EL BAR DE PEPE
El revuelo producido por la revista digital OKdiario, aparece como una cortina de humo perfecta para apartar la atención de los españoles de lo realmente importante, sustancial, como puede ser el juicio contra Bárcenas, o el trasiego de material bélico de la OTAN al norte de Europa ante un posible ataque ruso a países miembros de la organización militar. Aparte de ser una noticia “humo” hasta cierto punto es falsa ya que María García niega que “jamás ha tenido cuenta en Luxemburgo y menos cobrado por su silencio 500 millones de pesetas”. Es cierto que fue boicoteada en su carrera artística, embargada por Hacienda sin más, ni siquiera se le ha permitido llegar algún tipo de acuerdo amistoso para evitar el embargo. Es celebre la llamada desde la Zarzuela que recibió el director de la cadena autonómica valenciana, Canal 9, prohibiendo la presencia de la actriz en el programa Tómbola, donde aquella noche estaba previsto realizarle una entrevista. El miedo, la amenaza, el chantaje moral provocado por las fuerzas de seguridad del Estado, contra estas mujeres que solo son culpables de haber caído en el deseo de un presunto psicópata sexual con título de Rey.
Andrew Morton, autor de escandalosas biografías de Diana de Gales, Tom Cruise y Mónica Lewinsky, destapa en su libro Ladies of Spain interesantes historias de alcoba del rey de España Juan Carlos I.
Po lo visto, y según Morton, las mujeres que habían pasado por el tálamo real podían sobrepasar la cantidad de 1.500, dicho así, a bote pronto, parece una cantidad importante pero sabida la capacidad sexual, que no cerebral, de nuestro ex rey puede quedarse corto. El caso es que dicen tiene una atracción y especial gusto por las artistas Bárbara Rey, Raffaella Carrá, Paloma San Basilio, Sara Montiel, con quien su esposa, la Reina Sofía sorprendió en la cama, son sólo un ejemplo de las muchas actrices y cantantes que aparecían por televisión española y que encendían la “pólvora real”. Por lo visto el “Monarca salido” donde ponía el ojo ponía…
El colega Josep María Loperena, escritor y estudioso de la vida del Rey dice: “Los Borbones siempre han sido unos puteros”. El caso tiene su verdad, sobre todo si tenemos en cuenta que el rey Alfonso XII fue fruto de un adulterio. Era hijo de Isabel II y de un capitán de ingenieros catalán, apuesto y galante, que se llamaba Enrique Puig y Moltó. La propia reina, un día en París, se sinceró con su hijo y le dijo que “la única sangre de los Borbones que tienes en las venas es la mía”
Durante muchos años en España existió un pacto de silencio con la familia real. Todos los medios de comunicación y la Iglesia Católica, aún sabedores de las cacerías y negocios del monarca, permanecieron sordos y mudos en aras de no dañar la imagen del monarca y su familia.
El diario británico Sunday Times escribió que “el rey Juan Carlos es un mujeriego en serie que no ha compartido cama con su mujer desde hace 35 años”.
El Daily Mail dijo que “el monarca le habría tirado los trastos a la princesa de Gales”, en alusión a la fallecida Lady Di. Hace siete años la biógrafa real Lady Colin Campbell, haciendo referencia a Lady Di, dijo que “la princesa y el rey tuvieron un affaire en un crucero durante el verano de 1986 y en abril siguiente”.
Llegado a este punto y aparte, uno se pregunta por qué no se subió a la cama de Isabel II y en un acto de heroicidad, todo por la Patria, después de echarle el o los respectivos kikis le propuso la devolución del Peñón de Gibraltar a España. Seguramente la contestación a esa pregunta la tienen algunas de sus numerosas amantes cuando catalogan a “Juanito” como buen follador, pero un tonto de nacimiento, o sea en versión folclórica “la fuerza la tenía en el pito, de cerebro nada de nada”.
La tragedia de las amantes reales se producía después de que ella, por indicaciones de la propia Zarzuela, pusiera fin a la relación sexual con el Soberano de España cañí. Era entonces cuando se producía el vía crucis de la ex amante al comprobar que, por indicaciones “reales”, se les cerraba el acceso a tv públicas y privadas y por supuesto a producciones cinematográficas salvo que el productor se conformase a realizar la película sin un céntimo de subvención. Las amenazas a las “cortesanas” del tálamo real, eran constantes hasta llegar a prohibir hacer alguna declaración al respecto salvo arriesgarse a una persecución constante de las Instituciones del Estado. Más de una de estas mujeres han sufrido problemas con sus declaraciones de hacienda en cuanto a las retenciones de IRPF y más de una han tenido que prometer y jurar el silencio a la forma siciliana, “o te callas o a la primera insinuación sobre tu relación con “su Majestad” puedes dar por finalizada tu carrera profesional”, así sin más, al mejor estilo de checa fascista, al mejor estilo medieval se ha llevado el “derecho de pernada real”. No en vano algunas de estas amantes terminaron con su vida en extrañas circunstancias, suicidios y accidentes incomprensibles, como el de Maria Garcia, alias Bárbara Rey que, después de negarse a seguir manteniendo relaciones con el monarca español, y con un Mercedes de la gama 500 recién adquirido, con menos de 5.000 kms sufrió una rotura de frenos que estuvo a punto de costarle la vida.
Según informaciones secretas se rumoreaba que el Ministerio del Ejército corría con los gastos de la limpieza del fusil real y fue el Presidente Aznar, sabido su nula relación con Juan Carlos I, quien prohibió esos “gastos” diciendo “Se acabaron estos pagos, si el Rey tiene floja la bragueta que se pague él el arreglo de la cremallera”.
Asqueroso todo este bochornoso dosier de mujeres “deslumbradas” por el cipote real, por la diversión de un presunto obseso sexual coronado como Rey de España por la Gracia de Francisco Franco Bahamonde y mafioso el silencio alrededor de un acosador sexual. ¡¡ Perro mundo¡!