EL BAR DE PEPE
Recuerdo como corrían delante de los grises, y seguían con la consigna comunista gritando al unísono “el pueblo unido jamás será vencido”, otros, los menos valientes, los menos izquierdistas, los menos rojos, venían detrás de los grises cantando aquello de “libertad, libertad sin ira libertad, guárdate tu ira…”.
Los que estábamos apostados en la churrería de la madrileña calle Postas, resguardados de las pelotas de goma de los anti disturbios de la policía armada de la dictadura franquista y mojando las porras de churros en el chocolate calentito, sin sentir el menor sentimiento de solidaridad y menos de culpabilidad veíamos atentos la figura, en la tv, de Felipe Gonzalez Márquez flamante candidato de un partido, desconocido para la gran mayoría de los españoles de mi edad, llamado Partido Socialista Obrero Español. Recuerdo que una señora le daba besos con la mano y lloraba pensando en las palabras de aquel joven que hasta hacia bien poco le llamaban “Isidoro” y que proclamaba “que había llegado el momento del pueblo, del pueblo soberano que era la base de la incipiente democracia que estaba a punto de nacer con la nueva Carta Magna”.
De esto han pasado casi cuatro décadas, casi 40 años y seguimos igual, yo diría que lo que habíamos mejorado, a fuerza de aguantar en la espalda los palos de los “grises” primero y “azules” después, lo hemos ido perdiendo por el camino, andando por el camino de estos últimos 5 años patéticos y agonizantes años de gobierno del Partido Popular y su caterva de corruptos y mediocres.
Decir que el pueblo es soberano se me antoja una de las grandes mentiras, por no decir la mayor, de la Constitución. Un pueblo que se comporta con el pasotismo del que hace gala la gran mayoría de los españoles no sólo no es soberano, no lo será nunca. Ni siquiera el día que depositamos nuestro voto ejercemos esa soberanía, toda vez que está más que visto que tu voto no decide nada de nada, o sea; si tenemos en cuenta que 8 de cada díez españoles han votado en contra del PP , han dicho no a las políticas absurdas de Mariano Rajoy lo lógico, lo normal y natural es que esa inmensa mayoría de votantes en contra del PP se pusieran de acuerdo para echar al habitante de la Moncloa y sustituirlo por otro que nos proponga las mejoras sociales que necesitamos para vivir un poco dignamente, que no del todo.
Quizás uno de los mayores errores de ese pueblo que dicen los políticos, mejor dicho, que les interesa a los políticos decir que es “soberano”, no es otro que su credulidad a la hora de oír los mensajes que les regalan a sus oídos los tiparracos de turno, como lo que decía hace unos 40 años el ex presidente del Gobierno Felipe Gonzalez alias “Isidoro”: “La aspiración suprema del socialismo es la emancipación total del hombre, para lo que se hace imprescindible eliminar un sistema económico basado en la explotación del hombre por el hombre.”
Es precisamente ese hombre que decía que era imprescindible eliminar el capitalismo, el que hoy en día pide enfervorizado la abstención de los socialistas para que pueda gobernar un partido que está basado en la explotación del hombre por el hombre tal cual es el Partido Popular. Kennedy afirmaba muy ufano su famosa frase que ha acuñado para emblema de su partido Albert Rivera “No te preguntes lo que puede hacer tu país por ti, pregúntate lo que puedes tu hacer por tu país” , Por lo visto para Jhon F. Kennedy no era suficiente trabajar y pagar tus impuestos debidamente para tener una buena educación y sanidad, para obtener una vivienda y trabajo dignos, para él el país, por lo visto, no era el conjunto de todos los ciudadanos, de todos sus habitantes, que contribuyendo cada uno en la medida de sus posibilidades se reparte equitativamente esa riqueza, para Kennedy el estado era lo importante y el pueblo algo amorfo que debería, en lugar de pedir lo que en justicia te corresponde, estar siempre dispuesto a dar.
“El pueblo soberano”, “el pueblo unido jamás será vencido”, “El socialismo rechaza los sistemas socio-políticos en los que unos individuos se apropian de grandes cantidades de bienes mientras que otros se encuentran en la pobreza, así como aquéllos en los que unos pocos ordenan autoritariamente la convivencia mandando sobre los demás.” Todas estas “perlas cultivadas” han salido de la boca de socialistas de pro, algunos como Corcuera o Leguina, otros como Guerra y Gonzalez que ahora postulan en pro del Partido Popular y Mariano Rajoy.
Pero lo mejor de este show, digno del club de la comedia, lo contiene el título preliminar de la Constitución Española:
ARTICULO 1:
1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
Observen bien el apartado 2) “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado” ¿habrase visto mayor desatino? De manera que nosotros somos los que tenemos los poderes que cada cuatro años entregamos a unos señores, la mayor parte de ellos delincuentes profesionales, para que lleven nuestro destino como pueblo. Pues ah!! Eso es otra historia, ahora lo entiendo todo, de manera que somos soberanos pero no reinamos, ¿es eso? Pues sería mejor rectificar en el sentido de cambiar el apartado 2 de la siguiente forma:
“La soberanía nacional reside en el Parlamento español, del que emanan los poderes del Estado”…
Y aquí paz y en el cielo nubarrones negros que presagian tormentas perfectas, en cuanto los ciudadanos de este apestoso mundo dejemos de mirar nuestro asqueroso ombligo y nos dediquemos a proteger nuestro reinado de los golfos y maleantes, de los partidos políticos y politicastros que dan un espectáculo nauseabundo en los tribunales de justicia contando las miserias de gánster preparados para ejercer desde el poder que emana del “pueblo soberano”.
Claro que si el pueblo fuera o fuese alguna vez “soberano” esa caterva de personajes que están siendo juzgados por media España o que esperan a ser juzgados en la otra media, estarían colgados de los cojones en la plaza mayor de cada pueblo.