Tres muertos, 105 incendios activos, 15 poblaciones cercadas por el fuego, miles de hectáreas quemadas, carreteras cortadas, colegios cerrados, una gran ciudad como Vigo afectada por las llamas…: Galicia arde, sobre todo en el sur, por los cuatro costados.
La comunidad autónoma gallega mantiene su lucha incansable contra el fuego, propagado en 146 incendios desde el viernes, con 5.000 personas que se resisten a un avance inexorable de las llamas.
Vecinos, equipos municipales, brigadas de la Xunta, integrantes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) están desplegados por toda la geografía de la comunidad para combatir una actividad incendiaria homicida sin duda intencionada, según ha explicó la noche del domingo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Este mismo lunes por la mañana, la consellera do Medio Rural de la Xunta, Ángeles Vázquez, dijo en la cadena Ser que al menos 132 incendios fueron provocados y no dudó en calificarlos de «atentados» así como de «terroristas» a sus autores.
De momento no hay ningún detenido, pero sí hay varias personas investigadas, según confirmó la consellera do medio rural.
Vázquez también confirmó que en total son quince los incendios forestales que tienen decretada la situación dos, de riesgo real para la población, tras sumar uno en la parroquia de Aro, en Negreira (A Coruña), pasada la medianoche. Esta pasada noche se esperaba que lloviera en el sur de Galicia, pero sólo lo hecho muy débilmente y en menos zonas de las esperadas. Para esta próxima noche del lunes sí se esperan lluvias más generalizadas.
El director general de Montes de la Xunta, Tomás Fernández-Couto, aseguró esta pasada madrugada que no existe «falta de medios» de extinción y argumentó que son «las condiciones de viento» las que hacen «imposible» extinguir los incendios.
En declaraciones a la Televisión de Galicia, el responsable de los montes gallegos ha explicado que la comunidad vive «situaciones de angustia y de riesgo muy importantes» por la «oleada de actividad delictiva homicida».
La comunidad gallega acumula 31 grande incendios forestales, los que suman más de veinte hectáreas y están en situación dos, además de los múltiples focos más pequeños que afectan a infinidad de municipios y que hacen llegar cenizas incluso a las viviendas del centro de A Coruña.
Todo esto mientras Portugal también está desbordado tras batir su récord de incendios, con más de trescientos, y las llamas saltan el río Miño para prender los montes gallegos, donde han ardido más de 4.000 hectáreas desde el jueves.
Los puntos más peligrosos son aquellos que tienen activada la alerta de riesgo para la población, tanta que ya ha habido dos víctimas mortales en Nigrán (Pontevedra), cuando viajaban en una furgoneta que ha sido pasto de las llamas que empezaron en la parroquia de Parada. El domingo a última hora de la noche hubo una tercera víctima mortal en la provincia de Ourense, en el municipio de Carballeda de Avia. Es un varón de 78 años que apareció en Abelenda das Penas, donde intentó apagar las llamas de un corral para salvar a sus animales, aunque no lo logró y falleció.
Lugo tiene en alerta por riesgo para la población los fuegos de Noceda y Donís, en Cervantes, en plena reserva de la biosfera de Os Ancares, donde los vecinos temen perder sus viviendas y dicen estar «rodeados» por las llamas mientras denuncian que faltan medios.
En Ourense viven la situación dos un incendio en San Cristovo de Cea, en Oseira, por proximidad a Pieles; otro en Baños de Molgas, en Betán, por cercanía a Nevoeiro; un tercero en Chandrexa de Queixa, en Chaveán, por proximidad a Vilamaior, en el municipio vecino de Castro Caldelas; el cuarto en Paderne de Allariz, en la parroquia de Cantoña; y el último en Lobios, en Araúxo.