EL BAR DE PEPE
A ver si lo entiendo bien, o mejor dicho a ver si hay alguien por ahí que me explique lo siguiente:
Si existe una banda de malhechores que utiliza la corrupción como objetivo de su existencia, si esta banda de malhechores está siendo investigada por la policía, si a todo esto le añadimos que utilizan la justicia a su antojo, si además tienen el poder de dictar leyes que favorecen al corrupto y utilizan la democracia para actuar impune y premeditadamente en contra del pueblo. Convendrán conmigo que estamos hablando de una banda organizada de gánster que, disfrazados de partido político, cometen sus atracos con la mayor impunidad.
Llegado a este punto tendemos que pensar que casi 8 millones de cómplices apoyan con sus votos el latrocinio y la corrupción. Porque cuando alguien da su consentimiento y apoya con su firma a una organización investigada por supuesto blanqueo de capitales y financiación ilegal se convierte en un delincuente por delitos de cooperación necesaria y complicidad que están tipificados en el C. Penal. Incomprensible que se premie la delincuencia organizada disfrazada de democracia… ¿Alguien podría votar para Presidente de Gobierno a Blesa, Bárcenas, Rato, etc.? Sin lugar a dudas existen personas, algunas porque no quieren oír, otras porque además de no querer oír no quieren ver y la gran mayoría porque piensan que todos son iguales siguen premiando, cada 4 años, a bandas legalizadas de golfos de cuello y guante blanco.
Por supuesto que la “justicia” no juzgará a ninguno de los 8 millones de votantes, entre otras cosas porque no hay cárceles para tanto garrulo. Claro que muchos de ustedes me dirán que el voto es libre y secreto, que el anonimato hace imposible el descubrir quienes son los cómplices de los corruptos, además cuando digo de 8 millones no me refiero a un partido en concreto, porque pueden ser 15 ó 20 millones de personas que perpetuán elección tras elección a organizaciones criminales a sabiendas que se convierten en cooperantes necesarios de la mafia institucional.
Estos casos no son nada extraño y la historia de esta dictacracia está llena de “cooperantes” que, como una plataforma de voluntarios delictiva, se brindan cada 4 años para conseguir que continúen perpetuándose familias de modernos Corleones o Soprano que utilizan los gobiernos, seudo democráticos, para instalar su centro de poder.
Porque tampoco hace falta que exista el delito clásico del cobro de comisiones por obras públicas concedidas a dedo, ni siquiera el blanqueo de dinero, menos el aumento de presupuestos y menos aun el amaño de plicas en concurso de subastas públicas de adjudicación de contratos de suministros a cambio de un % del total. No, no hace falta llegar a esas menudencias, ni siquiera el control de cajas de ahorro o entidades financieras del país.
Ahora, con la “legalidad vigente”, frase que significa: leyes que ellos mismos hacen a su medida y aprueban en el Parlamento, son capaces de amordazar cualquier intento que posibilite la denuncia pública de sus actividades delictivas, de tal forma manipulan la justicia que blindan sus “supuestos” delitos con el aforamiento de los miembros de esas familias que conforman los partidos políticos.