“Son las cuentas con mayor gasto social desde el inicio de la crisis”. “80 de cada 100 euros van destinados a los servicios esenciales”. ¿Le suenan estas palabras? Podrían haberlas escuchado hace unas horas o unos días, pero son las declaraciones que la consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias hizo el pasado año para definir los presupuestos de 2016. Las mismas palabras.
Lo del presupuesto social parece que es un mantra que este Ejecutivo repite constantemente. No tienen reparo en ser unos “trileros políticos”, intentando vendernos que son las cuentas que nuestra tierra necesita, retorciendo los datos a su antojo. Sin embargo, hay que recordarles al señor Clavijo y a la señora Dávila que destinar 8 de cada 10 euros del presupuesto a las personas es lo habitual en cualquier presupuesto autonómico.
Otra de las falacias sobre estos presupuestos es que las cuentas de 2017 crecen con respecto al año anterior. De hecho así se vendió durante su presentación. La consejera llegó a decir que es el presupuesto que más ha crecido en los últimos cinco años. Algo totalmente falso porque el Gobierno no toma en consideración el crédito extraordinario que tuvieron que aprobar el pasado mes de septiembre por valor de 107 millones de euros.
Otra de las argucias que han utilizado para vendernos estas cuentas es que se destina menos dinero a amortizar deuda. Sin embargo, esconden que el abono de intereses de la deuda pública se incrementa más de un 6 por ciento. También ocultan que existe un incremento de la deuda pública, que ha crecido en más de 10 puntos porcentuales en los últimos diez años. Ha pasado del 8 por ciento del PIB en 2010 a representar el 18,38 por ciento en las previsiones de 2017. Es decir, ha pasado de suponer 1.550 euros por cada canario en 2010 a casi 4.000 euros el próximo año. Esto es debido a que el Gobierno ha renunciado a ejercer una política impositiva justa, que permita sufragar los servicios públicos, y por tanto, terminan recurriendo a la financiación externa para mantenerlos.
Nos encontramos ante un presupuesto que realmente no apuesta por erradicar el principal problema de nuestra tierra: la alta tasa de paro. Si fuera así, se realizaría una apuesta clara y decidida por los agentes que realmente crean empleo, las PYMES y los autónomos. En lugar de eso, lo que se hace es bajar un 40 por ciento las cuantías destinadas a las pequeñas y medianas empresas, disminuir un 33 por ciento el apoyo a la innovación empresarial y un 31 por ciento el apoyo a la investigación básica.
Otra de las mentiras vertidas sobre estos presupuestos es que lo destinado a Educación es 2,6 veces mayor que el año anterior. Sin embargo, si miramos con lupa estas partidas, y las comparamos con las de 2016, constatamos que hay casi 5 millones de euros menos. En Sanidad pasa tres cuartos de lo mismo, el presupuesto de 2017 no aporta el dinero suficiente para cubrir el gasto real del Servicio Canario de Salud. El propio consejero ya ha afirmado que le harían falta 200 millones de euros más. Sin embargo, el Gobierno que dirige el señor Clavijo sólo considera que es necesario un incremento de 75 millones de euros. Aunque este dato no es real porque realizan este cálculo atendiendo a la previsión inicial de 2016, no a lo que finalmente se destinó, por lo que el incremento es sólo de 40 millones de euros. Algo a todas luces insuficiente si se quiere implementar un plan de choque contra las listas de espera y mejorar la atención sanitaria en las Islas.
Por otra parte, hay que reconocer que en el área de Políticas Sociales se realiza un esfuerzo, pero también totalmente insuficiente. Si, como dice el Gobierno, fuera un presupuesto totalmente destinado a las personas, se eliminaría cualquier gasto superfluo. Sin embargo no es así, ya que disminuye 4 puntos el programa para fomento del empleo, se reduce el programa de prevención y atención al menor y caen en casi un 9 por ciento el programa de prestaciones y otras ayudas sociales.
Además en del área de dependencia, un día este Cobierno nos dice que hay consignados 152 millones de euros y al siguiente constatamos que hay 119. Son, nada más y nada menos que 33 millones de diferencia.
¿Es esto lo que el señor Clavijo y la señora Dávila entienden como un presupuesto social? Y mientras, las retribuciones para el Ejecutivo y los altos cargos suben más de un 6,32 por ciento, una partida que ya aumentó en 2016 un 12,54 por ciento.
Está claro que el Gobierno de Canarias sigue gobernando para una minoría. Está más preocupado en sacar adelante la Ley del Suelo que en revertir la situación de pobreza y exclusión social que se vive en casi un 30 por ciento de los hogares canarios.
Por todo ello, rechazamos estas cuentas. Lo hemos dicho alto y claro, y lo volveremos a decir en el pleno del Parlamento de Canarias aunque los grupos enmendantes, que son los que exigimos otro proyecto de ley y los que elaboramos una alternativa a estas cuentas, tengamos el mismo tiempo que los que apuestan por el inmovilismo del señor Clavijo.
En esta ocasión además, a diferencia del pasado año, no tendremos derecho a réplica. Coalición Canaria y Partido Socialista quieren cercenar así el debate e intentar que la oposición a sus cuentas esté silenciada. No lo van a conseguir. Seguiremos diciendo que los presupuestos de 2017 cronifican la situación de pobreza y exclusión social que sufre Canarias. Consideramos que reproducen las mismas políticas fracasadas, que han ahondado en la brecha entre ricos y pobres. Estos presupuestos no cambiarán Canarias.
Nos tememos que al señor Clavijo y a la señora Dávila les ocurrirá lo mismo que lo que le pasa a la señora Carmina en el anuncio de la Lotería de Navidad, que se creen que tienen un premio entre las manos pero al final se darán cuenta de que lo que realmente tienen es un presupuesto de ciencia ficción.
Noemí Santana, portavoz de Podemos en el Parlamento de Canarias