Pero se trataría de un «puticlub con habitaciones cojonudas«, indica Ignacio González con visión empresarial.
Las conversaciones de Ignacio González grabadas por la Guardia Civil dentro de la Operación Lezo en su despacho de la calle Alcalá no se limitan a insultar a Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy.
En las grabaciones se descubre un Ignacio González conseguidor, promotor en negocios ajenos, como el de un “amigo” empresario que tiene problemas con hoteles sin mucha rentabilidad. Algo que el expresidente madrileño intenta arreglar con la idea de usar uno de ellos como “una casa de putas” y convertirlo en “un puticlub con habitaciones cojonudas”. El «puticlub» quedaría incardinado en una especie de parque temático cultural, pues, según el empresario, «paradójicamente los puticlubs de autopista están donde estaban las casas de putas de la legiones romanas».
Es algo que puede escucharse en las grabaciones de la Operación Lezo, a las que hemos tenido acceso. En concreto en una con Luis Vicente Moro, ex delegado del Gobierno en Ceuta, a quien González acude para tratar el tema de un “amigo” empresario, con negocios de hostelería en Palencia que no funcionan muy bien.
Los usuarios de los puticlubs, según Luis Vicente Moro, serían «la clase media alta, los casados … y algún cura«.