Entrevista en Radio San Borondón
SB-Noticias.- Susana Guerrero se enfrenta a la petición de dos años de cárcel por parte de la Fiscalía de Talavera que la acusa de desobediencia grave y por presunta denuncia falsa de abusos sexuales a su hija por parte de su padre, amparándose en un falso síndrome de alienación parental (SAP), según el cual, el testimonio de la menor no es creíble, sino inducido y la niña tiene una falsa memoria.
Susana explica que la denuncia por abusos a la niña fue presentada con los correspondientes informes del pediatra, de un psiquiatra y de un psicólogo forense, que señalaba que la huella psíquica de la niña es compatible con abusos sexuales. La madre aclara que este forense ha sido sancionado por el colegio de Psicología de Las Palmas por facilitar en el informe los nombres de los presuntos autores del delito, aunque el propio Colegio reconoce que el informe no es falso, sino que está bien estructurado y justificado en su metodología por los profesionales que lo firman, en alusión al psiquiatra y al propio psicólogo. Sólo le sancionan por citar los nombres, que son los que le facilitó la niña.
Susana Guerrero es una madre joven que consiguió que la Audiencia Provincial de Toledo le otorgase la custodia de su hija Nayara, frente al padre de la niña condenado por abusos sexuales y maltrato. La joven, fue madre de Nayara tras sufrir continuados abusos sexuales desde los trece años de su padre de acogida por los que fue condenado.
“Si nadie me ayuda a mí y a mi hija, me van a meter presa” clama desesperada Susana “y ya no podré protegerla ¿qué van a hacer con mi hija? ¿lo mismo que conmigo?”. Y recuerda que a ella la metieron desde niña en un Centro de protección de menores “y las aberraciones que yo viví y que sufren todos los niños en esos centros son terribles: maltrato, dopajes, abusos…”.
“Mi hija nació teniendo yo 17 años , fruto de abusos continuados desde 13 años. Yo solo pretendo defender a mi hija, y el sistema me acusa y me persigue a mí, tapando y ocultando la realidad”.
Susana insiste una vez más en que el síndrome de alienación parental (SAP) es un término neofascista, una construcción ideológica que fue ideada por el médico psiquiatra y psicoanalista estadounidense Richard Alan Gardner, quien lo inventa en el año 1985 para utilizarlo como instrumento de defensa de padres acusados de maltrato, incesto y/o abuso.
Este falso síndrome –no ha sido admitido como tal por ninguna de las organizaciones científicas sobre las enfermedades y trastornos mentales- suele ser utilizado tanto como “arma” para desprestigiar a la mujer, como para seguir maltratándola.
“Yo quiero recordar que este falso síndrome lo inventó un pederasta que abusó de sus propios hijos y acabó suicidándose… a cuchilladas, por lo que había hecho”. Esto es terrible pero es la historia afirma Susana.
Y lo más lamentable es que los equipos psicosociales en los jugados le dan veracidad a este supuesto síndrome, cuando el 80 % de los informes de los niños son manipulados y nunca sus testimonios grabados “yo llevo pidiendo el de mi hija hace 5 años y no me lo dan”.
Guerrero desesperada acusa al partido judicial de Talavera: “Me tienen cercada. Me están desvirtuando ante la sociedad”.
Susana Guerrero, se siente sola ante un sistema que convierte en enemigo a quien se atreva a poner en duda y denunciar hechos que se prefieren tapar: “Me siento sola , mi única familia es mi hija y yo soy su única familia”. Aunque cuenta con el apoyo de movimientos de mujeres y de otros ámbitos sociales en su lucha, está dispuesta a movilizarse para no entrar en prisión y que no la separen de su hija, que está a punto de cumplir once años.
También reconoce que esta situación es insoportable y que ha habido momentos en los que la impotencia ante la situación ha sido tanta, que ha llegado a pensar en el suicidio: “no niego que en algún momento se me ha pasado por la cabeza, si ya tu vida está juzgado, si te van a llevar presa, si quieren destrozar tu vida y la de tu hija… Pero de inmediato me digo que no lo haré porque mi hija solo me tiene a mí y seguiré luchando hasta el final”.
Entre lágrimas Susana Guerrero hace un llamamiento: “Pido a la sociedad que me entienda, que empatice un poco conmigo, que si nadie lo impide me voy a ver presa por algo que no he hecho y mi hija quedará sola sin poder protegerla”.