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Los abogados de las defensas, tan caros como prestigiosos, dejaron pasar una oportunidad para esbozar su estrategia. La mayor parte se recató en sus preguntas a la testigo clave, Pía Oramas, como si temieran la contundencia de sus argumentos en sus respuestas. Por eso se esforzaron en escenificar una opereta con los peritos no hostiles hacia sus intereses, que insistieron en decir que se podían edificar los 170.000 metros cuadrados que contempla el Plan Parcial. Sólo admitían las hipótesis de Ana Oramas y los peritos judiciales, en el sentido de que a los empresarios habría que indemnizarles por cada metro cuadrado de aprovechamiento que no pudieran construir. La sesión fue un calco de las anteriores, sólo que los letrados dieron especial protagonismo a los peritos que defienden sus intereses.
Eduardo García Peña, el letrado del exconcejal de Urbanismo Manuel Parejo, logró despertar el carácter de la perito Pía Oramas, quien reconoció que las primeras reuniones por Las Teresitas fueron «cordiales», y que al principio «percibió que la intención del Ayuntamiento era bajar el precio que fijaban los empresarios» a través de las presiones de Mauricio Hayek. Pero, según Ana Oramas, después «hubo un cambio de criterio», recordó, porque el objetivo pasó de reducir la cuantía de la negociación a incrementar el valor que defendía la arquitecta. Pía Oramas no se movió de la postura que ha mantenido en sesiones anteriores y acabó por protagonizar el primer enfrentamiento caldeado de la vista. «¡Déjeme acabar!», gritó la técnico.
El interrogatorio más agresivo con Pia Oramas lo materializó la defensa de José Luis Roca. El abogado José Luis Gutiérrez insinuó que la arquitecta tiene «intereses» desconocidos en la causa, lo que le habría llevado a declarar con animadversión durante el juicio. El letrado cuestionó su imparcialidad, pese a ser uno de los pocos peritos que se sientan en la vista que no ha trabajado para los acusados, lo que molestó mucho a Joaquín Astor Landete, presidente de la Audiencia Provincial, que le tuvo que recordar al abogado que Pía Oramas estaba sentada en el juicio porque, entre otros, fue citada por el propio defensor de Roca.