SB-Noticias.- Una especialista en Medicina de Familia y una psicóloga defienden en el IX Congreso SEMERGEN Canarias que los centros de salud pueden actuar de forma trascendental para evitar casos de maltrato y ayudar a las víctimas. Integrar en las historias clínicas si hay alguna sospecha, no sólo la confirmación de malos tratos, podría disminuir la incidencia, aunque según Antonia Rodríguez, el protocolo es poco operativo y necesita una modificación urgente.
Los médicos y el personal de Atención Primaria pueden tener un papel decisivo en la detección y atención temprana a mujeres o menores víctimas de la violencia de género, ya que por su posición y trato directo con los pacientes están en la primera línea de una administración que puede ser capaz de detectar las situaciones de maltrato incluso antes de que se produzcan, lo que supone una potente herramienta de prevención.
No obstante, según la presidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) en Canarias, el protocolo de integración de datos en el sistema informático DRAGO (que data del 2003 con una revisión realizada en el 2012) con el que trabajan hoy día en el primer nivel asistencial del Servicio Canario de la Salud, es poco operativo y necesita una modificación urgente. “Tenemos 6 minutos en consulta por paciente, no podemos rellenar 50 campos, así que muchas veces los médicos nos limitamos a reflejarlo en la historia clínica y no rellenamos el protocolo por la sobrecarga asistencial que tenemos. Además de trabajar de forma coordinada y multidisciplinar, que siempre es la mejor solución a estos casos, los equipos de Atención Primaria necesitamos protocolos claros, sencillos y funcionales”, señaló Antonia Rodríguez.
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Esta fue una de las conclusiones a las que llegaron hoy de forma conjunta la especialista en Medicina Familiar, Margarita García, y la psicóloga Virginia Suárez, expertas en la atención a mujeres víctimas de maltrato, que presentaron una ponencia llamada ‘Miradas a la violencia de género’ durante la celebración del IX Congreso SEMERGEN Canarias. En ella trataron de enfocar cómo debería abordarse desde una perspectiva de género esta lacra social desde los centros de salud.
Margarita García sostuvo que los médicos deben «entender» cómo funciona «el ciclo de la violencia» y ser capaces de sospecharla ante situaciones y síntomas. Por ello, todo el personal de Atención Primaria, no sólo los médicos, debe ser consciente de que hay que estar en alerta para detectar cualquier indicio que apunte a que una mujer o un niño pueden estar viviendo un proceso de maltrato, de forma que el médico pueda anotarlo en sus historias clínicas, y no ceñirse a registrar en el historial el caso cuando sean patentes ya las lesiones, comunicándolo. Esto podría ser de ayuda para otro médico y acabar permitiendo confirmar que se puede estar ante un caso grave.
«La puerta de Atención Primaria debe estar abierta y cualificada para atender, acompañar, detectar y derivar de forma adecuada a las víctimas de la violencia de género», afirmó la doctora García, que está integrada en la Red Caps de estudios de la salud de las mujeres con perspectiva de género.
«En el momento crucial en el que una mujer contacta por primera vez para explicar su historia de maltrato, la respuesta que reciba va a determinar lo que ocurrirá con ella, y con sus hijos e hijas. En este modelo dinámico, la intervención del Sistema Público de Salud es determinante», afirmó por su parte Virginia Suárez. Una actuación adecuada, dijo, permitirá la salida del terror en el que la mujer se encuentra inmersa. Sin embargo, una actuación poco acertada «aboca a mujeres, niños y niñas a una pesadilla y al aprendizaje de modelos inadecuados de conducta y relación, a perpetuar trastornos psicopatológicos a corto y largo plazo», subrayó la especialista, que ha desarrollado casi toda su vida profesional en la intervención con mujeres y menores víctimas de violencia de género en diferentes cargos de la Administración Pública, participando en la coordinación de recursos, elaboración de protocolos, cursos, jornadas y planes de Igualdad.
En su intervención, Virginia Suárez abordó la necesidad de trabajar en la creación de Programas y Protocolos que permitan el abordaje de la salud integral tanto con las víctimas como con los hijos de éstas. «La actuación con los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género, debería ser tenida en cuenta como el principal factor de prevención, ya que tomarán el relevo en las futuras relaciones que se gesten en nuestra sociedad», concluyó Suárez, que ejerce en la actualidad como psicóloga en la Sección de Acogimiento de Menores en Protección del Cabildo Insular de Gran Canaria.