En cualquier grupo el mecanismo más legítimo es la unanimidad (democracia). Frecuentemente y de manera errónea, se confunde “democracia” con regla de la mayoría.
Es cierto que la democracia liberal moderna, tiene como una de sus reglas principales la aplicación de la regla de la mayoría, aplicada al pueblo, es decir a los ciudadanos, y principalmente para la elección de autoridades.
Sin embargo, por un lado, los sistemas democráticos tienen infinidad de mecanismos que atenúan la regla de la mayoría y en otros casos mecanismos de decisión que no la utilizan en ningún momento.
Por otra parte sistemas no democráticos utilizan frecuentemente la regla de la mayoría para tomar decisiones, como por ejemplo la elección del papa por los cardenales en la Iglesia Católica, la toma de decisiones en una junta militar, etc.
Inconvenientes de la regla de la mayoría
El principal inconveniente de la regla de la mayoría son los intereses de los miembros que quedan en minoría. Si no existen mecanismos que permitan cierta preservación de esos intereses, la regla de la mayoría podría volverse fácilmente en un arma para obtener ventajas a costa de las minorías o simplemente dañarlas, poniendo en crisis y haciendo insostenible la existencia misma del grupo.
Si bien la regla de la mayoría tiene su principal ventaja en la simplicidad, también tiene en esta característica una de sus principales desventajas. La utilización de la regla tiende a restringir el rol de mecanismos más complejos para alcanzar consensos, como los debates, las negociaciones y los acuerdos, y a potenciar la arbitrariedad y la ausencia de argumentos racionales en la toma de decisiones.
Conclusión
Por ello, algo fundamental, es dejar de confundir democracia con la regla de la mayoría (poliarquía). Pues al criterio de la mayoría lo llaman democracia y no lo es. El parecer de la mayoría no es otra cosa que la imposición del criterio de una parte (51%) sobre otra (49%).