Desde que el presidente del Gobierno de Canarias decidió echar a los cuatro consejeros del PSC y acabar con el pacto de gobierno en el que su grupo, paso a paso imponía sus decisiones, ajenas, algunas de ellas, por lo visto, al acuerdo del pacto entre ambas formaciones, no cesan los rumores y artículos en los medios sobre contactos, encuentros, negociaciones, entre el resto de grupos representados en el Parlamento canario.
El PP ha declarado estar dispuesto a dar estabilidad al gobierno de CC. Sin entrar en detalles, nos dicen que aceptarían un acuerdo de gobernabilidad, que no cierra la posibilidad de su entrada como socio en coalición.
El PSC, que la semana anterior a la ruptura había aprobado el Presupuesto de 2017, que tragó con el proyecto de Ley del Suelo que ahora quiere enmendar para conseguir que se apruebe con el apoyo de 48 diputados, explora ahora las posibilidades de una moción de censura ¿Con que socios? Habría de contar con el PP, sin el que no hay mayoría posible.
Como a la ex vicepresidenta del Gobierno, Patricia Hernández, y a sus compañeros se les hace un poco cuesta arriba llegar a un acuerdo explícito con el PP para la moción de censura, apelan a la “responsabilidad” de los populares para que apoyen la moción sin contrapartidas. Piden el apoyo de los 12 diputados del PP, a cambio de nada ¡Buen plan!
Mientras, la voluntariosa portavoz de Podemos en el Parlamento, Noemí Santana, que ha protagonizado duros enfrentamientos con el presidente Clavijo, no quiere dejar pasar la ocasión para desalojar al Gobierno y ofrece los siete votos de Podemos para la censura. En su afán por echar a Clavijo, nos tememos que no ha valorado suficientemente que una cosa es echar a CC, que está por ver, y otra, muy distinta, es cambiar las políticas de austeridad que ha gestionado el tripartito, unas veces con gobierno CC-PP, y otras cambiando al PP por el PSOE.
Nueva Canarias, no nos cabe duda, haría lo que fuese por sustituir a su competidor nacionalista, con quien ha compartido candidatura al Congreso. También estos nacionalistas están habituados al cambio de alianzas: ahora con CC, luego con el PSOE. No hay diferencias insalvables, todo sea dicho. Lo que hay es competencia por el espacio político.
No es un reproche, Dios nos libre. Es la constatación de que tienen mucho en común. Comparten la defensa de una autonomía de segundo nivel, un REF hecho a la medida de la legalización de la evasión de impuestos, que se quiere “blindar constitucionalmente” para posibilitar que los empresarios radicados en Canarias continúen obteniendo sustanciosos beneficios. Si consiguiesen que Canarias fuese una zona off-shore bancaria, su felicidad sería completa.
En esta maniobra para echar a Clavijo, que gobierna para los empresarios, como él mismo, con sinceridad elogiable ha declarado, ¿que gana la mayoría social? Una mayoría formada por parados, buena parte de ellos de larga duración, o jóvenes en busca de su primer empleo; una mayoría de amas de casa sin recursos, de mujeres empleadas a tiempo parcial, con contratos temporales y salarios por debajo del mínimo legal. ¿Qué gana esa mayoría ciudadanas y ciudadanos en el umbral de la pobreza, o por debajo del límite? ¿Qué ganamos? Nada, porque el programa de los tres: PP, PSC y CC es esencialmente el mismo: sanidad cada día más deteriorada, educación infradotada, salarios mínimos, contratos precarios y exenciones fiscales.
Más valdría hacer oposición firme a las políticas del tripartito en la calle y en el Parlamento, que hacerse ilusiones sobre las intenciones regeneradoras de quienes son los socios en el Estado al servicio de las imposiciones de la Comisión Europea.
Domingo Méndez Rodríguez.
Adscrito a Podemos. Militante de Anticapitalistas Canarias.