El número de residentes en España con una edad superior a los 65 años ha crecido un 19,4% durante la última década. Así se desprende de los datos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística en su estudio Cifras de Población, donde se precisa que el país ha pasado de contar con 7,2 millones de habitantes con esta franja de edad a fecha 1 de julio de 2005 hasta contar con 8,6 millones en el mismo periodo de 2015.
Este sector de la población, que ha aumentado en 1,4 millones durante los últimos 10 años, es clave para el PP: el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) apunta que el 27,5% de las personas mayores de 65 años votarían a los populares en unas elecciones generales.
Cada formación política, según la misma fuente, tiene un perfil de votante determinado en función de la edad. El PP concentra su base electoral en las personas mayores. No solo en las mayores de 65, también en las de 55 a 64 años, donde obtiene un 17,2%.
El hecho de que estas personas se mantengan fieles al PP, comicios tras comicios, ha permitido a Mariano Rajoy evitar por ahora un hipotético sorpasso de Ciudadanos. Así lo sostiene el analista de Metroscopia Francisco Camas García: “De alguna forma, el adelantamiento de Ciudadanos al PP ya se ha producido: el partido naranja cuenta entre sus filas con más votantes jóvenes y de mediana edad que el PP”. Sin embargo, el autor matiza que “los populares custodian el volumen más amplio de electores de edades avanzadas”.
La mayoría de los votantes del PSOE, un 19,4%, también cuenta con más de 65 años. Y después, como en el caso del PP, se sitúa la franja de edad de 55 a 64 años con un 17,7%.
Frente a las formaciones tradicionales, están los partidos de la nueva política. Unidos Podemos triunfa con claridad entre los jóvenes de 18 a 24 años, donde cosecha una intención de voto del 17,4%; y entre los de 25 a 34 años, con un 18,2%. Pero además, también es la principal fuerza política entre los votantes de 35 a 44 años -en este caso no destaca tanto, porque el reparto del voto en esta franja de edad está muy igualado- con un 14,7%.
Ciudadanos, por su parte, sitúa la mayoría de sus votantes entre los 35 y los 44 años, con un 12,3%, inferior al registro del partido que lidera Pablo Iglesias. El partido de Albert Rivera no lidera la intención de voto en ninguna franja de edad, según la misma fuente.
Envejecimiento y elecciones
El proceso de envejecimiento de España, con una natalidad menguante y la esperanza de vida al alza, puede influir en resultados de procesos electorales como las elecciones generales que se celebran hoy. Y es que mientras los electores más jóvenes se decantan por las nuevas formaciones políticas, los más longevos siguen apostando por los partidos más históricos.
¿Cómo ha evolucionado la población española durante los últimos 10 años? España ha incrementado su número de habitantes en 2,7 millones desde el año 2005, hasta alcanzar los 46,4 millones a fecha 1 de julio de 2015 (último dato publicado). Una tendencia al alza, eso sí, que se ha visto lastrada desde 2012: el país alcanzó los 46,76 millones de residentes ese año y desde entonces acumula tres ejercicios perdiendo habitantes.
El progresivo envejecimiento de la sociedad española es un fenómeno que queda patente tras diseccionar la evolución de algunos de los principales indicadores demográficos de España durante la última década. Así, por ejemplo, las personas con una edad superior a los 65 años -el principal caladero de votos del PP- ya representan el 18,6% de la población española, lo que supone un incremento en dos puntos porcentuales con respecto al dato de hace 10 años, que se situaba entonces en un 16,55%.
«El incremento de la esperanza de vida se debe a la mejora en la calidad de vida y fundamentalmente a los avances en la ciencia médica que se han producido en las últimas décadas», argumenta la Fundación General CSIC en un informe elaborado sobre envejecimiento. Este organismo señala -citando las proyecciones realizadas por el INE- que en el año 2050 las personas mayores de 65 años estarán por encima del 30% de la población (con casi 13 millones) y los octogenarios llegarán a ser más de 4 millones, lo que supondría más del 30% del total de la población mayor. “Los estudios internacionales de prospectiva y proyecciones estimadas por la Organización de Naciones Unidas sitúan a España en el año 2050 como el país más envejecido del mundo, aproximándose al 40% de la población por encima de los 60 años”, agregan.
Mientras ha aumentado el número de habitantes de las edades más proclives a un Gobierno del PP, España ha perdido durante estos 10 años un 22,3% de jóvenes de 18 a 34 años -el sector de la población donde más cala el mensaje de Unidos Podemos-, al pasar de 11,5 millones en 2005 hasta los 8,9 millones de 2015. Son 2,5 millones menos.
La caída de la población más joven se ha visto compensada con un aumento de la población comprendida entre los 35 y los 64 años, que ha crecido un 18,79%, al pasar de los 17,2 millones hace una década hasta los 20,51 millones del año pasado. Son 3,2 millones más. Pero en esta franja de edad no hay ningún partido que se sitúe como claro dominador, por lo que este incremento no beneficia a ningún partido concreto.
Envejecimiento y economía
Además de la influencia que puedan arrojar estos datos sobre los comicios de hoy, este fenómeno tiene significativas repercusiones económicas. De hecho, el Banco de España sostiene que el país reducirá su crecimiento potencial del PIB hasta el 1,2% -frente al 3% registrado en los años previos a la crisis económica- durante el periodo 2020/2025 debido a factores como el envejecimiento del país.
El organismo que dirige Luis María Linde ofrece esta estimación en el informe anual de 2015 presentado este mes, que cita las proyecciones de población del INE para el mencionado periodo, donde se estima que la población caerá un 0,2% de media anual. En este sentido, el Banco de España sugiere que es fundamental rebajar el paro estructural y mejorar la productividad para poder financiar el Estado del Bienestar. Y es que el aumento de la esperanza de vida de los españoles ha provocado, entre otras cosas, el incremento del número de pensionistas y del gasto público de estas nóminas.