el blanqueo de dinero, por el acoso sexual a una treintena de mujeres, por las amenazas a sus “concubinas reales”, debería ser juzgado y condenado por su presunta colaboración y participación en la rebelión y el golpe de Estado del 23 de Febrero del año 1981.