En homenaje al centenario del Laboratorio de Fisiología, que fundó Juan Negrin en los locales de la Residencia de Estudiantes,- morada científica de Negrin,-apoyado por la Junta de Ampliación de Estudios, se presenta el próximo jueves día 25 el libro editado por la Fundación que lleva su nombre, “Instruir e impulsar. Juan Negrin”, monografía que traza el perfil como científico y profesor del Dr. Negrin, a través de escritos, comunicaciones y correspondencia, algunos inéditos, de discípulos, colaboradores y científicos extranjeros, con una mención especial a los científicos canarios discípulos de Negrin.
La Fundación ha culminado con éxito la ingente tarea de reivindicar su figura histórica como uno de los más importantes estadistas de la España contemporánea, incentivando a eminentes historiadores españoles y extranjeros, a cuya disposición ha puesto su archivo familiar, autores, en los últimos veinte años, de un número considerable de obras que han derribado el muro de incomprensiones y de injurias y calumnias propagadas contra él por los vencedores y vencidos de la contienda fratricida.
La historiografía más reciente ha hecho justicia a Negrin colocándole en el alto pedestal histórico que le corresponde. Su figura como estadística ha ensombrecido su extraordinaria obra científica en el Laboratorio de Fisiología de la Junta de Ampliación de Estudios, en el que formó especialistas no sólo en Fisiología sino en todas las disciplinas de la ciencia médica, que integraron la escuela científica de Negrín, seguramente la más importante de las que se crearon en España en el siglo XX. Su hijo Juan Negrín Jr. lo calificó, con acierto, como maestro de grandes maestros, como su discípulo Severo Ochoa que obtuvo el Premio Nobel de Medicina, el cual me confesó en su breve estancia en Las Palmas, que, en su opinión, ratificando la del también discípulo suyo, el científico herreño Pedro de la Barreda, al que le debo todo lo que sé de Juan Negrin como científico, que éste fue el hombre de ciencia que más contribuyó a la europeización y a la modernización científica de España. A iniciativa de Negrin se creó también el Centro de Control de Medicamentos, cuyo primer director fue su colaborador más próximo Hernández Guerra.
La Junta para la Ampliación de Estudios, en cuyo Laboratorio de Fisiología se realizó la labor fundamental de Juan Negrin, fue una de las creaciones más avanzadas de la Institución Libre de Enseñanza, la gran obra pedagógica, educativa y cultural de Francisco Giner de los Ríos, el alma más noble del siglo IXI, al decir de Madariaga, que fue un intento de sembrar en España la tolerancia y el rigor científico que se logró con éxito cristalizar en la Junta. Sin duda Negrin, como sostienen algunos historiadores de la ciencia (J.L. Barona), ha sido una de las primeras figuras de la investigación fisiológica y bioquímica mundial de nuestro siglo. Jamás el cultivo de la ciencia experimental había gozado en España de una implantación tan sólida. El principal mérito de Don Juan Negrin no fue sólo la realización de una obra científica personal de relieve internacional, sino el haber creado y dado impulso a una escuela de fisiólogos y especialistas de la ciencia médica, que difundió el prestigio de la investigación experimental por todo el mundo. Juan Negrin Jr. ha dicho que desde la fundación del Laboratorio su padre creo una escuela de discípulos eficaces, que a su vez formaron escuelas, en las que se prestó atención a experimentos confirmatorios y a contribuciones científicas que daban lugar a nuevas especialidades, que fraguaron la Bioquímica contemporánea. Juan Marichal ha escrito que por su formación científica y por su conocimiento de idiomas, Juan Negrin fue uno de los españoles más enteramente y más normalmente europeos de su tiempo. En 1934 pidió la excedencia de su cátedra de Fisiología, pero no abandonó sus tareas de secretario ejecutivo de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria, a cuya creación se entregó con entusiasmo, sin percibir retribución alguna.
Fue Juan Negrin de los pocos científicos preparados para la complejísima labor de estadista, que ha sido vista como la gran enemiga psicológica de la ciencia. En el Congreso anual de la Asociación Británica para el progreso de las Ciencias, celebrado el 26 de septiembre de 1941, Negrin presentó una ponencia sobre “Ciencia y gobierno”, uno de sus textos más reveladores, en la que destacó que los métodos y objetivos de la ciencia y del gobierno son diferentes, aunque no cree, como Ortega, que sean mutuamente excluyentes. Un gran estadista, dijo, padece casi siempre, una deformación profesional, y si es de ánimo resoluto puede desdeñar la cautela y la moderación. Lo hábitos mentales del científico constituyen un indispensable contrapeso porque se cifran finalmente en la duda. Por supuesto, añadió Negrin, la característica principal del estadista es la fe en sí mismo, pero sin una fuerte dosis de duda, su fe le llevaría a un ciego y dañino dogmatismo.
Pero además de un eximio científico, don Juan Negrin fue siempre un gran humanista, como ha destacado Mariano Ansó, ministro y amigo personal de Negrín. Aficionado a la música clásica, que le había infundido su madre, la rusa María Mijailov, se interesaba también por el Urbanismo y la Arquitectura, así como por la pintura, la literatura y la historia. Son poco conocidas las medidas que adoptó como presidente del Gobierno para salvaguardar las obras del Museo del Prado durante la guerra civil. Gran devorador de libros y periódicos, “su silueta sería incompleta, dice Ansó, sino le viéramos cargado de material de lectura que adquiría a todas horas en kioscos y librerías”. Fundó la editorial España con Álvarez del Vayo y Araquistain en 1927, que publicó con gran éxito editorial novelas como Sin novedad en el frente de Erich María Remarquer, y libros científicos como el Carcinoma del cuello uterino, del doctor Recasens, y Elementos de Bioquímica, el primer libro de esta disciplina de la historia de la medicina española, que escribieron conjuntamente los alumnos de Negrín, profesores Severo Ochoa y Hernández Guerra. Solía terminar sus clases de Fisiología, recomendando a sus alumnos que leyeran a Suárez o a cualquier otro filósofo español.
De los más importantes científicos canarios, Viera y Clavijo, Blas Cabrera Felipe, Agustin de Bethencourt y Antonio González, Juan Negrin fue el de más proyección internacional como creador de una escuela científica que expandió la investigación de la ciencia experimental por todo el mundo.
ELIGIO HERNANDEZ. Vicepresidente de la Fundación Juan Negrin