El histórico SPD, los socialdemócratas alemanes se han dado el revolcón electoral que todas/todos esperábamos. La mayor novedad de las recientes elecciones generales en Alemania ha sido le entrada con fuerza y por primera vez desde la segunda guerra mundial de un partido de extrema derecha en el parlamento federal.
Los votos perdidos por la CDU de Merkel han ido a parar a Alternativa por Alemania, pero no solo esos, sino que han arañado posiciones de otros partidos. La división entre Die Linke y el SPD, incapaces de entenderse han dado también alas a los derechistas. La posición desdibujada entre la CDU y el SPD ha hecho crecer a los xenófobos, pues no se diferencian en nada. Pero también la misma posición de Merkel -y en este caso es positivo- ante la acogida de refugiados ha trasvasado votos de la derecha más dura democristiana a los extremistas.
El SPD incapaz de ilusionar y con un mensaje gris socioliberal no ha resultado creíble como recambio para nada y la magra subida de Die Linke de tan solo medio punto, ha demostrado ser incapaz de recoger que voto descontento del SPD que ha perdido nada más y nada menos que un 5% de los sufragios. Tampoco los verdes alemanes muy moderados y burgueses ya, han subido más allá de medio punto.
El socioliberalismo europeo, da sus últimos coletazos fruto de sus políticas cómplices con la globalización neoliberal, las políticas Troika y su sumisión ante el sistema. Incapaces de regresar a la izquierda política y desde luego a sus compromisos con las clases trabajadoras y el nuevo precariado juvenil, así como tibieza ante cuestiones como el ecologismo o su abandono de la lucha de clases. Alemania que castiga a su clase obrera con los mini Jobs o salarios de miseria que han sido la base de su recuperación económica, asiste a sin embargo a un estancamiento de las izquierdas. Y es que estamos y no solo en Alemania sino en todo el mundo occidental, ante una rebelión en negativo de la clase obrera que abandonada y negada su existencia por sociólogos y politólogos sistémicos y derechizados, ve como nadie recoge sus intereses, excepto los laboristas en Gran Bretaña y cede ante un discurso demagógico nacionalista y racista. Una clase obrera que ya no son mineros o fundidores, sino seguratas, cajeras, reponedores, falsos autónomos o todo tipo de precarios incluso en los servicios públicos y del bienestar.
Pero el SPD es quien frena la posibilidad real de aplicar recetas políticas de cambio, reparto, justicia social y de fin de la austeridad en Alemania desde tiempos de la tercera vía con la que es incapaz de romper, pues ellos, la socialdemocracia alemana, han sido impulsores de recortes.
Nos preguntamos a la luz de lo realmente hecho en Grecia por Syriza y en este caso en Alemania en gran coalición ¿Es que desde el socialismo democrático no se pueden hacer otras políticas diferentes. Radicalmente diferentes?
Sin embargo Portugal con un Gobierno del PSP socialista, si ha sido capaz de implementar otras realidades y el pequeño, pero gran Portugal, se ha enfrentado a la Unión Europea y ha vadeado a la Troika.
Francia y Alemania el desastre. Desastre puro y las izquierdas alternativas, ni en uno ni en otro país han sido capaces de recoger la desafección obrera, ciudadana y que ahora y gracias al aldabonazo de la CGT con la huelga general reciente, comienza a manifestarse.
En España sectores del viejo PSOE siguen anclados en el la gran coalición de facto como Susana Díaz y sus seguidores o incluso en el “Macronismo” pero también en el nuevo PSOE falta nervio y audacia. Audacia que en Europa tan solo el joven-viejo Corbyn representa. Es imprescindible un laborismo de izquierda alternativo que deje de trabajar en realidad para el poder y organice el Trabajo, abandonado por las clases medias radicalizadas y emergentes y todo tipo de talibanes políticos y sociales con reivindicaciones que no enganchan con el Trabajo.
Hace falta recomenzar a hacer pedagogía entre el precariado y la nueva clase trabajadora de la sociedad post-industrial al objeto de que se enteren de que ellos son trabajadores, jornaleras, explotados y que juntos nos protegeremos, que el enemigo no es el diferente, el de otro color, sino el que abusa de ti, te paga mal y te despide cuando quiere. Que juntas y juntos nos vamos a proteger mejor y buscar un futuro mucho mejor. Que el capitalismo no es sagrado y hay alternativa.
Vamos a comenzar a luchar contra la austeridad, pero en serio. Eso o más Alemania y más Francia.