Nunca mejor dicho, una trama en toda regla, una trama maquiavélicamente orquestada para conseguir los fines que “ellos” habían previsto, que todos ya conocemos.
Sólo analizando las declaraciones de peritos en el día de hoy, y lo digo de forma personal aunque sé que muchas miles de personas lo comparten, me reafirmo, que “hay cohecho es un hecho” y que parece imposible que no haya podido ser demostrado con tantos actores en el ajo. En los grandes atracos de la historia de la humanidad siempre alguien ha flaqueado y ha hablado, pero hasta en esto parece que somos especiales.
¿Por qué la tasación más cara si se pagaba con dinero público?, que manada de sinvergüenzas nos han gobernado, esto tendrían que tener mucho mayor castigo. Gracias Pía Oramas por tu honestidad y valentía, aunque te hayan echado por ello. Salvaguardar lo público tendría que ser misión de unos gobernantes que con todo su poder no pueden permitir que nadie les niegue sus malas praxis, que nadie deje de someterse a sus mentiras y chanchullos. Gracias Pía otra vez.
Y analicen los consejos de los listillos de turno, de tantas desvergüenzas dignas de otro castigo ejemplar. De cómo Mauricio Hayek, con el fin de alentar el rápido cierre de la operación, decía que si no empezarían a construir, como si esto fuera posible de un día para otro. O como hablaban con Rodolfo Núñez, que yo pienso que también debería estar en el banquillo de los acusados, porque la carencia de tres años estaba a punto de cumplirse, como si esto fuera de vida o muerte. O como Víctor Reyes había instruido a Pía Oramas, para que dijera que no había hecho ningún informe, sino que eran trabajos internos, si alguien le preguntaba. ¿Se puede llegar a esta indecencia?
Esto va más allá de cuentos de niños en colegios o de dictadores de repúblicas bananeras que hacen tragar a Pueblos sometidos por las armas. Esto que ha sucedido en Santa Cruz de Tenerife es gravísimo, porque han volado miserablemente muchos dineros públicos que familias en crisis habían aportado con sudores y lágrimas, quitándose hasta el pan de sus bocas, y esto merece, repito, mucho mayor castigo que los solicitados por la Fiscalía. Reitero, estamos ante una trama maquiavélicamente orquestada por una manada de sinvergüenzas para generar grandes beneficios, y no precisamente para el Pueblo. Estamos ante un deleznable caso de deshonestidad manifiesta, que únicamente procede revertir dura y totalmente.
© Cándido Quintana